Después de la tormenta siempre llega la calma. Y después de unos complicados días para Vanesa Romero, tras su inesperada ruptura con Emilio Esteban, que anunciamos en ¡HOLA!, todo indica que la actriz y escritora ha logrado hacer de la debilidad fortaleza y está pasando página a otro difícil capítulo de su vida. Por eso, ha recuperado la alegría y vuelve a sonreír. La pudimos ver, el pasado sábado, en la boda de su hermano, Amador, con Lourdes Quílez, que tuvo lugar en Alicante y celebraron en Torre de Reixes. Una celebración con la que estaba muy emocionada, ya que, demostrando que la familia es lo más importante para ella, suponía reencontrarse con los suyos después de casi un año sin poder regresar a casa.
Cabe recordar que Vanesa había encontrado de nuevo el amor al lado del joven productor musical, después de poner fin a su noviazgo con Alberto Jiménez. Desde entonces, la pareja se había vuelto inseparable, aunque, fieles a su discreción, habían sido pocas las veces en que se les ha podido ver juntos.
Según parece, en el adiós de la pareja no hay que buscar terceras personas. De hecho, no las hay. Simplemente, tal y como comentan fuentes de su entorno, la decisión ha sido tomada debido al desgaste de la convivencia. Ambos se dieron cuenta de que sus dos mundos no terminaban de encajar y que las cosas no han fluido como se esperaban. Poco a poco, se fueron distanciando y se dieron cuenta de que lo mejor para ellos era emprender caminos separados. Ahora hacen cada uno su vida y el tiempo pondrá cada cosa en su lugar y dirá si hay vuelta atrás o no en su decisión.