Cristina Villar-Mir se unió este sábado, 10 de julio, a la oleada de bodas en España. La hija de Juan Villar-Mir de Fuentes, presidente del grupo familiar, y Cristina Palacios se casó con Eduardo Rodríguez García-Gasco, su pareja desde hace años, a las siete de la tarde, en Sotogrande, Cádiz.
La ceremonia religiosa tuvo lugar en la parroquia de Nuestra Señora de la Merced (con una decoración floral impresionante), donde se leyó la bendición papal enviada por el Pontífice y se le dio un papel muy importante a su abuelo, Juan Miguel Villar-Mir, ingeniero, ministro con Arias Navarro y uno de los empresarios más importantes de España.
Cristina, otra de las herederas de la aristocracia financiera, llegó en un coche de época acompañada de su padre y padrino, que vestía chaqué, llevando un gran ramo de flores de tallo largo. La novia eligió un vestido blanco en el que destacaba el diseño de las mangas y las aberturas laterales, y un velo de familia y el peinado: una coleta sin adornos efecto pelo mojado.
La celebración —el día anterior también hubo una fiesta previa— tuvo lugar en la fabulosa residencia familiar ubicada el corazón de esta urbanización gaditana, fundada por ellos, y con vistas al campo de golf.
La boda reunió a la alta sociedad española y entre los invitados estaban José María Aznar y Ana Botella; Ana Rosa Quintana y su marido, Juan Muñoz, y Bertín Osborne.
Hubo música en directo, un cóctel y una cena —las mesas vestidas de blanco y los jardines iluminados—, en la que se sirvió hamburguesa de solomillo y tarta de Obleas con nata; y se rompieron dos tradiciones: no hubo pastel nupcial y la novia abrió el baile con su padre en la misma terraza desde la que este había pronunciado el discurso.