La justicia sigue su curso y tiene sus plazos por lo que no ha sido hasta ahora cuando Britney Spears ha conocido una de las resoluciones que tenían pendiente los jueces desde el pasado mes de noviembre. No son buenas noticias para la artista de 39 años pues han denegado la petición que hizo entonces de destituir a su padre, Jaime Spears, como gestor de su patrimonio. “Al menos por ahora”, señalan los documentos, el progenitor de la cantante seguirá ocupándose de sus finanzas. Una decisión que, a la luz de los acontecimientos de última hora, deja a la artista en una situación muy delicada (más si cabe que la actual), pues la gestora Bessemer Trust, que compartía con él esta tutoría financiera, quiere dejar el trabajo.
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Después de escuchar las graves alegaciones de la artista el pasado 23 de junio, el fondo de inversión, según The New York Times, ha presentado un escrito ante el juez explicando que quiere respetar los deseos de Britney y retirarse. Según cuentan, las acusaciones de abuso y que tenían la impresión de que esta tutela legal de su fortuna había sido algo escogido voluntariamente por ella les han llevado a tomar la decisión. Parece que además tenían algunos enfrentamientos y diferencias con Jamie Spears y el abogado de la cantante, Samuel D. Ingham III. La gestora Bessemer Trust empezó a trabajar con Jamie precisamente en noviembre de 2020. La intención de Britney era que el juez destituyera a su padre y nombrara al fondo tutor único de su fortuna, pero en lugar de eso el magistrado estipuló que lo hicieran juntos. Si ahora se la gestora se retira, el resultado es que solo el padre de Britney tendrá el poder para manejar su dinero.
Todavía no está todo perdido para la artista
La esperanza de la intérprete reside ahora en el proceso que aún sigue pendiente y en el que sí se incluirá su testimonio del pasado 23 de junio, pues si se resuelve a su favor lograría su sueño: quedar libre definitivamente del control de sus tutores. Es tal el revuelo y el debate que está generando el caso en la opinión pública que puede que se cumpla el deseo de algunos congresistas de Estados Unidos. Quieren que la intérprete de Toxic hable ante la cámara de lo que han supuesto para ella estos 13 años bajo tutela legal, abriendo el debate sobre la idoneidad de utilizar este instrumento en determinadas circunstancias.
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Los últimos días han sido una continua sucesión de acontecimientos cuyo punto de partida fueron las durísimas palabras que pronunció Britney ante el juez. Es la primera vez que contaba en primera persona lo que supone para ella esta tutela que comenzó en 2008 y dijo cosas como “no estoy contenta”, “no puedo dormir” o “estoy enfadada y deprimida”. Su padre no ha tardado en responder solicitando que se investiguen sus afirmaciones sobre “trabajo forzado, terapia médica forzada, cuidado médico inadecuado y privación de derechos personales”, apuntando como responsable a Jodi Montgomery, que gestiona los asuntos personales de su hija. Él afirma que solo se ocupa de sus finanzas, mientras que Montgomery le acusa de controlar hasta el gasto más pequeño, incluido el dinero empleado en el cuidado médico de su hija.
Mientras la estructura de su tutela legal se tambalea, Britney ha puesto tierra de por medio para disfrutar de unos días en Hawaii con su novio Sam Ashgari. Desde allí ha compartido maravillosas vistas, posados en biquini y un pensamiento a tener en cuenta: “Haz aquello que de felicidad a tu alma”. Ella desde luego parece que lo está intentando.