La Reina eligió el rosa para ‘desfilar’ y presidir junto al Rey Felipe VI el Día de las Fuerzas Armadas. Una cita solemne y reducida por la pandemia, tanto en el tiempo, menos de treinta minutos, como en los efectivos participantes, solo quinientos quince. Hacía ya dos años de la última gran celebración en Sevilla y, en la plaza de la Lealtad en Madrid, se vivieron momentos muy emocionantes. Especialmente durante el homenaje a los que dieron su vida por España.
El Rey, con uniforme de gala del Ejército del Aire, pasó revista a las tropas y, a continuación, tras los acordes de La muerte no es el final, efectuó la ofrenda de la Corona de Laurel, antes de que el acto prosiguiera con la descarga de fusilería y el sobrevuelo de la patrulla acrobática Águila. Momento en el que regresó a la tribuna donde estaba doña Letizia, con su elegante vestido-abrigo de estreno y su nuevo peinado favorito —un moño de bailarina—, para presidir el desfile de los representantes de los tres ejércitos, la Guardia Real y la Guardia Civil.
Finalizado el acto, don Felipe se dirigió al Cuartel General del Estado Mayor de la Defensa para intervenir en una videoconferencia con distintas unidades.
El Día de las Fuerzas Armadas coincidió también con la cita de Felipe VI para vacunarse contra la Covid-19, en el WiZink Center de Madrid. De ello informó la Casa del Rey en un comunicado, aunque sin imágenes. “… Se ha vacunado “en lugar y tiempo según le ha correspondido” por el protocolo establecido por las autoridades sanitaria”.