El fallecimiento de Mila Ximénez ha supuesto un duro golpe para sus familiares y amigos, entre los que se encuentra Kiko Hernández. Sin poder contener las lágrimas y haciendo un gran esfuerzo, el colaborador se ha fundido en un abrazo con Jorge Javier Vázquez antes de entrar en el plató para estar en el programa especial de Sálvame que se ha emitido este miércoles. "A mí se me ha ido una amiga, como pocas he tenido. Yo voy a tirar para delante, pero me va a costar muchísimo", ha asegurado antes de contar las conversaciones que tenía con su compañera durante el programa cuando a la periodista se le hacía muy larga la tarde. Unas anécdotas que, a pesar del dolor, han conseguido sacar unas sonrisas entre los presentes en el plató. "Todos eses detalles de ella los voy a echar tanto de menos", ha añadido.
Unas sonrisas con las que Kiko Hernández también ha recordado que después de una pelea en plató, Mila Ximénez se dedicaba a cantarle "dentro del armario, qué dolor, qué dolor", cuando Jorge Javier Vázquez no miraba y las cámaras no la enfocaban. A lo que el colaborador respondía sacándole la lengua en señal de burla o haciéndole morisquetas. El exconcursante de Gran Hermano ha confesado que les costó a los dos dar el paso para hacer las paces porque ambos son "muy cabezones".
Kiko Hernández ha explicado también cómo ha podido despedirse de su compañera a través de Alba Santana. "Yo llevo llorando y sin dormir desde el miércoles pasado. Recibí una llamada de su hija, fíjate que generosa con todo lo que habrá pasado, y me dijo las últimas palabras que Mila quería decirme a mí. Que quería verme, pero ya no daba tiempo porque estaba muy cansada y quería descansar. Y que desde el cielo nos iba a cuidar a todos. Va a estar muy pendiente de todos nosotros. Y nos hará señas para que sepamos que sigue con nosotros. Y yo lo único que le dije que las señales no sean por la noche que nos asustamos", ha relatado el colaborador, alternando la emoción con la que empezaba sus palabras con una sonrisa al final por su broma a Mila.
Dejando a un lado las anécdotas, Kiko ha querido ponerse serio para afirmar que por un lado está enfadado. "Yo creo que las decisiones en tu vida hay que tomar las que te dé la gana. Ella aquí dijo, 'yo no sé voy a aguantar esto, el dolor este no lo aguanto', la última tarde que vino. Y yo he escuchado como se le daban a lo mejor esperanzas y ella me lo dijo 50 mil veces 'Kiko, quiero saber la verdad y en el último tiempo que me quede decidir lo que hago con mi tiempo. Si estar un mes con nietos, si estar un mes con mi hija, si irme a Marbella'. Y yo creo que muy claro tampoco han sido con ellas. Y que a lo mejor este año podría haber hecho otras cosas", ha explicado. Un sentimiento que el presentador le ha dicho que comprende, pero que pensarlo ahora ya es para nada. Lo que está claro es que Kiko Hernández va a notar un gran vacío junto a él en la mesa del programa, ese espacio en el que se les llegó a bautizar a ambos y a Kiko Matamoros como "el eje del mal", un sobrenombre que lejos de disgustarles, llevaban a gala con el humor que les caracterizaba y con el que ha querido recordarla su compañero.
-La familia de Mila Ximénez, reconfortada por los amigos de la periodista en la capilla ardiente
La amistad de Kiko Hérnandez y Mila Ximénez, forjada durante casi 20 años bajo los focos de los platós de televisión, traspasó la pequeña pantalla y ambos pasaron de compañeros de trabajo a personas importantes en la vida el uno del otro. Aunque en directo tuvieran algún que otro encontronazo defendiendo sus ideas, siempre lograban superarlos y el buen rollo entre ellos era evidente. El colaborador fue uno de los grandes defensores de la periodista cuando ella participó en realities en Telecinco, de hecho, fue a verla dos veces a la casa de GH VIP para mostrarle su apoyo y repetirle lo bien que lo estaba haciendo. "Este concurso me ha hecho conocerte a fondo, y conocer a la buena persona y a la gran amiga que siempre sabía que estabas ahí, te quiero", afirmaba el también exconcursante de Gran Hermano.