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Demostró sus cualidades como agente 007 siendo James Bond durante varios años, también siendo un ladrón en El secreto de Thomas Crown y cantando en Mamma Mia!, pero ahora, Pierce Brosnan muestra al mundo otro de sus talentos, esta vez detrás de las cámaras. El actor anunciaba hace unos días que inaugurará la primera exposición de sus cuadros en Los Ángeles. Su destreza con los pinceles no le viene de ahora, comenzó a pintar en 1987, el día que a su primera mujer, Cassandra Harris, le detectaron un cáncer de ovario, enfermedad que terminó acabando con su vida cuatro años después. Para Brosnan la pintura fue su terapia y desde entonces, comenzó a llenar de color lienzos en blanco, en el que vertía sus sentimientos y su manera de ver el mundo que le rodea… Y no se le da nada mal. Una de sus obras –un retrato de Bob Dylan- terminó alcanzando la cifra de 1,2 millones de euros en una subasta benéfica.
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Ahora, a sus 68 años, se ha decidido a dar el paso de mostrar sus obras en una exposición y así lo anunciaba a través de su cuenta de Instagram: “A veces me pregunto si mostrar el trabajo que he realizado lentamente desde la noche oscura de 1987 en la que comencé a pintar. Sin embargo, como dice mi querida esposa Keely, solo vas a pintar unos pocos en tu vida. Así que, a finales de año, tendré mi primera exposición de arte en Los Ángeles... Si no es ahora, ¿cuándo?”.
El atractivo Agente 007 no es la única estrella de Hollywood con ‘licencia para pintar’, otros actores triunfan en la gran pantalla y también en el mundo del arte. Repasamos a continuación la sorprendente carrera pictórica de algunas estrellas de la meca del cine.
Anthony Hopkins
“Lo encuentro muy satisfactorio. Todo es una locura total. Es un reflejo de lo que tengo en mente”, dice sir Anthony Hopkins sobre lo que significa para él la pintura, un arte el que comenzó a dar sus primeros pasos en 2002, animado por su tercera mujer, Stella Arroyave, que es galerista de arte. Descubrió así una afición que le llena y le aporta mucha paz, al igual que la música, y en 2010, expuso por primera vez sus obras en Londres, que destacan por la expresividad de los ojos y el uso del color. “La cara no es importante. Son los ojos la parte más inquietante del alma. Es muy primitivo. Es un arte infantil. Tiene que ser infantil porque soy un niño. Últimamente he descubierto que disfruto de todo lo que supuestamente está mal en mí”, declaraba.
No se guía por una técnica concreta, como él mismo dice “yo solo pinto y lo hago por prueba y error”. Durante el confinamiento, al actor se dedicó a pintar muchas obras, algunas de las cuales ha ido mostrando a través de sus redes sociales. Sin duda esta afición, le ayudó con uno de los papeles en la gran pantalla que más le han llenado, el de Pablo Picasso.
Lucy Liu
Antes de que diera el salto a la fama por sus papeles en la gran pantalla, Lucy Liu ya demostraba sus habilidades en la pintura y la escultura. Desde pequeña se sintió atraída por el mundo del arte y la fotografía, lo que le llevó a estudiar Bellas Artes. Nunca dejó de lado esta pasión y la compaginaba con sus trabajos como actriz, pero a finales de los 2000, cuando se hizo conocida en todo el mundo por sus papeles en Kill Bill y Los Ángeles de Charlie , decidió seguir pintando, pero bajo el pseudónimo de Yu Ling... y fue una sorpresa cuando descubrieron quién se escondía tras ese nombre. Sus obras han tenido mucho éxito y desde hace años, ya no le importa que vinculen su nombre a su trabajo y ha expuesto en museos y galerías tanto de Estados Unidos como de otros países como Canadá, Singapur o Alemania.
Sylvester Stallone
Sus increíbles músculos no solo le han servido para boxear e interpretar a Rocky Balboa o a Rambo, también para ‘mover’ los pinceles y realizar impactantes obras. Sylvester Stallonese inició en el arte pictórico hace más de tres décadas y ha expuesto en múltiples ocasiones y vendido sus cuadros por miles de euros. “Creo que soy mucho mejor pintor que actor. Es mucho más personal y me permite hacer lo que quiero hacer. Muy a menudo en la actuación tienes que desempeñar un papel determinado, no puedes hablar tanto cómo quieres hablar. Supongo que los héroes no hablan mucho, tienes que ser muy estoico”, afirma. Además, dice que la pintura le ayuda a desarrollar los personajes que interpreta.
Jane Seymour
La actriz británica es una mujer polifacética y cuando no está actuando, está diseñando, escribiendo o pintando… sobre todo pintando. Es en su estudio donde le gusta relajarse y a lo largo de sus años ha trabajado diferentes técnicas. Se atreve con óleos, acuarelas y, sobre todo, pinta escenas de naturaleza y retratos. Lleva va varias exposiciones a sus espaldas y sobre todo colabora con entidades benéficas a la hora de vender sus cuadros. “A través del arte podemos soñar y tener las mismas ilusiones en concordia y en armonía”, confiesa. Durante la pandemia ha pasado muchas horas entre acuarelas y pinceles y además de varios cuadros, ha hecho unas tarjetas con fines benéficos.
James Franco
Lleva décadas enamorado del arte y compaginando su prolífica carrera con sus exposiciones en galerías de arte de todo el mundo. Sus cuadros han estado colgados en importantes museos como el Tate Modern de Londres o el Moma de Nueva York, con críticas y opiniones para todos los gustos. Al igual que en sus guiones de cine y en las películas que produce, no deja indiferente a nadie. El protagonista de la 127 Horas se dedica principalmente a la pintura, pero también se atreve a explorar integrando fotografías, vídeos e incluso performance.
Adrien Brody
“De casta le viene al galgo”, se podría decir sobre las dotes como artista de Adrien Brody, y es que su madre es fotógrafa y su padre pintor, además de profesor de Historia. Lo que comenzó para él como una terapia, se acabó convirtiendo en algo “liberador” y en una nueva faceta que explorar, que le trae muchas alegrías. El actor, ganador de un Oscar por El Pianista , ya ha expuesto en varias galerías y con muy buenas críticas, y dice que se siente más libre pintando que actuando. “Estas son mis creaciones, no mis interpretaciones de la interpretación de otra persona. Soy el director, soy el artista. Es mi responsabilidad. No es algo que llegue a través de una cadena de personas, no es la versión de un editor. Mi obra está abierta a la interpretación y se la juzgará al igual que se juzga una actuación, pero es más fiel a mí”, contaba durante la exposición que hizo en 2016 en Nueva York.