Madrileña, de 35 años y licenciada en Comunicación Audiovisual. Así es Laura Madrueño , la presentadora del tiempo de Mediaset que arrasa también en otros formatos de la cadena como Sálvame o El programa de Ana Rosa. Se hizo popular a raíz de Filomena y, desde entonces, se ha convertido en una de ‘las mujeres del tiempo’ más famosa. Ahora, podemos conocer un poco mejor a la mujer que lleva siete años deleitándonos con la información meteorológica y que acaba de publicar su primer libro. Todo gracias a una entrevista en la que descubrimos que la presentadora es toda una caja de sorpresas.
-Dices que Somos agua es el proyecto más importante de tu vida. ¿Por qué, Laura?
-Porque considero que escribir un libro supone ya de por sí una responsabilidad tremenda y porque, para mí, supuso un reto por la ingente cantidad de información que contiene y es muy especial porque comparto en él los mejores momentos de mi vida.
-Se trata de tu cuaderno de bitácora, que llevas escribiendo desde hace veinte años y hasta ahora no habías querido publicar. ¿Qué te llevó a cambiar de parecer? ¿Por qué ahora sí y antes no?
-La verdad es que nunca habría imaginado que iba a publicarlo, pero ahora estamos en un momento trascendental para los océanos y es necesario que la gente sepa lo que está ocurriendo en las profundidades.
-¿Qué buscas lograr a través de tu libro? ¿Qué mensaje quieres transmitir?
-Me encantaría quitarle a la gente el miedo al mar, que se enamoren de él y que sepan cuánto lo necesitamos para sobrevivir. También expongo los tres grandes problemas a los que actualmente se enfrentan los océanos, que son el cambio climático antropogénico, el consumo masivo de plásticos y la sobrepesca de especies fundamentales para el equilibrio marino como los tiburones, expongo las consecuencias y planteo las posibles soluciones.
-¿Crees que debemos estar todos más concienciados acerca de estos problemas?
-De lo que no cabe la menor duda es que los océanos están sufriendo un deterioro impresionante a una velocidad insólita. Están cada vez más cálidos, lo cual provoca la migración y la muerte de especies, están cada vez más contaminados por miles de trocitos de plástico imposibles de limpiar y están cada vez más vacíos debido a la brutal sobrepesca a la que son sometidos por países como el nuestro. Debemos conocer estas realidades para poder tomar cartas en el asunto, pero el principal problema es que falta información. En Somos agua, doy las herramientas necesarias para ser parte de la solución.
-A ti, que siempre se te ve sonriente, ¿te borra la sonrisa este problema?
-A mí lo que me ha impulsado a escribir este libro es lo que he sentido al ver arrecifes completamente muertos, fondos cubiertos de plásticos o peces atrapados en redes de pesca kilométricas. Se me ha partido el alma al ver a tortugas con el caparazón deformado por haber crecido atrapadas a un plástico. Es vital que la gente sepa todo lo que está ocurriendo en nuestros mares.
-¿Cómo has vivido tú esa transformación?
-Llevo metida en el mar desde que nací, porque mi padre me llevaba a bucear a pulmón enganchada a su cuello desde que tenía tres años, así que he visto con mis propios ojos cómo, en apenas treinta años, nuestros mares están cada vez más contaminados y más vacíos.
-Aún hay mucho que hacer para concienciar a la gente del impacto de la sobrepesca y el daño ambiental en los océanos, ¿cuáles crees que son los siguientes pasos que deberían seguirse?
-Creo que la única forma para concienciar es a través de la información y la educación. Yo tengo amigos que han terminado el libro y me han dicho que debería ser de lectura obligada en los colegios, por ejemplo. Tenemos nuevas generaciones que están mucho más concienciadas que nosotros o nuestros padres y sólo se cambiarán los hábitos cuando todo el mundo sepa que cada gesto cuenta.
-¿Cómo empezaste a interesarte por el mundo submarino?
-Mis padres me han llevado a bucear y a navegar antes casi de empezar a andar. Fueron buceadores pioneros en los años setenta y siempre me han contado, y lo siguen haciendo, la cantidad de vida y de color que había en el Mediterráneo hace treinta años.
-¿Es una afición que, además, compartes con tu novio, Álvaro? ¿Trabajáis juntos en la productora?
-Sí, a mi lado necesito a alguien que sea tan pez como yo y al que le apasione el mar porque son muchas horas en barco y bajo el agua. Es arquitecto, pero también me ayuda en mi trabajo y es cámara submarino en los documentales que hacemos con We are water films.
-¿Qué has aprendido tú del mar?
-El océano y nuestro planeta forman parte de un sistema perfecto, vivo, en el que todo está conectado y nada sobra. Tenemos delante de nuestras narices un ejemplo evolutivo maravilloso, solo tenemos que observar a la naturaleza y sus procesos para poder habitar ese planeta azul de una forma sostenible y resiliente.
-¿Te resulta sencillo compaginar el documentalismo marino con la información meteorológica?
-Mi trabajo me encanta, y, afortunadamente, tengo la suerte de poder compaginar bien los documentales con mi trabajo diario en televisión.
-Además de tu pasión por el mar, tus padres también te han inculcado la afición por el vino como propietarios de las bodegas Madrueño en Madrid. ¿verdad?
-Claro, soy la cuarta generación de una familia que se ha dedicado al mundo del vino y los licores en cuerpo y alma. Desde 1895 mi bisabuelo comenzó el negocio en el centro de la capital hasta hoy en día, con mi padre al frente de la tienda-museo más antigua y bonita de Madrid.
-Siendo hija única, ¿continuarás el legado de tus padres?
-Ya estoy en ello. Aunque desde la distancia, me mantengo al día de todos los movimientos de la empresa. Me daría mucha pena no continuarlo, pero es cierto que los negocios centenarios lo tenemos complicado ante la gran competencia que existe y las pocas ayudas.
-¿Dónde te encuentras más cómoda?
-La verdad es que estoy muy cómoda presentando informativos y en programas como el Ana Rosa Quintana. O grabando los documentales y reportajes surcando los mares, donde más disfruto. Quizás echo un poco de menos reírme más en la tele, pero todo llegará.
-Si no fuera por la ingente cantidad de basura que vertemos y “escondemos” bajo la alfombra del mar, ¿no dan ganas de quedarse a vivir allí?
-¡Siempre digo que algún día seré pez! Ojalá pudiéramos quedarnos en ese azul tan mágico. Tenemos un mundo extraterrestre del que apenas conocemos nada.
-Llevas casi treinta años buceando e inmortalizando momentos bajo el agua. Eso da para mucho. ¿Con qué lugar o punto de inmersión te quedas?
-¡Qué pregunta más complicada! Más que con un lugar me quedo con la experiencia vivida en cada sitio, porque el mar es una lotería. Me quedo especialmente con los encuentros que he tenido con ballenas y con tiburones, de los que tanto aprendo cada vez que me sumerjo con ellos.
-¿Qué animal submarino te gusta más fotografiar o grabar?
Me encantan los peces payaso, podría estar horas jugando con ellos. Aunque poder grabar con tiburones o grandes mantas es totalmente único.
-¿Nos puedes contar alguna anécdota o experiencia de algunas de tus informaciones?
Anécdotas muchas, este año sin ir más lejos con Filomena viví momentos históricos en la televisión, presentando con botas de aprèski en Sálvame o llegando a la tele en Hummer con la nieve cubriéndome las rodillas. Bajo el agua las anécdotas también son innumerables, y muchos de esos momentos los relato en Somos agua.
-Ahora que te has atrevido a publicar tu primer libro, ¿seguirás dedicándole tiempo a la literatura?
-Siempre me ha gustado escribir y, aunque este libro ha supuesto un verdadero reto, también ha sido un proyecto apasionante con el que espero aportar mi granito de arena. La lectura es cultura y ser cultos es lo único que conseguirá cambiar sociedades y nuestro futuro en este planeta.