La justicia de la isla de Jersey acaba de dar un ultimátum a Camilla de Borbón-Dos Sicilias. La princesa, de soltera Crociani y casada con el príncipe Carlos de Borbón-Dos Sicilias desde hace más de dos décadas, debe pagar una multa de dos millones de libras (2,3 millones de euros) antes del 15 de julio, en concepto de sanción por, supuestamente, cooperar “deficientemente” en la investigación sobre la desaparición de parte de la fortuna de su familia. De lo contrario, la heredera italiana, de cincuenta años, se enfrenta a doce meses de cárcel.
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Según ha podido saber ¡HOLA!, la corte de apelación de ese paraíso fiscal en el canal de la Mancha ha rechazado el último intento de la princesa de renegociar las condiciones de pago de la millonaria pena, considerada una multa récord. Para la justicia de Jersey, la princesa “sabe más de lo que ha declarado en los tribunales” sobre dónde están algunos de los bienes de su familia -dinero, obras de arte- que han desaparecido de un fideicomiso familiar alojado en ese paraíso offshore. Según la propia Camilla, ella ha dicho “todo lo que sabía” en sede judicial, se le ha negado “un juicio justo ante un tribunal independiente e imparcial” y es “víctima” de BNP Paribas, el banco francés que gestionaba el trust. Para la justicia, la princesa, que vive entre París, Roma, Mónaco y St Tropez, tiene los recursos para pagar la millonaria multa y “sabe desde hace tiempo” que esto ocurriría. Según ella, es incapaz de reunir la suma en cuestión, ya que sus recursos en dinero metálico serían “finitos”. Su letrado asegura que van a recurrir la decisión.
“El juez se acaba de cobrar la ‘cabeza’ de una aristócrata bastante discreta que cometió el error de respetar las leyes y de decir solo la verdad. Al magistrado que la citó para que revelara el lugar donde su madre ‘escondía’ sus bienes, Camilla Crociani respondió sencillamente lo que sabía. Ni más ni menos. Lo que enfureció al juez”, explica el abogado de la princesa a través de un comunicado remitido a ¡HOLA!. “En una fantasía judicial, a la que ni el más astuto de los abogados se hubiera atrevido nunca, el juez giró la carga de la prueba: era el turno de Camilla de demostrar que no sabía nada”, añade el letrado. “La estocada vino de un fallo dictado hace unos días que condena a Camilla a pagar una multa increíble en Jersey”.
‘Guerra’ fratricida
En 1970, Camillo Crociani, padre de la princesa Camilla, fundó la Compagnia Italiana Servizi Tecnici (CISET), especializada en la gestión del tráfico aéreo civil y militar. Tras la muerte del magnate italiano, su viuda, la famosa ex actriz Edoarda Vessel, convirtió la empresa en un buque insignia de la industria italiana. En 1992 CISET se fusionó con Vitroselenia, empresa dedicada al sector de la logística de defensa, para convertirse en la enormemente innovadora Vitrociset.
A fines de la década de 1980, la matriarca de la familia constituyó un fideicomiso para proteger su fortuna y la de sus dos hijas adolescentes, Camilla y Cristiana Crociani. Siguiendo el consejo de especialistas, el fideicomiso se trasladó de las Bahamas a Guernsey antes de aterrizar definitivamente en la isla Jersey, para ser administrado por Paribas, posteriormente BNP Paribas.
“La víctima se convirtió en garante del autor de las presuntas malversaciones”, explican los abogados de Camilla.
En 2010, se cogieron 100 millones de libras en inversiones y obras de arte del fondo y se transfirieron a nombre de Edoarda. Entonces, Cristiana temió que se la estuviera privando de parte de su fortuna en beneficio de hermana, Camilla. En 2013, Cristiana inició una acción legal en Jersey contra BNP y contra su propia madre. Durante el juicio alegó que había sido condenada al ostracismo por la matriarca, una mujer que, según ella, estaba “obsesionada” con que sus hijas se casaran con miembros de la realeza. El 11 de septiembre de 2017, el Tribunal de Jersey condenó a BNP y a Edoarda Crociani a “reconstituir” el fideicomiso por una suma de 200 millones.
Aunque era BNP el que gestionaba la fortuna, el tribunal consideró que Edoarda Crociani conocía las implicaciones de la reestructuración llevada a cabo por el banco y que, por tanto, debía ser igualmente condenada. “La víctima se convirtió en garante del autor de las presuntas malversaciones”, explican los abogados de Camilla. La princesa recibió la orden de revelar detalles sobre el patrimonio de su madre. Según ella, colaboró en todo lo que pudo. Su abogado, Olaf Blakeley, ha asegurado que la princesa no conoce el paradero de muchos de los activos de su madre. “En mi opinión, la gran mayoría de los documentos que se solicitaron fueron proporcionados por la princesa Camilla y todos los que se destacaron fueron proporcionados”. Pero para el juez la cooperación ha sido “insuficiente”.
La princesa Camilla y su madre aseguran que ellas son víctimas de un fraude cometido por el banco que gestiona el fideicomiso. En noviembre de 2018, demandaron a la banca francesa por “fraude, abuso de confianza, falsedad documental”. Ahora, estas querellas son objeto de una investigación judicial en curso en Mónaco. Por su parte, BNP acusa a Camilla y la responsabiliza por este embrollo financiero. “La princesa es una víctima de la misma manera que lo fue su hermana”, dicen sus abogados. En abril de 2021, al descubrir que BNP intentaba responsabilizarla de la supuesta estafa procesal de la que era víctima, la princesa acudió a la justicia francesa a fin de que el banco fuera condenada a indemnizarla por todos los daños y perjuicios que le ha causado el banco reclamando, así, un monto total de 250 millones de euros.
La cuenta atrás sigue y la princesa tiene un mes para pagar una multa récord en Jersey. De lo contrario, podría tener que hacer frente a una pena de cárcel.