Entereza, coraje y fortaleza: esas han sido con frecuencia las palabras utilizadas para describir a Mila Ximénez a lo largo de su vida y, en el último año, también durante su enfermedad. El 16 de junio de 2020 la periodista llamaba al programa en el que trabajaba, Sálvame, después de varios días de ausencia para anunciar el motivo. Y aunque admitía que estaba "asustada" y rompía a llorar antes de dar la noticia, prefirió decirlo ella antes de que fuera Jorge Javier, quien presentaba el espacio ese día, quien lo hiciera. Sufría cáncer de pulmón y no podía operarse, pero sí tratarse: "Está localizado, no se le puede pegar el tiro porque hay ramificaciones que no están controladas. Vamos a hacer radioterapia y quimioterapia", contaba, detallando también que haría inmunoterapia. "Voy a hacer todo lo posible por ganar", decía con arrojo, mostrándose a la vez vulnerable ante sus compañeros y el público del espacio diario, con una sinceridad sobrecogedora. Su intención desde el principio fue continuar trabajando mientras alternaba los ciclos del tratamiento para poder estar en las mejores condiciones en su vuelta a la televisión. "Yo haré lo que me digan, estoy absolutamente dispuesta a hacerlo", reiteraba.
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"Me daré el tratamiento los viernes para poder descansar los sábados y domingos", decía Mila Ximénez en esa llamada de junio, y mantenía el mismo optimismo cuando unas semanas después, tras el comienzo de su tratamiento, regresaba a televisión y en el Deluxe admitía con crudeza, pero serena, que tenía metástasis en el hígado y otros órganos. En el plató la recibieron en pie y con aplausos, en una intervención en la que aseguró que nunca pensó que fuera a tener cáncer. En la misma explicó cómo fue el momento en el que le contó a su hija que estaba enferma. "Alba me dijo que tenía que hacer lo que fuese porque le hago mucha falta". "Es tan serena, tan importante en mi vida que con ella yo tengo un apoyo increíble. Yo le pido perdón por esto a veces, porque no se lo merecía", añadió visiblemente emocionada. Además, la colaboradora también tuvo un recuerdo para sus hermanos que no la dejaron sola "ni un segundo", y quiso destacar las "oleada de cariño" que había sentido tras hacer pública su enfermedad. "Pensé que me quería menos gente de la que me quiere", afirmó.
En agosto reaparecía de nuevo y, con toda la fuerza y carácter que siempre la definieron, declaraba que no quería tener "vida de enferma". "No puedo dejarme caer por esto, yo no estoy enferma, mi cuerpo está enfermo, pero yo no", afirmaba. Sus ganas de vivir eran evidentes: "Esto es lo que me va a mantener. Necesito sentir que las cosas tienen normalidad, estoy cansada de la anormalidad", comentaba con los ojos llorosos y ante el cariño de sus compañeros de Sálvame, que se mostraban encantados de volver a verla. Unos días más tarde cumplía con lo prometido y recuperaba su silla de colaboradora tras el verano, compaginándolo con sus visitas al hospital.
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Después de un otoño de tratamiento, las Navidades no fueron nada fáciles para Mila Ximénez y, sin tapujos, una vez más hablaba de ello en su programa. "No me he enterado de nada porque he estado durmiendo durante cuatro días. No quería saber nada de nada porque para mí esto no ha sido Navidad, ya que debería haber sido con los niños y sabía que no podía ser. He visto una serie y solo quiero que pasen los días de una vez", admitía en enero entre lágrimas, haciendo referencia a su hija Alba y a sus dos nietos. Precisamente su hija ha sido hasta el final el motor de su vida y su gran pilar. Alba no ha dudado en viajar a Madrid desde Ámsterdam, donde reside con su familia, siempre que ha podido para acompañar a su madre y transmitirle todo el cariño que necesitaba en unos momentos tan difíciles.
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Ya en marzo de 2021, tras un mes "sin poder salir de la cama", tal y como ella misma contaba, volvía a la televisión y respondía a las preguntas de sus compañeros con la naturalidad con la que siempre abordó su enfermedad. Entonces explicaba que, además de la quimioterapia, estaba haciendo un tratamiento para no perder todo el pelo. "Me encuentro bien pero mañana no lo sé", admitía, sincerándose sobre lo variable que era su estado, pero reiterando una vez más, como hizo desde el principio, que no quería ver su situación como una tragedia. Aseguraba que ya no tenía miedo: "Pasará lo que tenga que pasar". En estos momentos en los que su ánimo se resentía, como es habitual al atravesar un proceso tan duro, compañeros y amigos como Jorge Javier Vázquez, Belén Esteban, Kiko Hernández o Belén Rodríguez han estado ahí para apoyarla y reconfortarla. Esa fue la última vez que la vimos en televisión, ya que a finales de ese mismo mes estuvo ingresada para la realización de unas pruebas y en abril comenzó un nuevo tratamiento. Manolo Ximénez contaba entonces que su hermana estaba mejorando con este nuevo método experimental para paliar el avance de su enfermedad, pero vaticinaba que sería largo de todas maneras. Finalmente, no ha podido ser así y Mila fallecía un año después de hacer el anuncio de su enfermedad.