Carlos Falcó, marqués de Griñón, falleció el 20 de marzo de 2020, a los ochenta y tres años. Su muerte se produjo durante la etapa más despiadada de la pandemia. No hubo abrazos ni despedidas. Hasta este lunes 28 de junio. Un año y cuatro meses después de su desaparición, una multitud de familiares y amigos se dieron cita en la Real Basílica de San Francisco el Grande, de Madrid, para rendirle el caluroso homenaje que el empresario merecía y que no pudo tener.
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El funeral, oficiado por el padre Ángel, reunió a sus cinco hijos : Manolo y Xandra, fruto de su primer matrimonio con Jeannine Girod; Tamara, nacida de su segundo enlace con Isabel Preysler, y Duarte y Aldara, de sus terceras nupcias con Fátima de la Cierva. Todos ellos participaron en la ceremonia y leyeron algunos pasajes de la Biblia. El momento más emotivo corrió a cargo del mayor, Manolo, quien glosó la figura de su progenitor y habló de algunos de sus hitos, como el viaje que emprendió a California siendo muy joven y donde aprendió las mejores técnicas vitícolas que luego implantó en España o de su pasado como propietario de un safari. Era la primera vez que, tras la muerte del aristócrata, los hijos de Carlos Falcó coincidían en público con la cuarta esposa de su padre, Esther Doña, marquesa viuda de Griñón. Jeannine Girod, la primera esposa del marqués, también quiso estar presente, así como sus nietos.
Otro de los momentos más bonitos fue cuando toda la iglesia, ante la imposibilidad de dar la paz, por razones sanitarias, estalló en un sonoro aplauso “para que suba con fuerza hacia el cielo”, en palabras del padre Ángel. La ceremonia terminó con My way, la canción de Frank Sinatra, que era una de las preferidas del bodeguero. Tamara, actual marquesa de Griñón, por voluntad de su padre, estuvo arropada por su novio, Íñigo Onieva, así como por otros familiares, como sus primos Álvaro Castillejo Preysler y Álvaro Falcó, marqués de Cubas. También acudieron buenas amigas, como la empresaria Casilda Finat, vizcondesa de Rías, o Luisa Bergel.
La Casa Real estuvo representada por la infanta Elena, con la que el empresario tenía muy buena relación, al igual que con su padre, el Rey emérito. La aristocracia contó con la presencia de Carlos Fitz-James Stuart, duque de Alba; Ioannes Osorio y Blanca Suelves, duques de Alburquerque; Gonzalo de la Cierva (hermano de Fátima de la Cierva, tercera mujer de Carlos) y Patricia Olmedilla, duques de Terranova, y Cristina de Borbón-Dos Sicilias y su marido, Pedro López-Quesada. Entre los asistentes destacaron personalidades de diferentes ámbitos, como la modelo Nieves Álvarez; Carolina Herrera, hija de la diseñadora; el exministro Íñigo Méndez de Vigo; el magistrado Cándido Conde-Pumpido, y Carmen Lomana. Todos unidos con un único objetivo: honrar al inolvidable marqués de Griñón.