Beatriz Zimmermann, la madre de Anna y Olivia, ha escrito con admirable entereza una desgarradora carta dirigida a la opinión pública tras el fatal hallazgo el pasado jueves del cuerpo sin vida de la mayor de sus hijas en el fondo del mar de las aguas de Tenerife. En primer lugar, la progenitora ha querido mostrar su "agradecimiento a todos" los que han mostrado su apoyo y cariño durante estos 45 días de angustiosa desaparición e intensa búsqueda de las pequeñas. Seguidamente, Beatriz transmite el inmenso e inimaginable "dolor" que siente y señala a su expareja, Tomás Gimeno, por "el acto más monstruoso que una persona puede cometer: matar a sus propios e inocentes hijos".
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Espera Beatriz "que la muerte de Anna y Olivia no haya sido en vano" y que "trascienda en amor para los niños en forma de protección, educación y respeto". Subraya la madre de las pequeñas que "gracias a ellas se conoce el significado de la violencia vicaria", deseando "que las leyes se pongan más duras protegiendo" a los más indefensos. "Los niños son nuestra responsabilidad y yo, como madre, me duele en el alma no poderles haber salvado la vida", expresa. "Cuando me dijeron la noticia se me vino el mundo encima y, por muy duro que sea, por lo menos ahora puedo llorar su pérdida y sentirlas a mi lado a cada momento", escribe. "Ellas habrán muerto en cuerpo, pero su alma está con todos nosotros para siempre", concluye.
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El caso de Anna y Olivia ha conmocionado a España entera y ha provocado un sinfín de muestras de tristeza y repulsa por todo el país. A continuación, reproducimos el contenido íntegro de la carta de Beatriz Zimmermann:
Con todo el dolor de mi alma, les quiero escribir una carta de agradecimiento. A todos ustedes que han estado en corazones y rezos con ellas y conmigo acompañando todos los días desde que desaparecieron, ofreciendo todo el amor y ayuda para que tuviera un final feliz. Desgraciadamente no fue así, sufriendo en dolor el acto más monstruoso que una persona puede cometer: matar a sus propios e inocentes hijos.
Deseo que la muerte de Anna y Olivia no haya sido en vano. Y que aunque ahora sintamos el mayor odio, desesperanza y dolor, no sea para traer más sufrimiento al mundo sino lo contrario. Que trascienda en amor para los niños en forma de protección, educación y respeto. Gracias a ellas, muchos padres miran ahora a sus hijos de otra manera y valoran mucho más el amor y los momentos diarios de las cosas simples. Ese maravilloso día a día que tanto echo de menos. Lo que yo daría por peinarles el pelo... Ese simple acto ahora mismo es lo que más desearía
Gracias a ellas se conoce el significado de la violencia vicaria. Espero que las leyes se pongan más duras protegiendo a los niños. Ellos no tienen por qué cargar con esa mochila y, si el amor se acaba, lo más importante es el bienestar de los hijos. Si hay maltrato en los progenitores, hay que ser muy tajantes porque los niños no pueden estar creciendo viendo violencia. Los niños son el futuro y es muy importante que crezcan observando un ambiente de respeto, paz, amor y tranquilidad
Ellas son ahora dos ángeles que han venido al mundo enseñando una gran lección a costa de su vida... Y yo... siendo su madre, voy a luchar en contra de estas injusticias y el bienestar de los niños. Por ellas y por todos los niños. Anna y Olivia estaban llenas de amor. Todos los días yo les decía a cada momento que las amaba muchísimo... A Olivia le decía: Olí, tengo un problema. Y ella me respondía; si mami, ya lo sé... que me quieres demasiado. Y ella sonreía.
Los niños son nuestra responsabilidad y yo, como madre, me duele en el alma no poderles haber salvado la vida. Ojalá yo hubiera estado en ese momento junto a ellas de la mano y morir juntas... Pero eso no pudo ser porque Tomás quería que sufriera buscándolas sin descanso y de por vida.
Esa fue la razón por la que dejarme a mí con vida... Y, por supuesto, el no quedar como el mayor asesino de la historia. Aquí la justicia salió a la luz. Gracias a toda la energía enviada en este caso tan desgarrador. Gracias a todo el amor que pusieron, sucedió el milagro de encontrar a Olivia. Y que la verdad se conociera. Cuando me dijeron la noticia se me vino el mundo encima, y por muy duro que sea por lo menos ahora puedo llorar su pérdida y sentirlas a mi lado a cada momento; sentirlas cuando me despierto, cuando desayuno, todo el día, hasta que me acuesto...
Debería de existir el día nacional del NIÑO. Todos los 27 de abril, para recordar que ellos son, junto a las personas mayores, nuestro principal cometido de dar amor, apoyo y educación. No olvidar que dependen de nosotros y que confían plenamente en nuestro amor hacia ellos. Tenemos una responsabilidad... Deseo que la muerte de las niñas sirva para crear mayor consciencia sobre el amor que entregamos a nuestros hijos, en valorarlo y cuando estamos con ellos no tener la cabeza en otros asuntos sino en ellos. Nos necesitan y nos adoran.
Olivia y Anna, ahora los angelitos de los niños, piden que les den todo el amor a sus hijos, dedicación, respeto, y que se les inculquen valores para un mundo mejor. Ellas habrán muerto en cuerpo, pero su alma está con todos nosotros para siempre, ayudando a tener más conciencia, amor y respeto por nosotros. La gran mayoría de las personas son seres increíbles, lo han demostrado en este acto tan cruel con la compasión y el dolor.
Gracias de todo corazón
Beatriz; mamá de Olivia y Anna. Los angelitos.