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gymnastics artistic olympics day 11© GettyImages

La terrible historia que no conocías de Simone Biles

Ha vivido una dramática infancia marcada por las adicciones de su madre, fue víctima de abusos y uno de sus hermanos ha estado en prisión acusado de un triple asesinato


Actualizado 6 de agosto de 2021 - 11:59 CEST

 Simone Biles  ha marcado un antes y un después en la historia de la Gimnasia Artística, ha conseguido saltos que hasta ahora parecían imposibles, piruetas que desafían las leyes de la gravedad y giros casi inhumanos… aunque los giros más difíciles y los retos más complicados son los que ha dado su vida lejos del tapiz desde que era una niña. Parecía que su duro pasado no había hecho mella en ella porque su eterna sonrisa tapaba que la procesión iba por dentro, pero esta vez, su mente le jugaba una mala pasada en su gran cita en los Juegos Olímpicos de Tokio, a los que llegó como la gran favorita y donde ha acaparado titulares en prácticamente todos los idiomas por su drástica y valiente decisión de alejarse de la competición nada más comenzar la final por equipos. “La mayoría de ustedes me conocen como una chica feliz y risueña. Pero últimamente me he sentido algo devastada y cuanto más trato de acallar la voz que hay dentro de mi cabeza, más algo grita”, escribía en Twitter.

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Simone, después de retirarse de la competición por su salud mental, volvió a la final de barra.

Los ojos de todo el mundo estaban puestos en ella, se esperaba que superara sus logros de las olimpiadas de Río de Janeiro, donde se alzó con cinco medallas, coronándose como la reina de la Gimnasia y dando paso a una nueva era dentro de este deporte: la era Biles. Su cuerpo estaba preparado, conocía al milímetro cómo tenía que moverse, donde tenía que caer y la fuerza exacta que necesitaba para cada salto, llevaba incontables horas preparándose para este momento, pero su mente no se encontraba a la altura y tuvo el coraje de parar a tiempo.

Una infancia marcada por las adicciones de su madre

Y es que el camino de Simone Biles ha sido de todo menos fácil y su vida ha estado marcada por la tragedia desde su infancia. Su madre tenía serios problemas de adicción y su padre, al que apenas conoce, también era adicto y un hombre conflictivo. Malvivía con su madre y a los tres años, los servicios sociales de Columbus (Ohaio) tuvieron que intervenir. El estado les retiró la custodia de sus cuatro hijos y Simone fue a parar a un centro de menores junto a sus tres hermanos y de ahí, a varias casas de acogida. “Mi madre biológica era adicta al alcohol y las drogas, entraba y salía de la cárcel. Recuerdo que pasé hambre y miedo. A los tres años, me llevaron a un centro de acogida. Cada vez que me visitaba mi abuelo era muy emocionante, era la persona a quien quería ver”, decía entre lágrimas en el programa Dancing with the stars de Estados Unidos en el que participó en 2017.


A la izquierda, Simone con sus abuelos, Ronald y Nellie, a los que llama padres, que la adoptaron con seis años. A la derecha, la gimnasta con la mujer de su abuelo, Nellie, a quien considera su madre.
© @simonebiles
A la izquierda, Simone con sus abuelos, Ronald y Nellie, a los que llama padres, que la adoptaron con seis años. A la derecha, la gimnasta con la mujer de su abuelo, Nellie, a quien considera su madre.

Pero al cumplir seis años, se cumplía también un sueño para ella. Su abuelo materno, Ronald Biles, y la mujer de este, Nellie, a los que a día de hoy la deportista considera sus padres, consiguieron su custodia y la de su hermana menor, Adria. Gracias a ellos pudo llevar una mejor vida. Por su parte, sus hermanos mayores fueron acogidos por la hermana de Ronald, su tía abuela.

“El hecho de que parte de mi familia viviera con extraños me preocupaba, así como que mi hija tuviera tantos problemas”, contaba Ronald a la NBC, explicando los motivos que le llevaron a hacerse cargo de dos de sus nietos, dándoles así una nueva oportunidad de seguir adelante. “Mis padres me salvaron. Me enseñaron enormes ejemplos de cómo tratar a las personas y desde el primer día, han estado ahí para apoyarme. No hay palabras para agradecer lo que hicieron por mí”, ha declarado Simone en más de una ocasión.

“Cuando era más pequeña me preguntaba qué habría sido de mi vida si no hubiese pasado nada de esto. A veces, todavía me pregunto si mi madre biológica se arrepiente”

Su madre, Shanon, estuvo apartada de ellos, según explicaba al diario Daily Mail en 2016, porque los documentos de custodia así lo exigían. “Me costó seis años volver a ver a mis hijos. Respeto que mi padre se hiciera cargo de ellos, era lo mejor”, aseguró. Ahora, al parecer, mantienen cierto contacto, aunque ella sigue junto a sus abuelos, quienes siempre la han acompañado en cada campeonato. “Cuando era más pequeña me preguntaba qué habría sido de mi vida si no hubiese pasado nada de esto. A veces, todavía me pregunto si mi madre biológica se arrepiente y querría haber hecho las cosas de manera diferente, pero evito plantearme estas preguntas porque no las tengo que responder yo”, confesaba Simone a varios medios estadounidenses.

Simone Biles© @simonebiles
Simone y su hermana pequeña, Adria, fueron adoptadas por su abuelo materno.

Víctima de abusos sexuales

Con sus abuelos comenzó a dar sus primeros pasos en la Gimnasia Artística, después de que la vieran hacer unas piruetas durante una excursión con el colegio a un centro de entrenamiento. Ahí comenzó su pasión y sus ganas de superarse cada día. Su nombre pasó a ser conocido en todo el mundo en las olimpiadas de Río de Janeiro, donde arrasó en todas las categorías y se colgó cuatro medallas de oro y una de bronce. Todo parecía perfecto… había nacido una nueva estrella en Estados Unidos, pero en enero de 2018, salía a la luz un terrible episodio de abusos que había sufrido dentro de su profesión. Ella era una de las víctimas de Larry Nassar, doctor de la federación de Estados Unidos, que un mes antes, en diciembre de 2017 ingresaba en prisión, tras las denuncias de varias deportistas.

“Mi madre biológica era adicta al alcohol y las drogas, entraba y salía de la cárcel. Recuerdo que pasé hambre y miedo”

Simone, en un acto de gran valentía, alzó su voz para contar lo que había sucedido, a través de sus redes sociales. “La mayoría de ustedes me conocen como una chica feliz, risueña y enérgica. Pero últimamente me he sentido rota y cuanto más intento apagar la voz en mi cabeza, más fuerte grita. Ya no tengo miedo de contar mi historia. Yo también soy una de las muchas supervivientes que sufrieron abusos sexuales por Larry Nassar. No es normal recibir por parte de un prestigioso médico del equipo un tratamiento al que él se refería de modo horripilante como el tratamiento especial. Ese comportamiento es absolutamente inaceptable, asqueroso y abusivo, especialmente viniendo de alguien en quien me habían dicho que confiase. Durante demasiado tiempo me he preguntado si había sido muy ingenua, si había sido mi culpa. Ahora sé la respuesta a esas preguntas: no. No fue mi culpa. Ni cargaré ni debo cargar con la culpa que corresponde a Larry Nassar, la Federación Estadounidense de gimnasia (USAG) y otros”, escribía.

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Imágenes de Simone, antes de su participación en los Juegos de Río de Janeiro.

La detención de su hermano por triple asesinato

Un año después, en el verano de 2019, su nombre volvía al foco público y no por su carrera deportiva. Su hermano Tevin era detenido, acusado de asesinato. Se enfrentaba a seis cargos de asesinato, tres de homicidio involuntario, cinco de asalto y uno de perjurio por la muerte de tres jóvenes de 19, 21 y 23 años durante una fiesta de Año Nuevo en la que supuestamente disparó a bocajarro a las víctimas, según apuntó la Fiscalía.

Lejos de mantener el silencio, Simone mostró su apoyo a los familiares de las víctimas a través de sus redes. “Me duele en el corazón por todos los implicados, especialmente por las víctimas y sus familias. No hay nada que pueda decir que vaya a sanar el dolor de nadie, pero quiero expresar mis sinceras condolencias a todos los afectados por esta terrible tragedia”.

“Me duele en el corazón por todos los implicados, especialmente por las víctimas y sus familias”

Tevin se declaró inocente desde el primer momento y permaneció en prisión a la espera de juicio, ya que nadie pagó su fianza, fijada en un millón de dólares. En junio de este año, un juez de Ohio absolvió al hermano de la gimnasta olímpica por falta de pruebas. Así llegaba el fin de una pesadilla más para ella, justo antes de poner rumbo a Tokio.

Su novio juega en la liga de fútbol americano

Uno de sus máximos apoyos para enfrentarse a estos nuevos juegos, además de sus abuelos, ha sido su novio, el jugador de fútbol americano Jonathan Owens, que juega en la NFL. Pero por la situación de la pandemia, no pudieron viajar con ella para estar animándola a pie de pista. Tras su retirada en la final por equipos y anunciar que tampoco participaría en la final de suelo, asimétricas y salto, parecía que se iría sin volver a brillar.

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La gimnasta con su novio, Jonathan Owens, poco antes de viajar a Tokio.

Dio una gran lección de fortaleza y entereza diciendo “basta” y animando a sus compañeras en todas las competiciones, pero dio otra más, al anunciar su participación en la final de barra. Quería dejar Japón con un buen sabor de boca y quitarse esa espinita y lo hizo quedando en tercera posición, con una medalla de bronce que seguro que le sabe a oro. Ahora, aún no sabe cómo será su futuro, pero esperamos seguir disfrutando de sus saltos imposibles porque la suya es una historia de superación... y seguirá superando obstáculos.