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Primera entrevista de Rebecca Lima: así es la diseñadora brasileña que ha enamorado al chef Jordi Cruz

Acaba de cumplir veintiocho años y lleva casi dos con el popular cocinero

Actualizado 30 de junio de 2021 - 9:29 CEST30 jun 2021 - 9:29 CEST

Fue en septiembre de 2019, cuando tuvimos las primeras noticias de Rebecca Lima. Entonces, aparecieron unas fotografías de Jordi Cruz con esta diseñadora de ropa, nacida en Brasil, mientras paseaban de la mano por Madrid. A lo largo de todo este tiempo, mucho se ha publicado sobre la novia del popular chef, aunque ella siempre ha guardado silencio. Becca —así la llaman cariñosamente— ha mantenido un perfil bajo, constatando, una vez más, que prudencia e inteligencia son dos cualidades que siempre van unidas. Pero la diseñadora brasileña, de veintiocho años recién cumplidos, tiene otras cualidades, además de su belleza y de la creatividad que la ha llevado al mundo de la moda. En las distancias cortas, es educada y desprende una gran dulzura y una simpatía ante ¡HOLA!. Y así, mientras la descubrimos, entendemos perfectamente que Jordi Cruz se haya enamorado de ella.

—¿Cómo definirías tu personalidad?

—Me considero una persona con los pies en el suelo, transparente, amable y positiva. También me definiría como una persona determinada y resiliente. No me suelo desanimar ante los obstáculos e intento dar lo mejor de mí en todo lo que me propongo.

“Nos conocimos a través de una amiga mía, que es chef, y me dijo que le había hablado de mí a Jordi. Yo no sabía quién era él y me imaginaba a un señor gordito”

—¿Qué tienes de brasileña?

—¡El carácter! Tengo una personalidad fuerte que me permite expresarme sin miedo. Además, la alegría del brasileño, la cercanía y la samba en los pies.

—¿Ha sido difícil mudarte a España?

—Llegué justo cuando empezó el confinamiento, así que fue un poco más difícil adaptarme. Pero no me ha costado tanto dejar Brasil porque ya estaba preparada emocional y profesionalmente.

Rebecca Lima HOLA 4013 — Rebecca nació, hace veintiocho años en Brasilia, la capital brasileña. En la imagen, con uno de sus diseños.

—¿Qué te gusta de nuestro país?

—Todo. España siempre ha sido uno de mis países preferidos y creo que, de Europa, es el que más se parece a Brasil. Es muy rico culturalmente, con una Naturaleza espectacular y personas muy amables. Estoy encantada, me siento como en casa.

—¿Cómo conociste a Jordi?

—Fue a finales de dos mil dieciocho. Una amiga mía de la infancia, que es chef, me escribió y me dijo que le había hablado a Jordi de mí. Yo ni sabía quién era él y no le di mucha importancia. Primero, porque estaba muy lejos. Después, ¡me imaginaba un señor gordito! (Ríe). Cuando me escribió por WhatsApp, vi que no era como yo imaginaba (ríe).

“Jordi tiene mucho carácter, incluso dentro de casa. No tiene miedo de decir lo que piensa. Pero también es muy humano. Tiene un corazón tan bueno…”

—Entonces, él dio el primer paso.

—Empezamos a hablar, pero tampoco pensé en mucho más por la distancia. Sin embargo, al ir hablando, descubrí que teníamos mucho en común y que él era una de las pocas personas que me entendía. Los dos empezamos a trabajar desde muy jóvenes y hemos crecido de la nada a base de esfuerzo. Luego, conocí su verdadera esencia, porque es un hombre singular, y nos enamoramos.

—¿Eres romántica?

—Me considero una persona profunda. Más que la conexión física, veo más importante la conexión de pensamientos y valores… Que una persona que saque lo mejor de mí y me haga reír. A final, el físico se irá algún día, pero la compañía del otro, jamás. Dicho esto, si sabe cocinar, ¡gana puntos! (Ríe). Y sí, soy superromántica.

Su día a día con Jordi

—Jordi impone en televisión.

—Tiene mucho carácter y siempre es así, incluso dentro de casa. No tiene miedo de decir lo que piensa. Pero también conozco a un Jordi muy humano, con infinitas cualidades… Tiene un corazón tan bueno… Me gustaría que también se descubriese esa parte suya.

—¿Y la convivencia con él?

—Muy tranquila. Como tenemos una vida tan movida, aprovechamos nuestro tiempo para disfrutar juntos.

“Me considero una persona con los pies en el suelo, transparente, amable y positiva con los demás. De brasileña tengo el carácter, la alegría y la samba en los pies”

—¿Cocina o solo en el trabajo?

—No quiero hacer publicidad, pero es quien cocina todo en casa. Prueba platos nuevos… ¡Tengo que luchar para ponerme en forma con tanta comida! (Ríe).

—¿Y a ti? ¿Qué tal se te da cocinar?

—Fatal. ¡Para llorar de pena! (Ríe). Jordi dice que, si fuera a MasterChef, jamás sería elegida. O si fuera una aspirante, me echarían el primer día (ríe). Jordi es un gran maestro, pero yo no soy buena alumna. La realidad es dura, pero es esa.

—¿Eres maniática en casa?

—Jordi es tiquismiquis en casa. Le gusta la organización, pero, en su proceso creativo, le cuesta un poco dejar todo ordenado. Yo soy igual.

Primera entrevista a Rebecca Lima, la diseñadora brasileña que ha enamorado a Jordi Cruz

—Este verano cumplís dos años juntos. Después de convivir, ¿os planteáis dar algún paso más?

—Convivir juntos es la verdadera prueba de fuego, porque así se puede conocer al otro de verdad, en los días buenos y en los malos. Una de las pocas cosas buenas que nos ha dado este confinamiento ha sido darnos cuenta de que tenemos una relación muy sana y bonita que puede dar grandes frutos en el futuro.

—Pero ¿te ves siendo madre joven o es algo lejano por tu trabajo?

—Ser mamá es un sueño que quiero cumplir, pero, a la vez, quiero compaginarlo con mis deseos laborales.

—Háblanos de tu familia.

—Mi madre es psicóloga y mi padre, economista. Tengo dos hermanos: Rafael, de veinte años, que vive en Brasil, y Renata, dos años mayor que yo, que vive en España.

—¿Y cómo recuerdas tu infancia?

—Maravillosa. Crecí con mucho amor en casa y dedicación de mis padres.

—¿Qué echas de menos de Brasil?

—Mi familia, mis amigos y todo mi equipo de trabajo. Hace casi un año que no voy a Brasil. Tenía un viaje para febrero, pero lo cancelé por la pandemia. Por desgracia, se ve muy mal allí. Por suerte, tengo a mi hermana aquí y a la familia de Jordi, que se ha convertido en la mía, porque me ha recibido con mucho amor y cariño.

—Supongo que no estará resultando fácil sacar adelante una marca de ropa en tiempos de coronavirus.

—Por suerte, nosotros hemos podido apoyarnos en la venta «online», que ha subido, con unos datos incluso mejores de lo que esperábamos. Mi socia está físicamente allí y yo me ocupo con la expansión en Europa, aunque las dos seguimos siendo un equipo.

“Jordi dice que, si fuera a MasterChef, jamás sería elegida o me echarían el primer día. Él es un gran maestro, pero yo no soy buena alumna. La realidad es dura, pero es esa”

—¿Cómo surgió tu firma de moda?

—La marca Intibrand cumple cuatro años este año, pero empecé a emprender a los dieciocho, cuando visité Perú. Allí descubrí un universo textil muy rico y una alta calidad en la producción. Entonces, empecé a producir ahí. De hecho, el nombre surgió en uno de esos viajes: ‘Inti’ significa ‘Dios del sol’ en la lengua quechua.

—¿En qué te inspiras a la hora de diseñar?

—En la arquitectura, principalmente, la moderna y minimalista. A pesar de trabajar en la moda, mi visión del mundo como arquitecta y mi pasión por ese universo permite que mi proceso creativo esté totalmente influenciado por las formas, texturas y líneas que la arquitectura me proporciona.

—¿Cuándo estudiaste la carrera de Arquitectura y en qué momento decidiste aparcarla por la moda?

—Empecé la carrera de Arquitectura a los dieciocho años, ya sabiendo que quería empezar mi propio negocio de moda. Para poder afrontar los costes de mi propio negocio, trabajaba a la vez que estudiaba. Así pude ahorrar para hacer mi sueño realidad.

Su lado más sexi

—¿Cómo defines tu estilo a la hora de vestirte?

—Minimalista. Creo en la moda atemporal, por lo que busco hacer ropa de calidad que pueda durar mucho tiempo y que pueda usarse en diversas ocasiones, desde un día en la playa hasta una fiesta.

—¿En qué momentos te atreves a sacar tu lado más sexi?

—Uno de mis retos también es crear un mix de sensualidad y sofisticación, evidenciando las curvas de la mujer de una manera sutil, sin ser vulgar. Cuando la ocasión es más casual, me atrevo a sacar ese lado más sexi sin miedo.

—¿Qué proyectos de futuro tienes?

—Estoy dedicándome a la expansión internacional de mi empresa, a trabajos de publicidad y como modelo. Al final, la visibilidad me ayuda a proyectar mis otros negocios. Ahora abriremos una pagina online exclusiva para Europa y un showroom en Barcelona. Para finales de año, quiero lanzar una marca de joyas, con el mismo concepto moderno y minimalista, basado en la arquitectura.