El pasado sábado 24 de julio, además de las grandes bodas de Lady Kitty Spencer y Lucía Bárcena con Marco Juncadella Hohenlohe, otro enlace fue el punto de encuentro de aristócratas y personalidades del mundo de las finanzas. Daria Botín, perteneciente a una de las sagas más importantes del mundo de la banca de España -es nieta del banquero Emilio Botín y Paloma O´Shea, marquesa de O’Shea; y de los condes Hubert e Isabelle d’Ornano-, contrajo matrimonio con Aymon Brunel en la ermita de la finca familiar que los Botín poseen en Puente San Miguel, situada en el municipio de Reocín (Cantabria). Un lugar con un gran significado para la familia de la novia, ya que allí han pasado gran parte de sus veranos y descansan, desde 2014, los restos del fallecido banquero.
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Daria Botín y Aymon Brunel, ya convertidos en marido y mujer, saludan a sus invitados a las puertas de la ermita.
La ceremonia se celebró en la más estricta intimidad y por la situación sanitaria no fue tan multitudinaria como los anteriores enlaces de los Botín que han tenido lugar allí, pero, aún así, disfrutaron de un inolvidable día rodeado de sus familiares y amigos más cercanos.
Daria es hija de Emilio Botín O’Shea , quien se dedica al mundo de la banca siguiendo la tradición familiar, y de Elisabeth D’Ornano, una de las herederas del imperio Sisley. A sus 29 años, la novia trabaja desde hace tiempo para dicha firma de cosmética en París y allí conoció a Aymon Brunel, quien desciende de una conocida saga de empresarios franceses. De hecho, sus padres, Arnaud y Candelita Brunel, son conocidos en los círculos aristocráticos parisinos.
La ceremonia se celebró en la más estricta intimidad, y por la situación sanitaria no fue tan multitudinaria como los anteriores enlaces de los Botín
Los novios residen en la capital francesa, pero eligieron España para su gran día, con un escenario excepcional, casi de cuento. La casa de Puente San Miguel, que data de 1900, destaca por sus espectaculares jardines que están abiertos al público semanalmente y son Patrimonio de la Humanidad. Es la típica casona cántabra hecha de piedra con una ermita privada y a su entrada está adornada con el escudo de la familia Botín y un monumento al descubridor de las Cuevas de Altamira que mandó construir el banquero.
El momento más esperado fue la llegada de la novia, que hizo su aparición en la ermita del brazo de su padre, con una gran sonrisa. Llevaba un elegante y vaporoso vestido de gasa con cristales bordados y escote en ‘v’ y un delicado velo que partía desde los hombros. Completó su look con un peinado muy natural, con la melena suelta con suaves ondas.
Una vez convertidos en marido y mujer, desde las escaleras del templo, los recién casados disfrutaron junto a sus invitados de un típico baile regional, antes de dar comienzo el almuerzo. No faltaron a su lado en este importante día sus familiares y amigos, entre los que se encontraba Cósima Ramírez, hija de Ágatha Ruiz de la Prada, y Mariuka Corsini, entre otros.