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raquel perera posa para hola en la naturaleza© Félix Valiente

Entre alicatados y kintsugi

‘Descubrir quiénes somos y cuáles son nuestras costuras heredadas y cuáles las fisuras adquiridas, es una de las misiones más importantes que se nos entregan al nacer’


Actualizado 8 de junio de 2021 - 15:18 CEST

Siempre pensaré en la cantidad de veces que deberíamos nacer para poder digerir la infinita belleza que nos rodea… Para mí, el lenguaje y la escritura son la mayor revolución de la historia de la humanidad, el momento en el que el progreso pudo vestirse de emoción.

Me faltan muchas vidas para poder leer todo lo que me gustaría, para poder escuchar toda la música que desearía y para poder apreciar el arte en todas sus variables, la naturaleza vibrante que sustenta la madre tierra y conocer las historias que esconden los ojos de cualquier ser humano.

Estas últimas semanas la vida explosiona frente a mí con gran lustro, brillo y robustez. Mayo siempre ha sido un mes muy magnético para mí.

Raquel Perera posa para ¡HOLA! en la Naturaleza© Félix Valiente
“Mayo siempre ha sido un mes muy magnético para mí”.

He saltado de inquietud en inquietud saboreando la risa, la amistad macerada y la sorpresa alicatada de bondad. Me siento privilegiada por rodearme de personas bonitas de alma, de forma y fondo que me hacen saber que estoy en el lugar correcto...

Y en mitad de un placer he recobrado la cordura de vivir con todo, pero, sobre todo, conmigo. A los pies de mi sensatez, me he atado a la locura que cura… esa locura que lleva impregnada la frescura y la espontaneidad de las primeras veces.

Soy muy dada a las palabras raras con significado intenso: Bonhomia, Ataraxia, Celaje, y el otro día apareció  Kintsugi . Palabra de la que me he enamorado.

“Kintsugi (literalmente parche de oro) es una técnica de origen japonés para arreglar fracturas de las cerámicas con barniz de resina espolvoreado con polvo de oro, plata o platino”

Kintsugi (literalmente parche de oro) es una técnica de origen japonés para arreglar fracturas de las cerámicas con barniz de resina espolvoreado con polvo de oro, plata o platino. Forma parte de una filosofía que plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de algo.

Descubrir quiénes somos y cuáles son nuestras costuras heredadas y cuáles las fisuras adquiridas, es una de las misiones más importantes que se nos entregan al nacer. En estos dos últimos años , he transitado por un lugar donde el silencio y las palabras huecas recorrían un laberinto interminable de indecisiones. Me paraba a descansar en un columpio donde buscaba la balanza, el equilibrio entre el amor y el dolor... y sólo encontraba dónde mecerme entre una inseguridad letal y un orgullo roído, boicoteándome a mi misma. He tirado de manual de psicología, he agitado con fuerza la caja donde habitaba aquella Raquel sin miedo. Todo eso me vino generando una mastitis existencial que me tenía ahogada. Mi vida se acumulaba dentro de mí sin posibilidad de ser descorchada. El dolor y el amor se mezclaron sin disolverse, se enredaron peleando sin piedad, deseando darse forma y explotar fuera de mí en una bella desembocadura, pero no encontraban la salida de dentro hacia afuera...

Kintsugi© AdobeStock
El Kintsugi consiste en arreglar fracturas de las cerámicas con barniz de resina espolvoreado con polvo de oro, plata o platino.

Las células de mi cuerpo destilaban ganas de abrirse paso por mis huesos y abrirse en la piel a través de esas grietas tristes que grapan las experiencias… Y, de repente, ¡pum! la vida se abre y se derrama, y como un milagro inesperado empiezo de nuevo a cultivar la magia y a plantar estrellas….

Y sí, duele enamorarse de la vida y del amor, pero solo ese dolor nos hace vulnerables y libres al mismo tiempo. Y si hay una causa noble por la que morir y agrietar nuestra existencia, ésa es el amor.

Kintsugi, la técnica japonesa que te reconcilia con los errores, embelleciéndolos, que enseña la resiliencia, la reparación de las emociones, la belleza de las cicatrices. Me miro, acaricio mis parches de oro y pienso que siempre será mejor vivir por valores rescatados que por apariencias perfectas.

“He descubierto que un objeto es más bello por el hecho de haber estado roto”

He descubierto que un objeto es más bello por el hecho de haber estado roto. la reparación crea una excitante sensación de nueva vitalidad... y en lugar de considerarse que pierde valor , ese objeto alcanza de una inhalación, sus máximos históricos.

Y así, el vencido es el que vence.

Hoy, aquí y ahora os deseo mucho Kintsugi para todos.

Como siempre nos podemos encontrar cuando queráis a través de terapiaunclick.com

Salud y rock