Una increíble montaña con ciento noventa y cuatro cuevas del tesoro
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La ciudad china de Tianshui alberga una misteriosa montaña budista sin igual, que encierra muchos misterios en su interior y se ha convertido en una gran joya arquitectónica. Con ciento cincuenta metros de altura, consta de siete mil doscientas esculturas, mil metros cuadrados de murales y ciento noventa y cuatro asombrosas cuevas. Según recogen documentos históricos, las cuevas comenzaron a excavarse en torno al siglo V por fieles budistas. Por su difícil acceso quedaron olvidadas muchos años, pero en 1953 la redescubrió un equipo de arqueólogos que comenzaron su rehabilitación.
Sin filtros ni photoshop, así son los campos de lavanda españoles
Llega el mes de julio y, como por arte de magia, varios rincones de Castilla La Mancha y Castilla y León cambian de color. Los campos más famosos están en Brihuega (Guadalajara), municipio conocido como El Jardín de la Alcarria, que fue pionero en el cultivo de lavanda hace treinta años y ya cuenta con más de mil hectáreas dedicadas a ello (arriba). Pero también en Castilla y León (izquierda) se dedican a su cultivo. En el mes de julio, cuando empieza la floración, las plantaciones se tiñen de impresionantes tonos violetas y azules y su perfume lo inunda todo, creando un paisaje de cuento al que cada año acuden miles de turistas.
Un bello espectáculo para los sentidos... a vista de pájaro
Estamos acostumbrados a ver el mundo con los pies en la tierra, pero, si lo miráramos desde el cielo, nos sorprenderíamos al ver auténticas obras de arte que crea el hombre en su día a día, aunque sin ser consciente de ello. Arriba, un campo donde los trabajadores preparan ramas de bambú para fabricar muebles, en la provincia china de Zhejiang. Para ello, las secan anudándolas y dejándolas de pie, dibujando un curioso lienzo con figuras geométricas. Abajo y a la izquierda de estas líneas, otro espectáculo a vista de pájaro: el momento en el que un grupo de recolectores limpia y clasifica los nenúfares listos para su venta en Vietnam. Estos trabajadores acceden con sus tradicionales canoas a la plantación y van ordenando cuidadosamente los nenúfares.