Mila Ximénez empezó a plantar cara al cáncer desde junio de 2020, que es cuando los doctores le comunicaron el diagnóstico. Durante todo este año, la periodista sevillana ha peleado como solo ella sabe hacerlo mientras ha estado recibiendo innumerables muestras de cariño dentro y fuera de la televisión. Sin embargo, sus fuerzas se fueron apagando en las últimas semanas. Tal y como adelantó ¡HOLA!, fue el miércoles 9 cuando Mila ingresó en la Clínica de la Luz de manera inesperada.
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Lo que inicialmente era una revisión rutinaria, para realizar unas pruebas con las que controlar la evolución de su enfermedad, terminó en una hospitalización por consejo de los doctores. Según publican varios medios, el viernes 11, cuarenta y ocho horas después, decidió abandonar el centro médico motu proprio. Lo hizo visiblemente más delgada y sin poder andar por su propio pie, ayudada por su hermano, Manolo. A pesar de que tenía en mente someterse a un nuevo tratamiento, su deseo era pasar sus últimos días en su casa y rodeada de los suyos. Para entonces, su única hija, Alba, fruto del matrimonio de la contertulia con el extenista Manolo Santana, ya había tomado la decisión de volar a Madrid desde Ámsterdam, donde vive con su familia. En casa de Mila también se reunieron sus tres hermanos, Conchi, Manolo y Encarnación, junto con sus respectivos maridos. Todos ellos, al igual que Alba, han estado muy pendientes de la periodista en este año tan difícil para ella.
“Cuando me dijeron que no se podía operar, me asusté. Pero no me va a parar”, dijo Mila en junio de 2020
Las fuerzas de Mila se fueron apagando poco a poco, hasta que, en la mañana del jueves 17, fue sedada por prescripción médica. Finalmente, la llama de su vida se apagó este miércoles 23 de junio, casi un mes después de cumplir sesenta y nueve años.
El cáncer irrumpió en la vida de Mila Ximénez, como siempre hace, de manera inesperada. Es verdad que la periodista sevillana venía arrastrando fuertes dolores de espalda, que se atribuyeron inicialmente a una artrosis degenerativa. Pero, tras el aumento de las molestias, ella acudió a un nuevo doctor, recomendado por María Teresa Campos. Así terminó conociendo la verdad sobre su estado de salud. La situación la pilló totalmente desprevenida. De hecho, Mila tardó una semana en comunicárselo a su hija, Alba. Pero, en ese tiempo, sí contó con el apoyo de sus hermanos Nani y Manolo —Concha se encontraba fuera de Madrid—. Antes de hablar con su hija, también se lo comunicó a su íntimo Jorge Javier Vázquez, María Patiño, Belén Esteban, Terelu y Raúl Prieto, director de Viva la vida.
Alba, inseparable de su madre
Pero, sin duda alguna, el gran apoyo de Mila ha sido su hija , quien no se ha despegado de la tertuliana en los últimos días. Alba, de treinta y siete años, ha tenido que realizar múltiples viajes todos estos meses para estar al lado de su madre. No hay que olvidar que Alba reside en Ámsterdam por la profesión de su marido. El economista de origen judío Aviv Miron, a quien conoció durante sus años de universidad en Suiza, trabaja en una empresa de transporte marítimo en la capital holandesa. Ambos son padres de Alexander y Victoria, de catorce y ocho años, respectivamente, que son el gran amor de Mila.
La periodista y su hija siempre han estado muy unidas, a pesar de su distanciamiento forzoso que vivieron en el pasado. Una vez que se separó de Manolo Santana en diciembre de 1983, la sevillana tuvo que renunciar a la custodia de su hija por su precariedad económica. De esta forma, Alba se instaló en Marbella con su padre, que entonces ya había rehecho su vida con Otti Glanzielus, su tercera esposa. “Hubo dos momentos en mi vida en los que me tuve que separar de mi madre, con muchísimo dolor para ella. La primera vez, a los seis años, una edad muy crítica, y me doy cuenta de lo pequeña que yo era y de lo poco que pude entender las situaciones que viví por aquel entonces… Pero recuerdo tantas cosas…”, confesó la hija de Mila en ¡HOLA!, en 2013. “A los que dicen que mi madre me abandonó, yo les digo que ella me ofreció la mayor prueba de amor que puede ofrecer una madre: renunció a mí para que yo tuviera un futuro. Mi madre renunció a mí con todo su amor y rota por el dolor”, nos añadió entonces Alba, quien, a pesar de todo, logró tener una infancia estable.
“Me da rabia, me cabrea”
Una vez que se repuso del shock inicial, Mila se preparó para luchar. Así fue cómo el 16 de junio de 2020 llamó a Sálvame , el programa en el que venía colaborando desde 2009, para hacer pública su enfermedad. “Tengo un cáncer de pulmón. No se le puede pegar el tiro, como dice la oncóloga, porque hay ramificaciones”, anunció la tertuliana. “Cuando me dijeron que no se podía operar, me asusté. Me da miedo morirme ahora… No me da miedo, me da rabia, me cabrea…”, confesó entonces, antes de añadir: “He salido de cosas más grandes. Un tumor de mierda no me va a parar la vida, ni de coña”.
Mila era consciente de las dificultades del camino, pues dos de sus tres hermanos ya lograron superar la enfermedad años atrás, pero no quiso perder la esperanza. “Os juro por mis nietos que voy a salir de esta. Eso se lo he prometido a mi hija Alba y jamás le he roto un juramento”, espetó la contertulia, quien comenzó sus sesiones de quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia una semana después.
Ya a finales de julio, tras un mes de tratamiento, Mila habló de su situación como es ella, sin rodeos: “Es cáncer de pulmón y hay metástasis en hígado… Pero, según mi oncóloga, lo vamos a dormir o evitar que se ramifique”, explicó la sevillana, antes de agradecer el cariño de sus compañeros, especialmente el de Terelu : “Me está ayudando tanto. Habla con mi oncóloga. Es un apoyo importantísimo. También María Teresa Campos”.
Sus últimos días felices
En agosto de 2020, Mila decidió disfrutar de Marbella, donde alquiló una casa y se reunió con sus nietos. Estas vacaciones le ayudaron a recuperar fuerzas, ya que, el 29 del mismo mes, la periodista se reincorporó al trabajo. “Voy a vivir el resto de mi vida con ello. Lo que tengo por ahí está quieto. El del pulmón está un poco más reducido”, confesó en su programa. A pesar de la crudeza y de lo complicado de su tratamiento, fue saliendo adelante con su increíble vitalidad y gracias al apoyo de sus hermanos y su hija Alba, quien continuaba viajando periódicamente desde Ámsterdam para estar al lado de su madre.
La salud de Mila empezó a preocupar a sus seres queridos a principios de este 2021. Las primeras alarmas sonaron a mediados de febrero: llevaba ausente de la televisión desde el 27 de enero. Entonces, ¡HOLA! ya publicó que la contertulia se encontraba en su casa, reponiéndose de los ‘fuertes ciclos’ de quimioterapia.
Dos de los hermanos de Mila también padecieron cáncer en el pasado. Por ello, la periodista sabía que el camino era duro, pero que había esperanza
Aunque el 2 de marzo la periodista pudo regresar a su programa, lo hizo sin ocultar su inquietud. “He estado un mes en la cama y muy preocupada. Ha sido un mes horrible, que no se lo deseo a nadie”, se lamentó antes de sincerarse sobre una decisión que llevaba meditando días atrás: “Se ha complicado una de las zonas y me van a hacer un TAC. Si me dicen que no voy a curarme, dejaría la quimio, la medicación y todo. Estoy preparada y cada día más”.
Las alarmas volvieron a sonar el 29 de marzo, al necesitar una nueva hospitalización.
Aunque, días después, Mila comienza un tratamiento experimental y su cuerpo manifiesta una ligera mejoría, sus fuerzas comienzan a fallar paulatinamente. Aun así, el 21 de mayo, pudo celebrar su sesenta y nueve cumpleaños con los suyos, con un almuerzo con Jorge Javier Vázquez y su hija, Alba, entre otros seres queridos. Ya el miércoles 9 de junio volvió a ser ingresada, tal y como adelantó ¡HOLA!. Mila acudió a la clínica a realizarse una versión rutinaria y a sometiese a unas pruebas, pero, tras presentar complicaciones en su estado de salud, los médicos le recomendaron que se quedara unos días. Dos días después, pidió abandonar el hospital para pasar sus últimos días en su casa, junto a su hija, Alba, y sus tres hermanos, como así hizo.
Sus años dorados
Milagros Ximénez de Cisneros Rebollo, nacida en Sevilla un 21 de mayo de hace sesenta y nueve años, vivió intensamente exprimiendo cada minuto de su agitada existencia. Tanto que podríamos decir que Mila ha sido la mujer de las mil vidas. Enfermera, modelo en sus primeros años en Madrid, it girl… También reinó en la jet set marbellí a principios de los ochenta, cuando se enamoró del tenista Manolo Santana, con quien se casó en el juzgado de Villalba (Madrid) el 9 de febrero de 1983. A la celebración acudieron la princesa Sofía de Habsburgo; Carlos Falcó e Isabel Preysler, marqueses de Griñón, y los marqueses de Cubas, Fernando Falcó y Marta Chávarri, que estaba embarazada de su hijo, Álvaro. Los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía estaban igualmente invitados, pero optaron por felicitar a los novios vía telegrama. Después de anunciar su separación poco amistosa con Manolo Santana, en diciembre de 1986, Mila vivió romances con José Sacristán, el también actor Pepe Sancho y el periodista Julián Lago, entre otros.
“Mi madre me ofreció la mayor prueba de amor: renunció a mí para que yo tuviera un futuro”, afirmó Alba en ¡HOLA!, en 2013
Durante los años ochenta, la sevillana también se convirtió una de las cronistas más importantes de la alta sociedad, alcanzando una gran influencia al colaborar en el programa radiofónico de Encarna Sánchez. Tras una etapa difícil durante los noventa, Mila protagonizó unas polémicas declaraciones contra Isabel Pantoja a principios del nuevo milenio. Así empezó a colaborar en programas tan exitosos como Crónicas marcianas, A tu lado y El gran debate. Su popularidad se disparó al unirse a Sálvame en 2009, convirtiéndose así en un rostro indispensable de la televisión. En 2016 quedó tercera finalista en Supervivientes, y tres años después, en Gran Hermano VIP , prueba del gran cariño que la contertulia siempre ha despertado en la audiencia.