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En la recta final de Supervivientes, el maestro de ceremonias de Tierra de Nadie (espacio en el que se ofrecen las novedades del citado reality) ha hecho un alto en su agenda televisiva para trasladarse a Marbella, donde ha reforzado su compromiso con las causas sociales. En la urbanización La Virginia de ciudad andaluza Carlos Sobera ha participado en la apertura oficial de la Casa Global Gift. Bautizada como Casa Ángeles, es un proyecto que es un sueño hecho realidad tras casi un lustro trabajando en ella. Se trata de un centro de día para niños con necesidades especiales que ha puesto en marcha María Bravo mediante Global Gift Foundation, organización sin ánimo de lucro de la que el presentador es embajador junto a otros rostros conocidos como el exjugador de fútbol Julio Baptista, también presente en el acto.
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"Acudo a todas las galas que puedo, apoyo el proyecto de María a tope, allí donde puedo colaborar, colaboro, allí donde puedo estar, estoy. Es una iniciativa tan maravillosa que merece mucho la pena", decía el presentador, nacido en 1960 en Vizcaya, que cortó la cinta con la que quedaba inaugurado este centro que a partir de ahora comienza su actividad. De hecho, entre los meses de julio y agosto servirá como campamento inclusivo para aproximadamente 200 menores. Además, la casa ofrece terapias y maquinaria de rehabilitación, así como talleres y programas de ocio para fomentar la inclusión social. También destaca por ser el único centro en España con una unidad recubierta de cobre especialmente diseñada para tratar a niños con Fibrosis Quística y patologías respiratorias.
Junto a Sobera estuvo en todo momento su mujer, Patricia Santamarina, quien se mostró entusiasmada por ser partícipe de esta jornada tan importante. Durante el acto, el matrimonio se deshizo en gestos de cariño y no dudaron en darse un apasionado beso frente a los flashes demostrando que atraviesan una etapa plena ahora que han pasado seis años de su enlace, celebrado en Tulum, uno de los enclaves más mágicos de México. Tal y como publicó ¡HOLA!, en mayo de 2015 se convirtieron en marido y mujer por el rito maya ante dos de las personas más importantes de sus vidas, su hija Natalia, que entonces tenía siete años, y Arianna, la hija que tuvo Patricia con Rody Aragón y que en aquel momento tenía 16 años. Desde su unión ha sido inquebrantable en los buenos momentos pero también en los malos, como el principio de gangrena de Fournier que él tuvo en 2018 y el derrame cerebral que ella sufrió un año después.
Durante la inauguración de Casa Ángeles, una finca que antes era conocida como La Panocha, el presentador de espacios tan conocidos como First dates, El precio justo, Atrapa un millón o ¿Quién quiere ser millonario?, entre otros, ha explicado cómo le influye personalmente implicarse en proyectos filantrópicos como este centro. "Yo soy bastante empático, entonces tienes que prepararte para poder compartir y soportar sin dolor este tipo de historias y luego para estar abierto a la colaboración y hacer lo que haga falta en cada momento", reconocía Sobera, que también tiene una larga carrera como actor. Es precisamente esta exposición pública lo que le impulsa aún más, a colaborar en causas solidarias. Y es que, tal y como él mismo dice, una de las mejores cosas que se puede hacer cuando eres una persona conocida por el público es apoyar estas iniciativas.
Su opinión para la final de Supervivientes
En este acto, el que fue propietario del Teatro Reina Victoria de Madrid también habló sobre la final de Supervivientes, que se espera que se produzca a lo largo de julio después de tres meses de concurso y situaciones extremas. Sobera se ha deshevho en halagos con los concursantes y las pruebas, pero prefiere mantener para sí mismo el nombre de su favorito para alzarse con el maletín. Aunque opta por mantener la cautela, dice no estar arrepentido de decir ante los espectadores días atrás que la expulsión de Palito Dominguin le parecía injusta.