Irina Shayk y Bradley Cooper rompieron su relación de cuatro años en junio de 2019. Durante este tiempo, muchos han sido los rumores de romance que han acompañado a la modelo por las calles de Nueva York, donde vive con su hija Lea de Seine , en un apartamento cerca de la casa del actor, con quien comparte su custodia. Durante meses se habló de Vito Schnabel, se les fotografió dando paseos o en el parque junto a Lea con cierta asiduidad en incluso el galerista, miembro de la jet neoyorquina, había sido visto recogiendo en la guardería a la niña. Pero desde septiembre de 2020 nada más se ha sabido.
La discreción que rodea siempre la vida de Irina impide conocer mucho sobre sus relaciones y su círculo de amistades. Pero unas imágenes en la Provenza junto al rapero Kanye West, exmarido de Kim Kardashian y padre de sus cuatro hijos, han levantado todas las alarmas. Se conocen desde hace más de una década, cuando en 2010 la top participó en el videoclip de la canción Power y ese mismo año el cantante la mencionó en otro de sus temas, Christian Dior Denim Flow. “Quiero ver a Irina Shayk junto a Doutzen [Kroes]”, decía. En 2012, la modelo desfilaba en la Paris Fashion Week con sus diseños.
Mientras el mundo intenta desgranar más sobre la nueva pareja sorpresa, hay una persona que acompaña a Irina en la sombra desde hace nueve años. Junto a este hombre también ha sido fotografiada en Nueva York en las últimas semanas dando lugar a rumores sobre su relación. Algunos medios hablaban, incluso, de un ‘misterioso acompañante’.
Pero no hay tanto misterio, porque se trata del entrenador Jason Walsh , responsable desde hace casi una década de que Irina siga manteniendo sus medidas y presumiendo de cuerpazo y de la sonrisa de seguridad con la que camina sobre la pasarela o posa ante la cámara. Fundador del estudio de fitness Rise Movement, en West Hollywood, y del método de fitness-escalada Rise Nation, es el hombre detrás de los músculos de Matt Damon en Jason Bourne, por ejemplo, de la transformación física de John Krasinski y ayudó a Bradley Cooper a prepararse para El francotirador. A él acuden estrellas como Jessica Biel y Brie Larson. Walsh es muy claro al decir que los ‘entrenamientos milagro’ no existen y que la constancia es el único secreto para tonificar los músculos y mantener los resultados a lo largo del tiempo.
Desvela también que existe un ejercicio que debería incluirse en todas las sesiones de fitness : las sentadillas. El movimiento, que trabaja piernas y glúteos, no solo es beneficioso para esculpir el tren inferior, sino que su práctica mejora el equilibrio y la flexibilidad. Además de por estética, el entrenador recomienda animarse a ir al gimnasio por otros motivos: “Me encanta ver que cuando las mujeres se fortalecen, su vida entera se expande. Se vuelven más valientes y seguras, y se resuelven muchos problemas internos”. Para potenciar el ejercicio, Walsh habla del ingrediente del que recomienda no abusar: “El azúcar es tan adictivo. Existe una relación directa entre el azúcar y las enfermedades e inflamación de los tejidos. Intento mantenerla lo más lejos posible. Afecta a todo: la piel, la longevidad, a cómo te recuperas”.
A través de sus redes sociales somos testigos de sus sesiones de entrenamiento con “mi pequeña espía rusa”, como llama a Irina. En alguna ocasión, la modelo ha admitido que no le gusta hacer cardio, pero que se obliga a practicarlo porque sabe que después se siente mucho mejor. Un entrenamiento que combina desde hace años con el Pilates. “Lo llamo el entrenamiento para perezosas, porque te tumbas”, bromeaba hace un tiempo.