Tras un tiempo alejada del primer plano, Jennifer Lawrenceha reaparecido en el desfile de alta costura de Christian Dior, firma de la que es imagen y embajadora. La pasarela de París ha sido el escenario escogido por la actriz para su gran rentrèe, ya que el suyo ha sido uno de los regresos más esperados. Tras su retirada voluntaria y su boda con el galerista Cooke Maroney, la protagonista de Los juegos del hambre apenas se ha dejado ver en los últimos dos años.
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Fue en febrero de 2018 cuando anunció que se retiraba voluntariamente del cine para dedicarse a otras actividades. En plena cima de su carrera, con tres nominaciones a los Oscar y una victoria por El lado bueno de las cosas, a sus 27 años, Lawrence adelantó en una entrevista que se tomaba un año sabático para centrarse en la organización Represent Us, que lucha contra la corrupción política y cuyo objetivo es alentar a los jóvenes a participar más en los asuntos políticos.
Después, en octubre de 2019, protagonizó una boda prácticamente secreta con Maroney en una exclusiva mansión de Newport, en Rhode Island. Apenas trascendieron imágenes de los contrayentes ni de sus invitados.
Durante el confinamiento y los meses posteriores, la intérprete de Gorrión rojo disfrutó de su recién estrenado matrimonio y siguió manteniendo un perfil bajo, retirada del cine, de la atención mediática y sin dejarse ver, salvo cuando fue fotografiada paseando junto a su marido por las calles de Nueva York, donde residen.
Pero este retiro no ha estado exento de sobresaltos para la joven actriz. En noviembre del año pasado, unas semanas después de celebrar su primer aniversario de boda, Jennifer recibió una triste noticia: la destrucción total de su granja familiar por culpa de un terrible incendio.
Camp Hi-Ho, una vasta propiedad que la familia de Lawrence posee en Kentucky, quedó reducida a cenizas en cuestión de horas. Afortunadamente no hubo que lamentar la pérdida de ninguna vida humana ni de los cientos de animales que vivían en la granja. Blaine, el hermano de la actriz, vivía allí de manera permanente, ya que estaba explotando la propiedad como campamento de verano para jóvenes.
“Con el más profundo dolor de nuestro corazón confirmamos que la pasada noche nuestra granja fue víctima de un terrible incendio. Estamos profundamente agradecidos de ninguna persona ni ningún animal hayan sufrido daños, pero todavía estamos lamentado la pérdida de años de duro trabajo y recuerdos acumulados dentro de esas paredes”, explicó Blaine Lawrence a través de su página oficial de Facebook.
Meses después, y tras retomar su carrera con el rodaje de Don‘t Look Up , una gran apuesta de Netflix en la que comparte reparto con Leonardo DiCaprio, Meryl Streep, Timothée Chalamet, Cate Blanchet, Chris Evans y Ariana Grande, Jennifer sufrió un accidente que estuvo a punto de costarle el ojo derecho, según publicó TMZ.
Al parecer, el incidente ocurrió en febrero pasado y en medio del rodaje de esta súper producción. Jennifer Lawrence se encontraba grabando una escena junto a Timothée Chalamet, cuando los fragmentos de cristal de una explosión controlada, como parte de los efectos especiales de la película, alcanzaran el párpado de la actriz, a la que se pudo ver llevándose las manos al rostro. El rodaje paró durante unos días y finalmente todo quedó en un susto para la intérprete que, aunque apareció en el photocall de Dior con gafas de sol, en el front row del desfile se desprendió de ellas mostrando sus ojos en perfecto estado.