Parecen unas gafas de sol corrientes, pero, en realidad, esconden una maravilla electrónica en sus patillas que prometen hacer la vida más fácil a más de uno. A través de este revolucionario dispositivo, desarrollado en Framingham, una ciudad situada en Massachussetts (Estados Unidos), podrás disfrutar de música, realizar llamadas telefónicas y tener acceso a una multitud de aplicaciones con solo un golpecito. Las patillas se conectan al smartphone a través de Bluetooth y funcionan de una forma similar a unos auriculares inalámbricos. Al no introducirse en el oído, no bloquean el ruido exterior y son más seguras a la hora de andar por la calle. Además, se evitará la pérdida de los actuales auriculares inalámbricos.

Los ojos que todo lo ven: de la Covid a los posibles accidentes

Y si las anteriores gafas permitían comunicarse a golpe de patilla, las que aparecen a la izquierda de estas líneas nos ayudan a detectar el coronavirus. Se trata de un artilugio que se ha llevado a cabo en nuestro país, en Valencia, en colaboración con profesionales estadounidenses y chinos. De forma instantánea, es capaz de detectar una inflamación ocular, casi imperceptible, que solo se da en contagiados de COVID-19, tanto en enfermos graves como en asintomáticos. “Es la mejor herramienta hasta el momento para saber si una persona está enferma en eventos multitudinarios o lugares de ocio”, afirma Alfonso Soriano, ingeniero de Innoarea, una empresa de tecnología española involucrada en el proyecto. Pero para gadget tecnológico el que ha sido inventado por Minwook Paeng. Este joven ingeniero de Corea del Sur ha creado un globo ocular robótico para evitar alguna que otra caída a aquellas personas que no pueden despegar su mirada de la pantalla del teléfono móvil. Este dispositivo, que se sujeta en la frente, emite una señal acústica al encontrarse con obstáculos. Y es que tres ojos siempre ven más que dos, aunque uno sea artificial.

El sueño de los fans de ‘Star Wars’ hecho realidad: un sable de luz que corta el acero como mantequilla

Un célebre youtuber e ingeniero canadiense ha conseguido hacer realidad el sueño de muchos fans de la saga cinematográfica Star Wars. James Hobson ha creado un sable de luz a imagen y semejanza de las espadas láser de los Jedi. La espada utiliza dos gases combustibles (almacenados en una mochila) que pueden derretir hasta una puerta de acero, prácticamente en un abrir y cerrar de ojos, cuando la mezcla de gases arde a unos 2200 grados centígrados. Hobson, además, le ha añadido color, como en las películas, agregando cloruro de sodio para que el rayo sea amarillo o ácido bórico para que se vuelva verde.

El nuevo juguete que haría las delicias de James Bond

El PD-100 Black Hornet, desarrollado por la empresa noruega Grotmol Solutions, es un helicóptero en miniatura de 16 centímetros de longitud y 15 gramos de peso. Cabe en la palma de la mano y ha sido diseñado para llevar a cabo misiones de reconocimiento y espionaje de alto nivel. Equipado con tres sofisticadas cámaras y muy silencioso, puede alcanzar 25 minutos de autonomía y una velocidad de 30 km/h. La persona que lo maneja mediante un control remoto puede estar a 1 kilómetro de distancia.