Val Kilmer es hoy en día un hombre tocado por el cáncer y por el paso inexorable del tiempo, sin embargo, hubo una época en la que Hollywood era inimaginable sin su presencia. Calificado como uno de los chicos duros de la pantalla, el actor no solo se ganó el título de soltero de oro, sino también el de rompecorazones contando en su historial amoroso con nombres como el de Cher, Angelina Jolie o Cindy Crawford. Venerado y odiado a partes iguales, Kilmer se ganó el favor del público interpretando con éxito a un hipnotizante Jim Morrison en la película biográfica de la banda The Doors, como compañero de Tom Cruise en Top Gun o incluso metiéndose en la piel de Batman. No así el cariño de algunos de los que trabajaron con él, quienes calificaron al actor de psicótico, perturbado y agresivo. "Nunca escalaré el Monte Everest y nunca volveré a trabajar con Val Kilmer dijo el director John Frankenheimer tras terminar el rodaje de La isla del Dr. Moreau.
Pero rencillas aparte, lo cierto, es que Kilmer nació para ponerse delante de una cámara, lo que se desconocía hasta ahora, es que también nació para hacerlo detrás filmado y coleccionado en numerosas cajas cintas de vídeo caseras donde aparece de joven con su familia, en diversos momentos de su carrera y junto a sus hijos. Testimonios que ahora han sido reunidos por los cineastas Ting Poo y Leo Scott en un documental titulado Val, que esta semana se estrenaba en Cannes logrando estremecer a todo el festival.
A pesar de que el actor no estuvo presente en el certamen, en el que nadie pudo quedar impasible ante el testimonio en primera persona del actor, sí lo estuvieron sus hijos Mercedes y Jack Kilmer, de 29 y 26 años respectivamente, nacidos de su complicado matrimonio con Joanne Whalley (quien llevó a la estrella hasta dos veces a los tribunales), y con quienes el actor mantiene actualmente una excelente relación.
Kilmer, quien aparece en la cinta hablando con dificultad debido a la traqueotomía a la que tuvo que ser sometido por el cáncer de garganta que fue diagnosticado en 2015, habla con franqueza sobre su vida y su carrera. Algo hinchado y comunicándose de una manera que ha sido descrita por el New York Times como “una mezcla entre un chillido y un rugido sin voz", el actor hace un sincero relato de sí mismo, en el que no da de lado a los demonios que han transitado por su vida.
Hijo de un acaudalado terrateniente de Arizona, cuenta la leyenda que a los 12 años salió del rodaje de un anuncio de hamburguesas diciendo que no podía encontrar la motivación de su personaje, una obsesión que le marcaría de por vida y que le llevó a ganarse la etiqueta de actor conflictivo dentro del mundillo de Hollywood. Sin embargo, poco o nada queda de ese chico duro en este documental, en el que el actor, al que en ocasiones es necesario subtitular y otras necesita la ayuda de su hijo para comunicarse, se rompe en llanto recordando algunos de los capítulos más tristes de su vida, como la muerte de su hermano Wesley, quien sufrió un ataque epiléptico en un jacuzzi y se ahogó a los 15 años. "Nuestra familia nunca volvió a ser la misma", dice Kilmer, quien a pesar de todo afirma que ha vivido “ una vida mágica” y que a través de sus cintas ha capturado parte de ella.
A los 17 años, el actor partió hacia Nueva York para estudiar teatro en la famosa Juilliard School y fue allí donde comenzó a codearse con actores como Sean Penn y Kevin Bacon. Trabajó en Broadway y después de eso, no pasó mucho tiempo antes de que Hollywood se interesara en él y le catapultara al éxito. Su carrera se estancó en la década de 2000 y, a medida que aumentaba de peso, los papeles protagonistas brillaban por su ausencia. Se refugió en la poesía y el arte y triunfó en el teatro caracterizado magistralmente de su ídolo Mark Twain. Después comenzó a tener dificultades para tragar y el diagnóstico le llevó a refugiarse aún más en la fe. "La vida es un viaje espiritual y mi objetivo es vivir el momento. Tener una mentalidad abierta me ha llevado a lugares extremos, tanto claros como oscuros" afirma el actor.
Superando aún la muerte de su madre en 2019, uno de los pilares esenciales de su vida y a quien el actor estaba muy unido, Kilmer no duda en afirmar: "Me he portado con valentía, de forma extraña con algunos ... Me veo como un ser humano sensible e inteligente, pero con alma de payaso". El documental estará disponible a través de Amazon Prime el próximo 6 de agosto.