Cádiz siempre ha sido un lugar con mucho significado para los Flores. Allí hunde sus raíces esta saga de artistas (cabe recordar que en Jerez de la Frontera nació la inolvidable Lola Flores ), y por ello no es extraño que sus miembros sientan una conexión especial. Ejemplo de ello es que Rosario Flores, la menor de los tres hijos que tuvo la cantante, tiene una casa allí (donde pasó todo el confinamiento), y por motivos laborales, vive a caballo entre Madrid y la provincia andaluza.
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Como confesó recientemente a ¡HOLA! en una entrevista, allí, en Jerez de la Frontera, ha grabado su segundo single, Mariposas blanca; y próximamente, se levantará el museo Lola Flores, lo que supondrá que, veintiséis años después de su muerte, el sueño de La Faraona pronto se verá cumplido.
A estas buenas noticias se suma, también, la boda de su sobrina Elena Furiase, que se dará el ‘sí, quiero’ con su pareja, Gonzalo Sierra, el próximo mes de septiembre. Un enlace que, según explicó hace unos días, esperan con gran ilusión y con los nervios que trae consigo.
Mientras la familia Flores aguarda su próxima gran cita, Rosario ha iniciado sus vacaciones bajo el sol de Cádiz. La cantante ha disfrutado de unos días de relax en la playa, y lo ha hecho junto a su marido, Pedro Lazaga .
Rosario y Pedro se conocieron durante el rodaje de Hable con ella , donde ambos trabajaron a las órdenes de Pedro Almodóvar. Ella, poniéndose en la piel de la protagonista, una torera, y él como ayudante de dirección. Desde que el amor surgió en aquel set, se hicieron inseparables y en 2006 dieron la bienvenida a su primer hijo en común, Pedro Antonio.
La pareja lleva dos décadas de relación, pero sigue igual de unida como el primer día. Así lo demuestran estas imágenes, en las que se puede ver cómo intercambiaron en todo momento gestos de complicidad y cariño durante su paseo, en el que también estuvieron acompañados por su mascota.