Iñaki Urdangarin no tendrá que dormir más en prisión. El marido de la infanta Cristina podrá pernoctar desde esta semana en la casa de su madre en Vitoria, próxima a la cárcel de Zaballa (Álava), donde cumple condena de 5 años y 10 meses por el caso Nóos. Su buen comportamiento y el cumplimiento del programa para presos por delitos económicos han permitido que se le aplique el artículo 86.4 del Reglamento Penitenciario y sea eximido de la obligación de tener que dormir en la cárcel, según han confirmado a Europa Press fuentes penitenciarias.
Instituciones Penitenciarias ha autorizado a Iñaki Urdangarin para que solo tenga que ir un día a la semana a la cárcel de Zaballa (Álava) gracias a la modalidad de control telemático por el que cumple el tramo final de su condena en semilibertad, una decisión que se suma a la autorización judicial para poder salir de España por motivos laborales. La decisión de aplicarle el artículo 86.4 del Reglamento Penitenciario sobre control telemático lo ha propuesto la junta de tratamiento de Zaballa, contando con el visto bueno de la Secretaría General dependiente del Ministerio del Interior, según ha adelantado El Correo y confirman a Europa Press fuentes penitenciarias.
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De ahora en adelante Urdangarin fichará de forma presencial una vez a la semana, salvo si coincide con alguno de sus viajes fuera de España, cuando entonces sí podrá hacer esta gestión vía telefónica, segçun ha dispuesto Instituciones Penitenciarias. Urdangarin disfrutaba desde febrero del régimen de semilibertad y ahora se ha dado un paso más al no tener que volver a prisión a dormir. En la decisión se ha tenido en cuenta su buen comportamiento y el cumplimiento del programa para presos por delitos económicos, según confirman las citadas fuentes.
El pasado mes de febrero, Instituciones Penitenciarias autorizó a Urdangarin para seguir cumpliendo su condena por el caso Nóos en la sección abierta de la prisión alavesa, después de que le fuera concedido el tercer grado un mes antes. El marido de doña Cristina ingresó en la prisión alavesa de Zaballa el pasado 1 de marzo, y su traslado a Vitoria le permitió ir a trabajar y disponer de los fines de semana libres junto a su familia en Vitoria, donde reside su madre, así como realizar el programa de tratamiento por delitos económicos desde la sección abierta de Zaballa, a donde tenía que volver hasta ahora para dormir de lunes a jueves, pudiendo cumplir el resto de su condena en régimen abierto.
A finales de enero, el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 1 de Castilla y León, con sede en Valladolid, le concedió el tercer grado penitenciario, por lo que ya desde entonces estaba en régimen de semilibertad y sólo tenía que dormir a diario en el Centro de Inserción Social (CIS) de Alcalá de Henares (Madrid).