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Este lunes 26 de julio se cumplen cuatro años desde que Ángel Nieto sufriera un accidente en Ibiza que, días más tarde, le costó la vida. La leyenda del motociclismo tenía 70 años. “Vino a la isla el día antes para celebrar mi cumpleaños. Ángel había comprado un barco de motor antiguo y estábamos metiendo música en un altavoz. ¡Bailamos en el porche de nuestra casa! Se hizo un poco tarde. Nos quedamos Hugo y yo. Él se fue a dormir porque quería comprar unas luces para un cuadro que se había fundido. Hugo le dijo: “Te quiero, papá, hasta mañana”. Tengo grabada su mirada, como si me dijera: “¿Ves? ¡Me quiere más a mí!”. Se fue a dormir con toda la ilusión y el 26 nos levantamos con el desgraciado accidente”, nos contaba su viuda, la exmodelo leonesa Belinda Alonso, en una entrevista exclusiva con ¡HOLA!. El tres de agosto, tras varios días debatiéndose entre la vida y la muerte, el histórico corredor de motos falleció.
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Su desaparición consternó a sus seguidores que lo homenajearon con concentraciones moteras a lo largo del país. Y desde entonces se han inaugurado en su honor carreteras, colegios, plazas, polideportivos, circuitos… y hasta un hotel con su nombre. Su muerte fue especialmente dura para su familia. Ángel dejó tres hijos: Ángel —conocido como Gelete— y Pablo, nacidos de su primer matrimonio con Josefa Aguilar; y Hugo, que en aquel momento tenía aún 16 años, fruto de la relación del piloto con Belinda Alonso, con la que nunca se llegó a casar pero con la que mantuvo una relación de más de 30 años.
Hoy, Hugo, es un joven de 20 años que, más que nunca, echa de menos a su padre, a quien estaba muy unido. “¡Éramos dos lapas! Siempre he sido consciente de que mi padre era especial, un genio. Cuando venía al colegio a por mí, era una revolución. Ahora me abren las puertas de todos los sitios a los que voy solo por ser su hijo. Hay gente que se emociona hasta la lágrima. ¡Menudo honor!”, nos ha contado en la entrevista que ha concedido a ¡HOLA! junto a su madre en la residencia familiar de Madrid.
Hugo estudió en el Colegio Santa María del Pilar, en Madrid, y pasó una temporada en el internado británico Sandroyd, ubicado en Salisbury. Desde pequeño, siempre fue un gran deportista. Jugaba al fútbol, pero finalmente se decantó por el tenis. “Me encantan las motos y el ambiente, pero en casa nunca me lo fomentaron, así que nunca pensé en dedicarme al motociclismo. De pequeño iba haciendo ‘rum, rum’ con una moto que me regaló Fonsi, pero al final me decanté por el tenis. Mi padre estaba contento y me acompañaba a las competiciones, aunque se enfadaba cuando perdía. Si no me salía bien el partido, lo veía marcharse cabreado. [Risas]”, dice.
Para mejorar su técnica, decidió apuntarse a la Academia de Rafa Nadal, en Manacor, donde cursó bachillerato en el colegio internacional que hay allí. “La experiencia fue alucinante. Soy la primera promoción de la academia. Estudié secundario y bachillerato allí, en el colegio americano que está dentro. Rafa entrena allí y me emocionaba de verlo tan cerca. ¡Es un ejemplo de humildad increíble! Conocía a mi padre y me saludaba. Yo reaccionaba muy tímido. Su tío Toni me ayudó mucho. Daba igual que yo ya hubiese entrenado. Si me encontraba con él por la tarde, iba rápido a por la raqueta. Me enseñó a ser mejor jugador”.
Hoy en día, el tercero de los hijos de Ángel Nieto estudia Finanzas en una universidad de San Francisco, en Estados Unidos. “Me dieron una beca para jugar al tenis, aunque estoy un poco fastidiado de la rodilla. Tengo una lesión en el tendón rotuliano. De momento, la solución no es meterme en la pista porque me hago más daño, pero no me doy por vencido”, nos cuenta el joven. Enamorado del tenis, su idea es poder combinar este deporte con otro sueño: “Me gustaría tener mi propia empresa, quizá enfocada en el mundo de la moda. Ya veremos, es un proyecto a largo plazo”, revela Hugo, cuya belleza ha provocado que le lleguen numerosas peticiones para convertirse en modelo. “Me lo han dicho muchas veces, pero mis padres siempre me han recomendado: primero tenis y estudios; luego modelo. Igual lo puedo combinar. ¡Por probar no estaría mal!”, comenta el joven, quien por cierto tiene novia, aunque prefiere no desvelar mucho más: “Sí, algo hay”.
Otro de sus planes favoritos es escaparse a la casa familiar de Ibiza. Allí, la familia vivió algunos de los momentos más felices antes de la trágica muerte. “Cuando pienso en mi padre, la primera imagen que se me viene a la cabeza es verlo apretando tuercas en el jardín de nuestra casa de Ibiza. [Risas] Él siempre estaba contento: en un campeonato o en casa, con el rey o con nuestro jardinero... Todo lo hacía al cien por cien. A veces parecía que no era humano. ¡Nunca lo he visto triste ni quejarse por nada! Me ha inculcado esa pasión por la vida”, confiesa Hugo, quien tiene muchas cosas en común con el legendario Ángel Nieto. “Espero haber heredado muchas cosas de él. ¡Cuántas más, mejor! Era fuerte, inteligente y sociable. Mis padres me han enseñado que lo importante no es lo material sino la huella que dejas en la gente. Yo soy su hijo, pero voy a hacer mi propio camino sin olvidar la suerte que he tenido al tenerlo como padre”, finaliza.