El domingo 11 de julio, justo una semana antes de su setenta y un cumpleaños, Richard Branson ha cumplido su sueño de la infancia: viajar al espacio. Lo ha hecho desde la base Spaceport America, en Nuevo México (Estados Unidos), y a bordo de una nave de su compañía, Virgin Galactic. Junto a dos pilotos y tres tripulantes, Branson ha superado los 85 kilómetros de altura, límite entre la atmósfera y el espacio exterior.
Durante unos minutos, ha podido observar la curvatura de la Tierra y experimentar la ingravidez en primera persona. A su regreso, lo ha celebrado con su mujer, Joan, y sus hijos, Holly y Sam, que han vivido este momento histórico desde la base. Branson tiene el objetivo de abrir el espacio a todo el público… a todo el que disponga de 210.000 euros, el precio que ha fijado para este vuelo.