Esta misma mañana saltaba a los medios de comunicación la noticia de que María José Campanario había tenido que ser ingresada en el hospital a consecuencia de una recaída de la fibromialgia que padece. Sin embargo, la esposa de Jesulín de Ubrique no ha dudado en dar un paso al frente para desmentir, con rotundidad, esta información. Tal y como ha explicado a ¡HOLA! lo que se ha dicho “no es verdad”.
Este supuesto ingreso, según señalaban las publicaciones, se había producido unos días antes de su cumpleaños y se apuntaba al pasado día 24 como fecha en la que recibió el alta.
A pesar de lo que se ha afirmado al respecto, no se trató de ninguna recaída y la odontóloga nos ha asegurado que no es cierto que estuviese hospitalizada. Simplemente, se acercó al centro para recibir una medicación que necesitaba. Fue, por tanto, una ‘visita’ de un día y a su salida, la esperaba su marido para trasladarse juntos a casa.
Es más, para despejar cualquier duda al respecto, la madre de Julia Janeiro nos ha desvelado dónde se encontraba en realidad ese mismo día de su 42º cumpleaños, el 28 de mayo: “Lo pasé en mi máster. Nada de ingreso”, asevera.
María José continúa formándose y ampliando sus conocimientos sobre Odontología, y en la actualidad está estudiando un Máster de Estética dental. En cuanto finalizaron las clases, sopló las velas arropada por su familia, y, por supuesto, en compañía de su marido.
La mujer del diestro está muy comprometida con la lucha contra la fibromialgia, y como ella misma ha reconocido en alguna ocasión, consciente de la gran repercusión que tienen sus palabras al tratarse de un personaje público, ha querido ayudar a visibilizar esta enfermedad .
En 2018, durante la presentación de un proyecto benéfico, sorprendió al hablar abiertamente de ello. “Los que padecemos esta enfermedad tenemos más días malos que buenos, es una lástima”, aseguraba. “Los enfermos de fibromialgia no estáis locos, el dolor que se padece es real, aunque no se ve. Desgraciadamente no hay una radiografía o prueba diagnóstica todavía que pueda descartar quien la padece y quien no”.
“Necesitamos médicos que sean conscientes de que cuando una persona no puede levantarse de la cama y se queja de dolores continuos, eso tiene un nombre y se llama enfermedad. Pedimos a gritos ayuda, somos dos millones de personas diagnosticadas en este país”, concluía.