Se llama Veliko Vrilo, aunque todo el mundo lo conoce como el Ojo de la Tierra (arriba). Esta gruta de agua dulce situada en el interior de la región de Split (Croacia) aún esconde muchos secretos en su interior, ya que los buzos espeleólogos tan solo han llegado a los 115 metros de profundidad. Una increíble obra de la madre Naturaleza, que ha construido muchas fabulosas piscinas por el mundo, como las de la Garganta de los Infiernos, en el Valle del Jerte (Cáceres), donde muchos turistas viajan cada año a bañarse.
Arriba, las aguas termales de Pamukklale, en Turquía, cuyo nombre significa castillo de algodón y es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. A continuación, aparece la piscina de la isla de Tasos (Grecia), que cuenta la leyenda que fue creada por Zeus para Afrodita. Abajo, el famoso Charco de la Laja, en Tenerife.