Era la primera cita importante de la temporada, una ocasión para brillar y soñar, donde desfilaron personalidades de diferentes ámbitos con una misma pasión: el diseño. Cartier inauguraba el Pavilion of Design , una exposición donde por primera vez se reúnen las creaciones más emblemáticas de la maison: Santos, Tank, Trinity, Love, Juste un Clou, Panthère y Ballon Bleu. Cada una de ellas, con un embajador de lujo: Nuria Roca y Juan del Val , Quim Gutiérrez, Blanca Miró, Samantha Vállejo-Nágera, Bárbara Lennie y Álvaro Lafuente, conocido como Guitarricadelafuente.
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Nuria y Juan llegaron al centro cultural Casa de Vacas, escenario de la exposición —que estará abierta hasta el 20 de junio— provocando un auténtico revuelo entre los paseantes de El Retiro. Ellos son la pareja del momento, algo que se toman con humor, teniendo en cuenta que llevan juntos veintidós años, veinte de ellos, casados. Se conocieron cuando Juan entrevistó a Nuria, entonces presentadora del Waku waku, para una revista y, desde entonces, forman el mejor de los equipos. Padres de tres hijos, Juan, Pau y Olivia, hacen malabares para compaginar la vida familiar con la multitud de proyectos de los últimos tiempos. Sus apariciones en El Hormiguero; el nuevo programa de Nuria, Family Feud; la obra de teatro La gran depresión, por la que viaja los fines de semana a Canarias y con la que recorrerá la península a partir de septiembre; su participación en la cuarta temporada de la serie Madres. Amor y vida ; su faceta de prescriptora de tendencias —más de ochocientos mil seguidores—, que vive, como nos decía recientemente, “con mucha naturalidad y sentido del humor”; la promoción del libro de Juan, Delparaíso, que se va a convertir en serie; las grabaciones de la nueva temporada de El Desafío, donde participa como jurado; el nuevo libro que ya está preparando… Y suma y sigue. Hablamos con ellos y comprobamos que su naturalidad y complicidad no es impostada.
—Os habéis convertido en la pareja de moda.
—(Ríen) Bueno, encantados. Si eso se traduce en que trabajamos, pues estupendo —nos dice Nuria.
—Claro, al final eso es algo que no depende de uno, sino de lo que digan los demás. Nosotros somos la misma pareja desde hace más de veinte años y, si de repente somos la pareja de moda, pues qué bien —señala Juan.
—Nuria, tú eras ya más que conocida, pero, Juan, tú tenías un perfil más bajo. ¿Cómo estás llevando la fama y que ahora todo el mundo te reconozca o te hagan fotos?
—Bien, intento llevarlo con naturalidad. Yo sé que estas cosas son porque tocan en un momento dado y ya está. La fama es algo que depende de lo que estás haciendo y, si pasado mañana dejo de salir en la tele, pues la gente no se parará ya a hacerme la foto, sin ninguna duda. Por eso te digo que no depende de uno, sino del trabajo. Salgo más en la tele, pero tampoco hay que darle tanta importancia.
“Siempre me he sentido afortunado, pero el día que conocí a Nuria entrevistándola fue cuando verdaderamente tuve suerte”, nos cuenta Juan
—¿Esos piques que mostráis en la tele también los tenéis en casa?
—No, en casa son muchísimo más violentos —responde Juan entre risas.
—Sí, en la tele nos medimos más —añade Nuria bromeando.
—No, hombre, es un juego divertido —continúa Juan—. Yo creo que, al final, la gente se identifica con una pareja porque a ellos también les pasan cosas parecidas. Y dentro de que es una broma, pues sirve un poco para que la gente se identifique, porque pasan las mismas cosas cotidianas en nuestra pareja que en cualquier pareja.
—Sobre todo, que la gente que lleva muchos años se conoce muy bien, sabe uno cómo va a reaccionar el otro, qué va a decir, lo que te gusta, lo que no… y, al final, se trata también de empatizar, aunque sea a través de la pantalla —concluye la presentadora.
—Habrá sido complicado abrir hueco con tantas cosas: la tele, Nuria, el nuevo programa y el teatro; Juan, con el libro y la serie que se va a hacer del mismo…, pero estáis aquí, como embajadores del Pavilion Cartier. ¿Sois muy de joyas?
—Yo estoy bastante enamorado de los relojes y Nuria, también, así que alguno sí que le ha caído… y a mí también. Es verdad que creo que merece la pena venir, ya no porque nos gusten o no las joyas, sino porque la exposición es muy interesante culturalmente, con toda la historia que tiene detrás y merecía abrir ese hueco en las agendas para venir.
—Como hablamos de tiempo, vosotros habéis celebrado hace unos meses dos décadas casados. ¿Veinte años no es nada, como dice la canción? ¿Se han pasado despacio o demasiado rápidos?
—Pues yo, si de repente extraigo cosas que hayan pasado y que hayamos hecho —responde Nuria—, me parece que ha transcurrido muy poco tiempo para todo, pero luego también es verdad que veinte años, o mejor dicho, veintidós, son muchos, años. Pero te diré que a mí se me han hecho muy cortos.
—Vamos, que vosotros, que siempre habéis trabajado juntos, pero ahora con más intensidad, seguís formando un buen equipo en el plató y en casa.
—Sí. Si no lo formáramos, no estaríamos juntos. Nosotros somos una pareja que nos queremos, nos admiramos, nos lo pasamos bien y eso está tan presente en casa como en el trabajo. Cuando nos toca trabajar juntos lo disfrutamos muchísimo porque nos gusta estar juntos y, cuando no, también.
—Creo que sí formamos un buen equipo —responde Juan—. Las parejas están hasta que quieren y porque quieren estar. En el momento en que alguien no quiere estar, se debe ir. Y eso es una obligación. Las parejas no deben ser un sacrificio, estás porque quieres estar, y ese es nuestro caso.
—Con esta vida de superocupados, ¿cómo os apañáis con tres hijos, os resulta complicado compaginar?
—Pues un poco, pero al final, como hay que llegar, llegas a todo —explica Nuria—. Ellos también ponen de su parte, ya no son tan pequeños y saben hacer cenas, se quedan a cargo de su hermana pequeña de vez en cuando —ríen—. Tengo que negociar, pero lo llevamos todos muy bien, la verdad.
“Nos queremos, nos admiramos, nos lo pasamos bien y eso está tan presente en casa como en el trabajo”, confiesa Nuria.
—¿Tenéis pensado hacer una escapada en verano?
—Está difícil. Lo primero, la pandemia, que ya se termine del todo, a ver si finalmente se puede buscar un hueco para viajar con normalidad, pero luego es verdad que tenemos mucho trabajo. Yo tengo que seguir escribiendo la siguiente novela, Nuria tiene también un montón de proyectos…, así que, si nos podemos escapar, sacaremos cinco o seis días que habrá que aprovechar, pero no mucho más.
—¿Quién es el más protestón en casa?
—Pues va un poco por días ¿no? —dice Nuria—. Hay algunas cosas que a ti te molestan más y te quejas más y a mí, otras.
—Es bastante cierto, eso va por días… —reitera el escritor.
—Ahora, si le preguntas a mis hijos, te dirán que yo. Las madres vamos más detrás: recoge esto, haz aquello… —ríen.
—Os conocisteis porque entrevistaste a Nuria para una revista.
—Generalmente, me he sentido muy afortunado siempre y creo que ese día fue el día en que verdaderamente tuve suerte. Pero es el primer día solo, luego…, hay que trabajar y disfrutar. Así que aquí seguimos.
Una tarde para brillar
Poco después de que se abrieran las puertas de la exposición, hacía su aparición Quim Gutiérrez. El actor está inmerso en varios proyectos en francés, tiene pendientes algunos estrenos y, ahora, disfruta con el éxito de la última temporada de la serie El vecino , donde nos cuenta que ha hecho grandes amigos: “Somos una auténtica pandilla. Nos lo pasamos muy bien y no siempre cuando te lo pasas tan bien resulta tan gracioso fuera, pero, en este caso, hemos sido capaces de juntar las dos cosas”.
Por su parte, Samantha Vallejo-Nágera llegaba tras un intenso día de grabaciones de MasterChef Celebrity y después se iba a Pedraza, donde la esperaba su hermano Colate, que está estos días en España. La chef atraviesa un excelente momento profesional, al que acaba de sumar el éxito de su último negocio, Casa Taberna. “Va fenomenal, a tope, estamos encantados”, nos decía. También muy contenta con los resultados de su empresa se mostró Blanca Miró, que tiene su firma de ropa, La Veste —junto a su socia, María de la Orden— y también una plataforma de moda online, Basquiat. “En pleno confinamiento tuvimos mucho más tiempo para crear nuevos diseños y hemos vendido superbien. Ahora, en junio, lanzo una marca de gafas de sol”, nos explicaba la influencer. Con muchas ganas también de triunfar con su nuevo trabajo discográfico se mostraba Álvaro Lafuente, una de las nuevas promesas del panorama musical, que ahora lanza disco.
Además de los embajadores —estuvieron todos menos Bárbara Lennie—, muchos rostros conocidos asistieron a la cita. Inés Sastre, siempre con su gran sonrisa, aparecía después de visitar la exposición de Georgia O’Keeffe en el Museo Thyssen-Bornemisza. La modelo está disfrutando de los planes culturales de Madrid, ciudad en la que lleva ya nueve meses. Nos contó que está encantada con su regreso a la capital, al igual que su hijo, Diego, quien se ha adaptado muy bien, y que estos días iba a disfrutar de una de sus grandes aficiones, el golf, participando en un torneo en Biarritz. Además, nos adelantó que en septiembre la veremos en una nueva campaña. Ágatha Ruiz de la Prada reaparecía tras su ruptura con Luis Gasset, acompañada por su hija Cósima, antes de poner de nuevo rumbo a París, donde ha pasado las últimas semanas.
También estuvieron los diseñadores Álvaro Castejón y Arnaud Maillard, de Alvarno; el matrimonio de influencers formado por María García de Jaime y Tomás Páramo; Dabid Muñoz y los actores Greta Fernández y Fernando Guallar, entre otros.