Desde hace unos meses, Carolina Monje, la que fuera pareja de Aless Lequio, ha sido una de las mujeres más perseguidas del país. Ajena al terremoto mediático, esta barcelonesa ha permanecido incólume ante la persecución de paparazzi y el interés de la prensa nacional. Ahora, la joven de 26 años ha roto su silencio por primera vez. Eso sí, lo hace con la única condición de no pronunciarse sobre su novio, el hijo de Ana Obregón y Alessandro Lequio, fallecido el 13 de mayo de 2020 tras una larga lucha contra el cáncer. La empresaria sólo está interesada en hablar de su último proyecto. Se trata de Atelier 67, la nueva tienda que ha abierto junto a dos socias en el número 67 de la calle Travessera de Gràcia, en pleno centro de Barcelona. Allí se pueden encontrar las prendas de su marca, Carola Monje, una firma como ella —“romántica, bohemia y femenina”— en la que ha volcado todo su esfuerzo y la ilusión que requieren los nuevos comienzos.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
—Inicias una nueva etapa. ¿Qué sentiste al abrir por primera vez las puertas de tu primera tienda?
—Abrimos el pasado lunes 7 de junio. Fue una mezcla de sentimientos. Ver hecho realidad el proyecto en el que he estado volcada durante muchos meses ha sido bonito. ¡Estoy tan satisfecha! Si trabajas duro, consigues tus objetivos.
—¿Vas a celebrar alguna fiesta para la inauguración?
—Sí, a la tienda todavía le queda el último toque, así que hemos pensado esperar hasta el día uno y dos de julio. Será entonces cuando festejemos la inauguración para amigos, familiares y clientes. Nos gustaría que viniera un artista a dar un pequeño concierto de jazz y, posiblemente, haya más actuaciones. Queremos que Atelier 67 sea una experiencia diferente.
“Ver hecho realidad el proyecto en el que he estado volcada durante meses ha sido bonito”
—¿Qué se puede encontrar en Atelier 67?
—No solo está mi marca, Carola Monje, sino también Doce Joyas, una firma de joyería y bisutería de Nadia Sans, mi amiga desde la infancia, y Blunbow, una empresa de accesorios, de Blanca Lluch, nuestra socia y buena amiga. Estos dos proyectos encajaban a la perfección con la filosofía de mi línea de ropa y, por eso, decidimos unirnos y buscar sinergias juntas. Pero, a parte de todo eso, tenemos intención de que sea una experiencia venir ya que queremos ofrecer clases de yoga, de meditación, charlas de todo tipo o pequeños recitales en el jardín que tenemos. La idea es que seamos una pequeña comunidad de mujeres
—¿Desde cuándo te interesa la moda?
—Realmente me dedico a la moda desde hace un año. Antes tenía otros proyectos. Por ejemplo, he sido directora durante más de dos años de La Torre del Canónigo, un hotel de mi familia, en Ibiza. Mis intereses han cambiado y ahora estoy volcada tanto en mi marca como en la tienda. Mi idea es seguir creciendo y que Atelier 67 se expanda por toda España y, por qué no, también a nivel internacional.
—¿Cómo te animaste a crear tu propia marca de ropa?
—Lancé mi marca, Carola Monje, hace un año. He estudiado Empresariales e hice un máster en Dirección Hotelera y marcas de lujo en París. Siempre sigo las tendencias y pensé que sería una buena idea mezclar esa parte creativa que tengo con la de empresaria. Hice un business plan y lo pensé todo muy bien. Fue un momento complicado, en plena pandemia, pero me animé porque Carola Monje, mi marca, es algo muy personal, un proyecto en el que confluyen mi forma de ver la moda y mi identidad.
—¿No te dio vértigo emprender en un momento tan inestable?
—Sí, fue difícil. Los negocios cerraban y yo lanzaba la colección dos semanas después de la pandemia, pero llevaba trabajando muchos meses en ella. Me animé porque realmente creo que la marca puede llegar lejos.
—Tienes un buen ejemplo de emprendimiento en la figura de tu abuela, Josefina Vicario, una de las pioneras de la medicina estética en España.
—Mi abuela es una referente para mí y toda mi familia. Llegó a tener hasta 17 clínicas por toda España, es nuestro pilar, y, especialmente, para mi madre y mi tío para quienes ha sido su mentora y han seguido con el negocio. Cuando era pequeña, me planteé ser doctora como ella, pero luego fui por otro lado. Yo soy creativa y, en la moda, he encontrado el medio para plasmar mi arte.
—Entre sus clientas están Cristina Onassis, Ursula Andress o Liz Taylor, ¿te ha hablado de ellas? ¿Cuál es la anécdota más divertida que ha compartido contigo?
—Me ha contado bastantes anécdotas. ¿Alguna que recuerde? Se llevaba muy bien con la actriz Margaux Hemingway, nieto del escritor Hemingway. Eran buenas amigas y pasaron mucho tiempo juntas en la casa de mi abuela en Marbella, y también en Barcelona.
—¿En qué se parecen las prendas a ti?
—Normalmente, como te decía, sigo las moda y cómo va fluctuando, pero mis prendas siempre tienen un toque personal: bohemio, muy femenino y romántico. Esa es la identidad de Carola.
“Me considero una persona muy espiritual y generalmente me guío por las energías”
—¿Por qué llamaste Carola a la marca?
—Así me llaman mis amigos y familiares más cercanos. Le quise dar esa identidad tan personal porque he plasmado lo que llevo dentro. Y lo ha hecho con cariño, amor y dedicación.
—Una de tus condiciones para realizar esta entrevista es no hablar de tu vida personal. ¿Por qué?
—Mi privacidad y mis vivencias quiero que sigan siendo mías y de los que me rodean.
—¿Cómo has gestionado el interés de la prensa y los ‘paparazzi’ durante el último año?
—No me siento cómoda con ello, como te decía valoro mucho mi intimidad.
—En tus redes sociales has dejado evidencia de que te gusta el yoga, la meditación y el budismo.
—Suelo hacer yoga, ahora no lo tengo tan presente porque trabajo mucho. Me gusta la meditación. Me considero una persona muy espiritual y generalmente me guío por las energías. No me considero budista, pero comulgo con esa forma de vida. De hecho, una de las frases que he puesto en mi tienda es: “Alégrate porque todo lugar es aquí y todo momento es ahora”. ¡Es un mantra budista!
—También queda claro que te encanta viajar.
—Sí, muchísimo. Me ha gustado desde pequeña. Terminé la ESO y estudié el Bachillerato en Suiza. Luego hice la carrera de Empresariales en Derby (Inglaterra) e hice un máster en París. Soy de Barcelona y he vivido en Ibiza, donde fui directora de un hotel familiar, y Madrid. Siempre que puedo viajo. Soy una persona muy activa, también me gusta jugar a pádel y compartir tiempo con la gente que quiero. Y me considero muy animalista. Mi perro, Boby Puchum, es uno más de mi familia, siempre está conmigo. Invito a todo el mundo a adoptar. Es primordial.
—De todos los sitios en los que has vivido, ¿con cuál te quedas?
—Con Ibiza, se respira una energía especial. Es un sitio único al que voy desde que soy pequeña y al que me encanta volver. ¡Es donde mejor me siento!
—Para terminar, ¿con qué ánimo inicias esta nueva etapa?
—Tengo mucha ilusión y quiero que la gente descubra nuestra tienda. ¡Solo puedo decir que estoy feliz!