Para su cita anual con la Feria del Arte Contemporáneo, siempre reserva un buen estilismo y este año no ha sido una excepción. La Reina reinventó la capa y se vistió de radiante blanco para inaugurar Arco. Arte y realeza siguen caminando de la mano, aun en la edición más atípica en sus cuarenta años de historia. Un aniversario que debía haber celebrado por todo lo alto, pero que tendrá que esperar. Del invernal mes de febrero al mes de julio (entre el 7 y el 11), con un aforo reducido al 50 %, un formato más pequeño —ciento treinta galerías de veintiséis países— y sin país invitado… Como novedad, los veinticinco Proyectos de Artista, todos ellos de mujeres.
La Feria volvió a atraer a todo el mundo del arte, pero también a la sociedad española que desfiló sobre una gigante alfombra gris, entre ellos, Rosario Nadal, Carolina Herrera y su pareja Francisco Bosch, Susanna Grisso, María Zurita y Nuria March.
Y del parque Ferial Juan Carlos al luminoso despacho de la Reina en Palacio, donde un día antes (vestida de verde y sin mascarilla por primera vez en muchos meses) intervino telemáticamente en un foro global que se desarrolló en paralelo al Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible de la ONU, en Nueva York.
Demostrando una vez más su compromiso con las personas que sufren enfermedades raras, y manifestando la voluntad de España, se sumó a la iniciativa (ochenta y tres países) para promover una resolución de Naciones Unidas que defina de forma conjunta cómo abordar los desafíos para mejorar la vida de estas personas.