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La historia secreta de Indian Creek, el ‘montículo de arena y lodo’ que Julio Iglesias convirtió en la isla de los famosos

La urbanización más exclusiva de Miami está a punto de cumplir cien años y tiene una nueva vecina: Ivanka Trump. Pero fue el cantante español quien creó la leyenda de esta isla


Actualizado 16 de julio de 2021 - 14:48 CEST

Tengo muchas casas, pero ningún hogar”, confesó  Julio Iglesias  en 1984, el año en que conquistó definitivamente el mercado estadounidense con su disco 1100 Bel Air Place. En aquella entrevista, el cantante español más internacional enseñó a América la única casa a la que podría llamar hogar: Indian Creek. Allí, Julio ha vivido durante cuatro décadas y ha formado una familia numerosa junto a Miranda Rijnsburger. Gracias a él, esta pequeña isla -1,2 kilómetros cuadrados- ubicada en la laguna tropical de Biscayne Bay, entre Miami Beach y Bal Harbour, se ha convertido en la urbanización más exclusiva del mundo. Y en la más solicitada por los ricos y famosos. Muy pocos pueden vivir en ella -según el último censo, menos de cien habitantes-, ya que solo hay una treintena de casas construidas y unas pocas parcelas a la venta.

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HOLA 3532 Indian Creek© Archivo ¡HOLA!
El cantante español más internacional enseñó a América la única casa a la que podría llamar hogar: Indian Creek.

Ivanka Trump, hija de Donald Trump, acaba de comprarle a Julio uno de esos terrenos. Mientras construye su hogar, ella y su marido, Jared Kushner, están alquilando una mansión en la isla, no muy lejos de las casas que tienen las top models Gisele Bündchen y Adriana Lima. La presencia de la hija del ex presidente de Estados Unidos ha interrumpido la tranquilidad que reina allí. Pero también es la prueba de que el islote sigue siendo el sitio preferido de los poderosos para vivir. En 2028, Indian Creek cumplirá cien años. Casi un siglo después de su creación, mantiene su aura de misterio y exclusividad. Sin embargo, no siempre fue el edén de mansiones de estilo colonial español que es hoy, con sus embarcaderos privados, su club y su legendario campo de golf de 18 hoyos.

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Ivanka Trump, hija de Donald Trump (arriba), acaba de comprarle a Julio uno de esos terrenos.

Una ciénaga inhabitable

Hace un siglo, Indian Creek era “un montículo de arena y lodo”, un pantano inhabitable en medio de la bahía Vizcaína. Cuatro empresarios del Medio Oeste de Estados Unidos -Harold Metzing, Walter Briggs, Fred Todd y Edwin Gould- y uno de Virginia -John Brander- se asociaron para comprar la ciénaga con una visión de negocio revolucionaria para la época: crear una gated community, una urbanización cerrada con su propio campo de golf. Antes de comenzar las obras para rellenar el terreno, los fundadores del proyecto ya lograron vender 41 parcelas. Cada una de ellas se vendió por 20.000 dólares. Ahora, Ivanka Trump habría pagado unos 30 millones de dólares por uno de los terrenos.

Hace un siglo, Indian Creek era “un montículo de arena y lodo”. Ahora, Ivanka Trump habría pagado unos 30 millones de dólares por uno de los terrenos

Tras los trabajos de dragado, el constructor Robert F. Lawrence se hizo cargo de hacer realidad el sueño de los creadores de Indian Creek: levantar un campo de golf diseñado por William F. Flynn, uno de los mejores arquitectos de greens del mundo. La construcción fue una odisea, ya que los obreros y las mulas se hundían hasta el cuello en el barro y la arena. Pero Lawrence hizo muy bien su trabajo y desarrolló una innovadora red de desagües. Ninguna tormenta tropical o huracán ha logrado inundar el campo de golf en estos cien años.

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Cuatro empresarios del Medio Oeste de Estados Unidos se asociaron para comprar la ciénaga con una visión de negocio revolucionaria para la época: crear una gated community, una urbanización cerrada con su propio campo de golf.

La otra joya de la isla es su club, una mansión de estilo colonial español ideada por el famoso arquitecto suizo Maurice Fatio para que los socios pudieran reunirse después de sus partidas de golf bajo el abrasante sol de Miami. Fatio ya había levantado las casas más fabulosas de Miami y Palm Beach para las grandes fortunas de la época -los Rockefeller, los Vanderbilt, los Hutton-, y creó para los residentes de Indian un palacio mediterráneo a diez metros sobre el nivel del mar, construido sobre pilotes de hormigón. Una vez, el arquitecto se jactó de que si un huracán se llevaba toda la tierra de la isla, su obra seguiría en pie sobre sus pilares.

El club abrió sus puertas en 1929, poco antes de la catastrófica implosión de Wall Street que desató la Gran Depresión. En los meses más duros de la crisis económica, solo dos o tres personas iban a cenar y eran atendidos por un ejército de treinta camareros. A finales de la década de 1930, los ricos y famosos recuperaron sus fortunas y volvieron a Indian Creek.

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El club abrió sus puertas en 1929, poco antes de la catastrófica implosión de Wall Street que desató la Gran Depresión. A finales de la década de 1930, los ricos y famosos recuperaron sus fortunas y volvieron a Indian Creek.

La vuelta al mundo con Julio

Sin embargo, la fama mundial de la isla tiene nombre y apellido españoles: Julio Iglesias. En 1978, el cantante firmó un contrato multimillonario con CBS International y fijó su residencia oficial en Miami. En 1980 sacó el álbum Hey!, uno de sus mayores éxitos. El disco alcanzó las primeras posiciones en todo el mundo y se estima que se vendieron unas veinte millones de unidades en todo el planeta. Julio se consagró como el mayor vendedor de discos en Estados Unidos y el Latinoamérica.

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Julio Iglesias junto a su esposa, Miranda Rijnsburger.

Solo cuatro años después, el artista conquistó definitivamente el mercado estadounidense con su primer disco en inglés, 1100 Bel Air Place, del que vendió ocho millones de copias en todo el mundo. Ese mismo año, 1984, firmó un contrato mundial de publicidad y promoción con Coca-Cola -el mayor acuerdo de la historia- y enseñó su casa de Indian Creek a la revista americana Architectural Digest. El artista encargó la decoración de su mansión al español Jaime Parladé y al argentino Mario Connio, quienes dieron a la propiedad un aire mediterráneo, masculino y sensual que reflejaba la personalidad de su dueño.

Julio Iglesias encargó la decoración de su mansión al español Jaime Parladé y al argentino Mario Connio, y sólo puso una condición: poder “quedarse dormido en cualquier lugar”

Julio dio a Parladé y Connio carta blanca en la decoración de la casa y solo puso una condición: poder “quedarse dormido en cualquier lugar” de la sala de estar. Los interioristas decoraron el salón principal con sofás mullidos, mesas italianas de travertino rosa y un piano de cola Yamaha. Las persianas, pintadas por Tim Behrens, estaban enmarcadas en teca y servían para filtrar la fuerte luz de Florida durante el día y crear un efecto de mural por la noche. Toda la propiedad estaba llena de espacios abiertos y objetos lujosos que daban testimonio del éxito del dueño de casa: delicadas mesas de laca, candelabros de John Piper, pinturas del cotizado artista argentino Rogelio Polesello.

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Julio Iglesias nos enseñó su nuevo hogar en la isla, junto a su mujer y sus hijos, en abril de 2012.

Durante estas cuatro décadas, Julio ha posado en numerosas ocasiones para ¡HOLA! en su casa de Indian Creek: con sus hijos mayores, Chábeli, Enrique y Julio José, en enero de 1981;  cuando ETA liberó a su padre, en febrero de 1982 ; cuando redecoró la mansión al estilo oriental, en marzo de 1990; cuando protagonizó su primer posado con Miranda, en 1993; o cuando nos enseñó su nuevo hogar en la isla, junto a su mujer y sus hijos, en abril de 2012. Esas imágenes han dado la vuelta al mundo y han acrecentado la leyenda de la isla... y de Julio. Probablemente, el cantante siga pensando que tiene “muchas casas, pero ningún hogar”. Sin embargo, para los millones de fans que tiene Iglesias en todo el mundo, Indian Creek es su casa.

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