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Al malagueño de origen argentino Damián Quintero lo apuntaron sus padres a kárate para que descargara energía y adquiriese disciplina porque era demasiado inquieto y algo travieso. Tenía entonces siete años y acababan de abrirle la puerta a lo que iba a ser el sueño de su vida: convertirse en medallista olímpico. Tan solo tres años después se presentó a su primer campeonato y ganó el bronce; a los 13, ya era campeón infantil de España. Este viernes, después de toda una vida dedicado a este deporte, se ha subido al podio en Tokio tras ganar la medalla de plata en kata, que se estrenaba como modalidad olímpica en estos Juegos.
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A pesar de que el kárate siempre ha sido su gran pasión, no parecía una salida profesional de la que Quintero pudiera vivir, así que estudió ingeniería aeronáutica y, después, un máster en Materiales compuestos y otro de Executive sport business administration, según recoge La Voz de Galicia. Consiguió un buen puesto de trabajo en Atos, empresa en la que se encargaba de supervisar piezas defectuosas de loa aviones Airbus.
Durante años estuvo compaginando su profesión como ingeniero con el kárate, lo que no le ha impedido situarse en la primera posición del ránking mundial y ser laureado en una veintena de campeonatos europeos (con 10 oros, 9 platas y 3 bronces) y dos subcampeonatos mundiales. Pero cuando supo que su deporte se iba a estrenar en la competición olímpica en Tokio, no lo dudó; dejó su prestigioso puesto de trabajo a un lado y pidió una excedencia de cinco años para entrenar a conciencia. Esta difícil decisión ha obtenido sus frutos: Damián, de 37 años, ha pasado a la historia por ser el primer campeón olímpico de kata.
Tras asegurarse la plata, se ha enfrentado este viernes por el oro con el favorito de la afición local, Ryo Kiyuna, pero no ha podido ser. A pesar de que el español comenzaba con fuerza, vencía el japonés con un gran kata final. En cualquier caso, Damián Quintero ha logrado su primera medalla olímpica -la decimotercera para la delegación española- y ha brillado con luz propia.