La misma fortaleza de la que hizo gala durante toda su vida, la empleó con valentía para hacer frente a la enfermedad que padecía, pero finalmente, Mila Ximénez ha fallecido este miércoles, 23 de junio, a los 69 años, doce meses después de que le fuera diagnosticado un cáncer de pulmón. La periodista sevillana ha muerto a primera hora de la mañana en su casa de Madrid, rodeada de sus familiares más cercanos, y la triste noticia se conocía alrededor de las 13:00 horas, instantes después de la llegada del coche fúnebre al hogar de la colaboradora televisiva.
Las muestras de cariño hacía Mila no se han hecho esperar. Ana Rosa Quintana, Joaquín Prat, Sonsoles Ónega... se despedían de su compañera y la capilla ardiente, instalada en el Tanatorio de la M-30, comenzaba a llenarse de amigos. Minutos antes de las 16:00 horas, llegaba Alba Santana, la única hija de Mila Ximénez, junto a sus tíos.
Mila Ximénez, que hizo público su diagnóstico en junio de 2020, ha estado hasta el último momento arropada por el cariño incondicional de su familia, especialmente de su hija Alba, que volaba hace unos días desde Ámsterdam donde reside para estar junto a ella, y sus hermanos, Encarna, Concha y Manolo, sus grandes apoyos. Sus amigos de trabajo tampoco se separaron de ella durante estos duros meses de tratamiento, en los que era habitual verles acompañándola al hospital o en las escasas salidas que realizaba la periodista sevillana. Algunos de los más íntimos han podido estar con ella para despedirse y otros, como Ágatha Ruiz de la Prada o Christian Gálvez le han enviado emotivos mensajes de cariño en lo últimos días.
- Mila Ximénez reaparece con este mensaje: 'La misma de siempre aunque ya no la de antes'
El pasado jueves 10 de junio, Mila Ximénez fue ingresada en el Hospital La Luz de Madrid tras acudir a una prueba y un día después recibía el alta y regresaba a casa para estar junto a su círculo más cercano, que no le soltó la mano en ningún momento. Una de las últimas ocasiones en que pudimos verla en público fue en mayo, paseando junto a un amigo, su hermana Concha -que también pasó por un cáncer que afortunadamente superó hace seis años- y el marido de esta.
Con una aplaudida entereza, Mila Ximénez anunció el 16 de junio de 2020, en Sálvame, programa en el que trabajaba, que tenía un cáncer de pulmón que le habían diagnosticado tras meses de molestias. "Lo supe el lunes y he pasado mucho miedo y lo sigo pasando, cuando me despierto de la siesta pienso que no es normal", confesó en una llamada a Jorge Javier Vázquez durante la cual no pudo evitar emocionarse. Tal y como contó, todo empezó con un dolor de espalda que era cada vez más complicado de aguantar, hasta llegar a la situación de que durante una de las emisiones del espacio televisivo tuvo que sentarse mientras el resto de sus compañeros bailaban. Se hizo una resonancia, pensando que sería una cuestión de traumatología, y su médico la mandó directamente al oncólogo. Ya entonces comentaba con gran entereza que el tumor no se podía operar, pero que se sometería a un tratamiento de radioterapia y quimioterapia para intentar "dormirlo".
Sin embargo, con el paso de los meses la situación empeoraba. "Tengo metástasis, está en los pulmones, en el hígado y más partes", decía en julio en Sábado Deluxe, convencida, sin embargo, de que podría recuperarse. Este mes de marzo, tras varias semanas ausente de los platós, Mila reaparecía en televisión después de un mes "sin poder salir de la cama", tal y como ella misma confesaba. Admitía que estaba siendo muy difícil porque no solo seguía con la quimioterapia sino también con "un tratamiento durísimo para no perder de todo el pelo". "Me encuentro bien pero mañana no lo sé", comentaba la colaboradora, que pese a la adversidad no quiso ver la situación "como una tragedia". "Si esto me dura dos años, los 70 es una edad muy elegante para morir", decía sin perder su ácido sentido del humor, pero admitiendo que rezaba porque quería vivir. "Ya no tengo miedo y pasará lo que tenga que pasar", insistía.
- Alba Santana, inseparable de su madre Mila Ximénez, que sigue su tratamiento contra el cáncer
Durante todo el proceso, Mila ha estado acompañada por su familia, su hija, sus compañeros de profesión y de programa, que se enfrentan ahora al vacío que deja la colaboradora que siempre fue protagonista con su arrolladora personalidad. Con mensajes en directo o en las redes sociales, llamadas en privado y acudiendo junto a ella al hospital, Alba Santana -su hija-, Belén Rodríguez, Raúl Prieto, las Campos, Chelo García-Cortés, Jorge Javier Vázquez o Belén Esteban han sido los mejores apoyos para la colaboradora, al igual que otros buenos amigos, no conocidos para el público, como el estilista Pablo Mallavia, al que se le vio acompañándola en varias visitas al hospital. La periodista también quiso hacer partícipes a los espectadores del programa de su situación abriéndose sin tapujos sobre el difícil trance al que se enfrentaba, y ellos le han devuelto su sinceridad en forma de cariño y de mensajes de ánimo que inundaban las redes sociales cada vez que había noticias de la colaboradora.
Mila nació el 21 de mayo de 1952 en Sevilla, en una familia que tenía cuatro hijos. Se mudó a Madrid al cumplir la mayoría de edad y fue en los años ochenta cuando conoció al tenista Manolo Santana, con quien se casó en 1983. Durante esa década vivió en primera persona la época dorada de la noche marbellí, pero todo se truncó tras su divorcio del tenista, con el que tuvo a su única hija, Alba Santana, en 1984. Desde que en 1986 se separase, a la sevillana se le han conocido diversas parejas como José Sacristán o Antonio Arribas, aunque ella contó que su gran amor fue el último, Rafael Aguilera, un importante empresario marroquí con el que salió durante más de diez años. Pero si ha habido un amor constante e incondicional en su vida, ese es el de su hija Alba. La joven está casada con el empresario Abiv Miron con el que tiene dos niños, Alexander y Victoria, de 14 y 9 años, y vive en Ámsterdam, aunque durante la enfermedad de su madre ha viajado con frecuencia a nuestro país para estar pendiente de ella.
Antes de convertirse en un auténtico animal televisivo, Mila ya desarrolló su carrera periodística en los años 80, cuando colaboraba con diversos medios, escritos y televisivos. Pasó por ABC, donde tenía su propia sección de entrevistas y por el famoso programa radiofónico de Encarna Sánchez. Sin embargo, después de su divorcio atravesó una época muy complicada en la que sus problemas financieros le obligaron incluso a renunciar a la custodia de su hija.
Afortunadamente, Mila logró remontar esa difícil etapa y redirigir su carrera a la televisión, donde no dejó de cosechar éxitos en todos los programas en los que colaboró. Primero, fue en Crónicas Marcianas, después en Aquí hay tomate y finalmente en Sálvame, donde acabó formando una segunda familia con sus compañeros y conquistando a una legión de espectadores, fans incondicionales de la magnética personalidad de la periodista. Este cariño del público quedó patente cada vez que participó en realities como Supervivientes en 2016 o Gran Hermano VIP en 2019, en los que fue la tercera finalista. Mila Ximénez ha demostrado siempre, y especialmente en la última etapa de su vida, que nunca es tarde para afrontar nuevos retos con el apoyo y el cariño de los buenos escuderos que la rodeaban y que ahora tendrán que aprender a vivir sin su fuerza y vitalidad.