La ex primera dama ha vuelto a casa. No, no es que Melania Trump haya regresado a la Casa Blanca sino que se la ha podido ver en Nueva York, ciudad en la que los Trump residían antes de su aventura presidencial. Por sorpresa se ha podido fotografiar a Melania en las calles de la Gran Manzana, algo quizá ilógico para muchos que pensarán que los veranos de Palm Beach, Florida, donde han permanecido tras abandonar Washington, son mucho más amables. No para los Trump que, tal y como informa People, tendrían pensado pasar parte de estos meses estivales entre Manhattan y Bedminster, en Nueva Jersey, quizá para curar la nostalgia del bullicio de la urbe.
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Un adiós cargado de simbología: Donald y Melania Trump abandonan la Casa Blanca
Saliendo de la Torre Trump y acompañada por su hijo Barron, se ha podido ver a Melania, con un estilo muy cómodo e informal, en la que es su primera aparición pública desde el pasado enero y tras el anonimato del que ha gozado en el complejo Mar-a-lago. Una discreción que parece buscar de nuevo con su estilismo sencillo, un mensaje sin palabras de esos que tanto le gustan. En la antes citada publicación se detalla que parece que Melania, de 51 años, y su hijo Barron (¡impresionante lo cambiado que está el adolescente!) pasarán las próximas semanas entre su residencia de Manhattan y la de Bedminster. Es en esta última donde se instalará Donald Trump, que esta misma semana anunciaba precisamente desde allí varias demandas a compañías tecnológicas por haber vetado sus perfiles sociales.
“Aunque Palm Beach es su residencia principal, los Trump irán y vendrán a Nueva York y Nueva Jersey durante el verano. Melania y su propia familia hacen también cosas juntos y no necesariamente con Donald” informa una fuente cercana al expresidente, refiriéndose a los padres y hermana de la ex primera dama. Añade dicha fuente que el matrimonio no tiene problemas en separar sus agendas y que Melania, aunque nunca se aleja mucho de su marido, tiene sus propios planes y a veces viaja también sola. El revuelo mediático que les rodea (acentuado ahora tras el comentado final de Donald en el cargo) no es de su agrado, así que ella trata de mantenerse lo más al margen posible.
Barron Trump, el otro protagonista de la investidura
En vídeo: El primer baile de Donald y Melania Trump
Vida discreta en Florida
Melania Trump nunca ha sido amiga de las cámaras, ni siquiera cuando ocupó la Casa Blanca como primera dama estuvo cómoda con la atención que se le prestaba. Por eso su gesto una vez que se cerró su etapa en Washington parecía más relajado. Durante estos pasados meses, ha recuperado una rutina discreta en Mar-a-lago, un refugio en el que las visitas al spa, las tardes con su hijo Barron, de quince años, y cenas con su marido y la hija de este Ivanka han ocupado su tiempo. Aunque dejó sus obligaciones institucionales al mismo tiempo que su marido, parece que ha seguido trabajando en la iniciativa Be Best, que puso en marcha durante el mandato de Trump para ayudar a los niños que sufren problemas como el ciberacoso.
Melania tenía ganas de dejar la vida de Washington. Es precisamente lo que parece que escenificó a su llegada a Florida en enero, tras abandonar la capital con su marido. Subió al avión con unos altísimos tacones a juego con el conjunto de Chanel de la colección Metiers D'Art 2019, que constaba de una falda lápiz y una chaqueta corta de manga francesa en tweed, un “lamento” por la vida que dejaba atrás que duró el tiempo que tardó en llegar al estado del sol. Melania bajó la escalerilla como una mujer nueva: con zapatos planos y un vestido suelto de Gucci con un print de figuras geométricas, una imagen que, a juicio de muchos, significaba liberación. Este regreso a casa es un paso más en el camino hacia su vida anterior.