Casi cuatro meses después de Somos demasiados, su single con Carolina Cerezuela, Jaime Anglada publica nueva canción con ella. Se trata de una versión de Felicidad, que popularizaron Al Bano y Romina Power hace cuatro décadas. Así celebra el primer lustro de Anglada Cerezuela, el proyecto musical que comparte con la actriz, aunque el cantautor lleve un total veinticinco años de carrera discográfica. “Me siento un afortunado”, confiesa Jaime a ¡HOLA! al hacer una valoración de su cuarto de siglo en la música. Pero con el mallorquín no sólo hablamos de su faceta creativa, sino también de su vida familiar con la farmacéutica y nutricionista Pilar Aguiló, con la que tiene dos hijos adolescentes, y de su estrecha amistad con Felipe VI, consolidada entre competiciones de navegación.
- Muchos artistas han aprovechado esta pandemia para dar rienda suelta a su creatividad. ¿Te ha pasado lo mismo?
- Tuve un proceso creativo muy tardío. Al principio, me preocupé de mis hijos, de sus estudios… Luego, empecé a escribir canciones. Más o menos, han salido unas cuarenta.
- Cuando compones canciones ¿cómo decides cuáles son para el proyecto Anglada Cerezuela y cuáles para ti, en solitario?
- No lo decido yo, lo decide Carolina (ríe). Donde hay rubia, no manda cantautor (ríe). Es verdad que hay veces que está muy claro que me acerco a ella y sé que va a decir que es para nosotros, como Somos demasiados.
- ¿Cómo ha sido volver al estudio con Carolina en estos meses tan complicados?
- No tengo estudio de grabación en casa, Cuando conseguimos meternos en uno, con todas las formas de seguridad, al final, fue muy bonito y emotivo. Somos demasiados se grabó en una mañana. Aunque luego hubo proceso de producción, fue un trabajo rápido porque tenía que ser así. No nos podíamos permitir estar en un estudio por la época en la que estábamos.
- ¿Hay planes de sacar más material a corto plazo? ¿Tendrá ese ambiente pandémico, como Somos demasiados?
- Claro, esta situación ha afectado. Es verdad que lo quería evitar y que escribía desde añorar a la persona amada o no poder estar con ella, sea familiar o pareja.
Casi cuatro meses después de Somos demasiados, su single con Carolina Cerezuela, Jaime Anglada publica nueva canción con ella
- ¿Cómo ha sido volver a dar conciertos con ella?
- Con Carol, lo primero que hicimos cuando nos encontramos fue volver a cantar. Cantamos en el salón de su casa y con su familia, que voy mucho a su casa. Pero sí que es verdad que echaba de menos los conciertos porque mi vida es un poco nómada, ir de escenario en escenario.
- Hace cinco años comenzaste este proyecto musical con Carolina, después de tanto tiempo en la música y encima siendo ella un rostro tan popular.
- No me ha cambiado ese tipo de cosas y menos con una persona tan valiente como Carolina. Si yo doy un paso, ella lo dobla y yo voy detrás. Simplemente, sucedió. No soy una persona pragmática ni, mucho menos, calculadora. Vivo al día en todo.
- Pero, ¿quién dio el primer paso para formar Anglada Cerezuela?
- Ninguno de los dos. Fue una pequeña celestina, que es nuestra amiga Inma, que nos juntó para que yo escribiera una canción para ella. Ahí nos conocimos. Ella siempre me dice que yo le escribí una canción para que la cantara Carolina y yo le contesté, en broma, que a ella le escribía no una canción, sino un disco entero. ¡Y ya llevamos dos! (ríe). Pero sí recuerdo el primer domingo que fui a su casa con una botella de vino. Estuvimos cantando canciones… Al tercer o cuarto día, le dije que teníamos que sacar algo juntos. Yo venía de sacar un disco en catalán y con una orquesta sinfónica, con ochenta y cuatro músicos. Después de lidiar con todo eso, empecé a trabajar con Carol, que todo lo pone muy fácil. La verdad es que fue un regalo, muy gratificante y divertido.
- ¿Qué destacarías de la personalidad de Carolina?
- No quiero que suene peyorativo, pero es tozuda… Constante y trabajadora. Lo digo con todo el cariño del mundo. Ella un poco más pragmática que yo, pero también muy emocional y sensible. Yo me puedo desbordar de emociones y ella es la primera que me coge de la camiseta y me dirige. Ese equilibrio de ella me encanta y me ayuda a querer continuar y escribir mejor.
- Celebras ahora cinco años en la música junto a Carolina Cerezuela, pero sacaste tu primer disco hace veinticinco años.
- Y llevaba tres años tocando en garitos de Palma cuando lo publiqué. ¡Cuánto tiempo! Me hace sentir afortunado. Después de veinticinco años, estoy empezando a aprender a valorar lo bonito que es este oficio, de escribir y cantar canciones. A día de hoy, estoy aprendiendo a que no quiero parecerme a nadie. Estoy empezando a saber quién soy yo, como escritor, cantante y guitarrista. ¿Que no soy nada bueno en ninguna de las tres facetas? Pero juntas las tres y me hace único.
- ¿Cómo se lo tomaron tus padres cuando les dijiste que te querías dedicar a la música?
- No pedí permiso. Mis padres estaban separados y yo me refugié en la guitarra, que era de mi hermana. Sin darme cuenta, estaba escribiendo donaciones y subiéndome a un escenario al poco. Yo no lo decidí. Simplemente, lo hice.
“Después de veinticinco años, estoy empezando a aprender a valorar lo bonito que es este oficio, de escribir y cantar canciones”
- ¿Cómo viven tus hijos que su padre sea cantante?
- Lo ven bien. A Jaime, que tiene once, le hace mucha gracia. Julia, de trece, es muy feliz escuchando las canciones.
- ¿Consultas con alguno?
- Sí, con el pequeñito, con Jaime. Le pregunto si le gusta ese sonido. Le gusta porque me divierte y también porque quiero implicarle en la música. Y cuando me voy con la guitarra, Julia siempre que quiere venirse conmigo.
- ¿Te dedicas exclusivamente a la música o tienes otros proyectos?
- Única y exclusivamente a la música.
- ¿Y cómo has llevado todos estos meses sin poder cantar en directo?
Me ha afectado. He intentado hacer cosas, pero no streamings, porque no soy muy fan de ellos. Yo cantaba en casa. No echaba de menos los aplausos, pero sí la energía y lo que sucede cuando estás cantando. El aplauso es muy bonito y es algo que te alimenta el ego, pero la energía que recibes en los conciertos alimenta el alma y eso lo tenía bastante desnutrido.
- Pero es muy difícil mantenerse sin trabajar durante más de un año.
- Le ha pasado a mucha gente… Ingresos cero. Gracias a Dios, tengo una mujer que ella no ha dejado de trabajar y que ha podido aportar en casa.
- Viendo el lado positivo, habrás podido disfrutar más de la familia.
- ¿De mis dos hijos? ¡Hasta las narices estoy! (echa una carcajada). La verdad es que ha sido un regalo. Son lo que más quiero en esta vida.
- Tu mujer es farmacéutica, un trabajo muy duro en estos meses de pandemia. ¿Cómo lo has vivido tú?
- Con mucha prudencia. Todos los días se quitaba la ropa en la puerta, se daba una ducha, se cambiaba de ropa… Intentábamos no coincidir y dormíamos en camas separadas. Cuando estalló la pandemia, yo estaba en Madrid el día doce y también me aislé cuando llegué a casa. Venía de meterme en el metro y de todo el hervidero de COVID que había en Madrid. Encima, teníamos en la casa de al lado a mis suegros. Intentábamos no coincidir y dormíamos en camas separadas.
“En el momento que nos subimos a un barco, todos queremos ganar. Él (Felipe VI) como uno más”
- Además de famarcéutica, es nutricionista. ¿Carolina le hace consultas a tu mujer?
- Le consulta y le compra. Soy su dealer (ríe). Le llevo cosas para ella, para su madre… (ríe).
- ¿Sigues navegando y participando en regatas?
- No. Hace cuatro años. Dejé de navegar, pero quiero volver a hacerlo y seguramente lo haré este verano.
- No creo, aunque hayamos navegado juntos.
- ¿Es competitivo?
- En el momento que nos subimos a un barco, todos queremos ganar. Él como uno más.
- Pero hay gente que tiene muy mal perder.
-No, tiene muy buen carácter, aunque es una persona a la que le gusta hacer bien las cosas y, cuando participa en la copa que lleva su nombre, también le gusta ganar.
- ¿Ha cambiado su relación con Felipe VI desde que es rey?
- No.
- ¿Qué destacarías de su personalidad?
- El lado humano que, poco a poco, está demostrando. Creo que tenemos una gran suerte teniendo un rey tan humano y mucho más cercano de lo que parece. También es muy sensible, queriendo conocer mucho sobre la cultura de nuestro país.
- ¿Tus hijos juegan con la princesa Leonor y la infanta Sofía?
- Cuando hemos coincidido, sí.
- ¿Tu hija le llama la atención algo de la princesa?
- Como se conocen desde que han nacido, no. De las infantas sólo puedo decir que son unas niñas cariñosísimas y se llevan muy bien con mis hijos. El trato es exquisito y cariñosísimo.
- El trato de tu mujer con doña Letizia también es muy cercano, ¿verdad?
- También, también. Se llevan bien. Date cuenta de que, aunque conocí a don Felipe de antes, llevamos navegando juntos desde el 2000. Son ya más de veinte años.
- Dices que tu mujer le recomienda a Carolina cosas de nutrición. ¿Y a doña Letizia?
- No. Eso creo que no.
- Además de ser cantante, has trabajado de actor. En algún momento, ¿está en tus planes retomar esa faceta?
- Trabajé como actor de manera accidental. Cuando llegué a Madrid en el año 97 y firmo mi primer contrato con Virgin, sale en un periódico un artículo mío y Javier Orce, que era el productor ejecutivo de la serie A las once en casa y escuchó mi disco, quiso que estuviera en la serie. Creo que fui el primer Fran Perea de la época. Tengo unos recuerdos maravillosos de todo aquel año en el que estuve trabajando en A las once en casa.
- En la serie estaban Ana Obregón, Antonio Resines… ¿Mantienes relación con algún compañero?
- Con Lydia San José. También estaba en la serie Pedro Alonso, que está haciendo ahora La casa de papel. Es un ‘actorazo’ del cupón y siempre le he admirado mucho.
- ¿Y con Ana Obregón?
- Tuve muy poquita relación. Al final, yo era un niño de veinticinco años.
- ¿Te apetece volver a hacer algo de televisión?
- En la televisión autonómica, he presentado algún programa, pero no es una cosa que yo persigue o busque. No es mi vocación ni busco ese protagonismo. Mi hueco está en la música.