Lleva tatuado en el antebrazo ‘Querer es poder’ casi como un lema de vida. Y se ha hecho realidad. Ana Guerra ha dado un giro de 180 grados y ha comenzado a hacer la música que le gusta, la música que siente. Ha encontrado su identidad. El primer avance del que será su álbum más personal, en el que no se ha dejado nada en el tintero y cuenta su propia historia, es el single Tik Tak, con el que la cantante canaria da el pistoletazo de salida a esta nueva etapa profesional y personal tras una crisis de la que ha salido fortalecida. “He dado un salto al vacío, es como una nueva era. Significa haberme encontrado a mi misma, a mi verdad y haber sido valiente. Soy una persona muy hermética, pero sin embargo, vas a contarle tu vida a todo el mundo, vas a contar tu verdad. A este punto hubiera llegado antes o después pero se ha acelerado por el confinamiento” nos cuenta Ana.
“Ahora tengo clarísimo que estoy donde quiero estar y me siento muy cómoda. Estoy mucho más feliz que antes. Aunque por supuesto no reniego del pasado, estoy muy orgullosa de lo que he vivido, además” añade la cantante que ha estado en guerra consigo misma. “Sí, porque aunque la búsqueda ha sido preciosa y he vivido cosas maravillosas, siempre he sabido que me faltaba algo. Iba todo muy rápido y, al final, lo único que había que hacer era parar. Y nos paró el mundo. El confinamiento y el principio de la desescalada ha sido uno de los peores momentos de mi vida que yo recuerde y al mismo tiempo no lo cambio porque si no, no estaría aquí haciendo ahora esto. Suena Tik Tak y pienso: ‘Lo conseguí’. Porque era muy arriesgado”. Mientras hablamos con Ana Guerra de esta nueva etapa, de cómo ha enfrentado la situación, de la terapia que desde hace dos años la ayuda a saber quién es y qué es lo que quiere, de sus gustos y aficiones, de su talento para componer, de la música que escucha... hablamos de nuestro ‘invitado especial’ a la sesión de fotos, su perro Dumbo, un Cavalier King Charles Spaniel que la ayudó en un momento muy complicado de su vida.
-¿Cómo llegó Dumbo a tu vida?
-Unos amigos míos habían tenido una camada de Cavalier y Sandro Nonna fue el culpable de que Dumbo llegara. Yo estaba viviendo un momento personal muy complicado y me costaba hasta salir a la calle. Y claro, al final, fue una responsabilidad, ya no lo tenía que hacer por mí, lo tenía que hacer por él… Y ya lleva más de un año conmigo.
-Cuando se cierra una puerta, se abre una ventana.
-Justo. Y no lo cambio por nada. He aprendido del amor más desinteresado que hay, de la felicidad de las pequeñas cosas y de no adelantar nunca nada. Tú te pones nerviosa porque vas al médico, pero el perro no sabe que va al veterinario y está feliz.
-Lo tienes adiestrado además.
-Claro, y además Cristina, su adiestradora, me ayuda mucho cuando tengo mucho trabajo. El perro tiene que tener sus salidas, sus comidas controladas, tiene que seguir aprendiendo.
-No es fácil viviendo sola, con una profesión en la que tienes que estar viajando..
-Al principio me lo llevaba a todos lados, pero me veía más pendiente de si el perro había comido, de si había hecho salido o si estaba bien, que de expresar lo que yo quería en una canción. Dije: ‘Esto hay que solucionarlo’. Y de ahí que esté Cristina en mi vida.
-¿Y Dumbo se porta bien, entonces?
-Es un encanto, aunque no logramos que deje de ladrar con el timbre. Como suene el timbre, monta un jaleo… pero es muy rico, duerme toda la noche en su camita a mi lado, es super respetuoso. Y como yo esté triste lo siente, si lloro tengo que cogerlo y decirle: ‘¡Pero para de chuparme ya por favor!’, dice riendo Ana.