Excepcional entrevista y fotografías exclusivas con motivo de la fiesta benéfica de su fundación

Bertín y Fabiola, de nuevo juntos tras su separación

Nos hablan de cómo se encuentran, de sus vidas ahora y de sus planes de futuro


Actualizado 25 de junio de 2021 - 10:44 CEST

Tras veinte años de amor, Bertín y Fabiola anunciaban, el pasado enero, su separación. Una decisión nada fácil, pero sí meditada, consensuada y amistosa, como ellos mismos dejaron claro desde el inicio. Y así lo han mantenido durante estos meses, en los que ambos han ido tomando el pulso a su nueva situación, emprendiendo caminos distintos como pareja, pero el mismo como familia y considerando siempre lo más importante que tienen en común, sus hijos, Kike, de catorce años, y Carlos, de doce. El amor por ellos siempre los unirá, pero, como nos dice el cantante, “no lo reduzcas solo a los niños”. Porque entre Bertín y Fabiola hay cariño, respeto, recuerdos imborrables, mucha vida compartida y… su incansable lucha como padres en primera fila. “Kike está mayor, sano y fuerte, luchando cada día de su vida por estar un poco mejor. Aunque, con los catorce años que tiene ya, la evolución sea más lenta, pero, como siempre digo, mientras él se esfuerce por aprender y hacer, aquí estaremos ayudándolo”, nos dice Fabiola, a quien hoy vemos con Bertín, fotografiados juntos de nuevo tras la separación, con motivo de  la fiesta benéfica de la Fundación Bertín Osborne , que crearon, hace ya once años, para apoyar y proporcionar recursos útiles a las familias de niños con discapacidad.

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“A Fabiola le deseo que disfrute de la vida, que se divierta y que piense que, pase lo que pase, siempre estaremos unidos”, nos dice el cantante.

Inspirada en la Feria de Jerez

“Han sido muchas las personas buenas que, sumando fuerzas, han hecho posible este evento, que ha permitido recaudar fondos para llevar a cabo los proyectos previstos para seguir ayudando a más de dos mil familias de niños y niñas con necesidades especiales que atendemos en toda España”, nos cuenta Fabiola, presidenta de la fundación. La fiesta benéfica, homenaje a la Feria de Jerez, fue idea de Eugenia, la hija de Bertín, y se organizó con ayuda del Hipódromo de la Zarzuela, un lugar ideal para poder estar al aire libre respetando las medidas anti-COVID.

“Fabiola es la mujer más increíble que he conocido. Siempre estaremos unidos”

Todos los colaboradores se volcaron para hacerlo posible y llevar a Madrid un poquito del sur. El catering Doña Francisquita, de Málaga, se ocupó no solo de dar sabor de feria con el menú, sino que, en colaboración con el Grupo Portillo, los asistentes pudieron disfrutar del auténtico mobiliario de feria. La actuación musical corrió a cargo del grupo A dos velas, de Espacio Vors, con José Romero, gran amigo, que animó a los asistentes a cantar y bailar, tanto que hasta el propio Bertín se lanzó a interpretar en primicia uno de los temas de su próximo disco. Fundación Mahou San Miguel volvió a apoyar la iniciativa y, además, colaboró aportando los profesionales que atendieron, todos antiguos alumnos de su programa de formación para el empleo dirigido a jóvenes en desventaja social. Con la decoración ayudaron las chicas de Partylosophy y Tabatha, que, junto a Elena Suárez & Co., consiguieron dar color y ambiente de feria. También la bodega Osborne, Schweppes y Diageo. Y el DJ Adrián Lozano de All Music hizo bailar a todos en un gran fin de fiesta. Una logística “que no hubiera sido posible sin profesionales como Esther Rambal, del Hipódromo; José Ángel Castillo, y Lourdes Muñoz”. “Entre todos hemos hecho un gran equipo que ha dado como resultado un evento solidario precioso”, asegura Fabiola.

Bertín Osborne y Fabiola Martínez HOLA 4010© Antonio Terrón
Cómplices, abrazados, de la mano, a pesar de la separación, se muestran muy unidos, fotografiados en el Hipódromo de La Zarzuela, donde tuvo lugar el almuerzo benéfico de su fundación, que crearon hace once años. Fabiola eligió para la ocasión un vestido ‘wrap’ de la firma PINKO.

Habla Fabiola

—Después de un año de pandemia y que no pudiera celebrarse, Fabiola, ¿teníais ya ganas de poder poner de nuevo en marcha esta fiesta benéfica que venís haciendo desde hace un tiempo?

Más que la fiesta benéfica, teníamos ganas de activar los talleres con las familias, de volver a estar con ellos y sus hijos e hijas trabajando codo con codo. Volver a viajar a las siete ciudades donde trasladamos a los profesionales de diferentes ámbitos para ayudar a todo el entorno familiar (padres, madres, hermanos, abuelos), enseñándoles a enfrentar el día a día, que no es nada fácil.

—Ha habido respuesta de muchos amigos.

—Sí, ha sido increíble, en una semana se vendieron todas las entradas. Bertín hizo un gran trabajo en este sentido junto a otros miembros del patronato, como Susana Gil, Rafael Córcoles y Blanca Sotillo. La fundación tiene mucha suerte de poder contar con ellos.

—¿Cómo os organizáis ahora con la fundación? ¿Qué ha cambiado desde vuestra separación?

—A partir de septiembre, reac­tivaremos el plan de actua­ción previsto, donde pondremos en marcha nuevas vías de ayuda. La separación no lo ha afectado en absoluto, ya que ambos hemos tenido siempre muy clara la necesidad de ayudar a las familias que lo necesiten.

—¿Seguirá siendo un proyecto conjunto de los dos o estarás tú más volcada?

—Seguirá siendo un proyecto común y seguiré volcada como lo he hecho durante once años, desde que la fundamos.

“Hay mucho cariño y respeto por lo que hemos construido durante nuestro matrimonio. Incluso diría que ahora más, porque ambos nos hemos quedado con lo mejor del otro”, asegura Fabiola

—Hoy estáis aquí los dos, lo que demuestra que vuestra sintonía es buena. 

—Sí, hay mucho cariño y respeto por lo que hemos construido durante nuestro matrimonio. Incluso te diría que ahora más, porque ambos nos hemos quedado con lo mejor del otro. Eugenia me dijo: “Mamá siempre decía que papá era mejor como amigo”, y es cierto que Bertín es un excelente amigo.

—¿Cómo es tu relación con Bertín actualmente?

—Supongo que puedo decir que es atípicamente buena después de una separación.

—Y con sus hijas, Alejandra, Eugenia y Claudia, ¿sigues manteniendo buena rela­ción? 

Somos familia. Partiendo de ese hecho, y como todos, hacemos lo que podemos para compartir y disfrutar juntos.

© Antonio Terrón
© Javier Alonso
Arriba, Bertín y Fabiola, en otra imagen juntos en público, por primera vez desde su separación, el pasado enero. Abajo, el cantante con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que, a la derecha, posa con Fabiola.

—Ellas dicen que eres su familia, ¿también lo son ellas para ti?

—Desde luego que sí.

—Aquí está Eugenia también, apoyando a la fundación, ¿te ha ayudado mucho?

—En esta ocasión, Eugenia no solo ha sido la artífice de la idea, sino que, además, ha ayudado a buscar colaboradores.

—Kike adorará a sus hermanas mayores. 

—Sí, y Carlos también. Ambos disfrutan muchísimo cuando están con sus hermanas y sobrinos.

—Hace falta mucha fuerza y tú debes tener lleno el depósito. 

—No tengo tanta, pero lo ves a él, ves su empeño, su sonrisa y te olvidas de ti. Que muchas veces esto es un gran problema, porque cuando te haces consciente es porque física o emocionalmente ya te ha pasado factura. Por eso también soy tan consciente de la importancia del trabajo que hacemos en la fundación. ¿Quién cuida al cuidador? Las familias que tenemos a nuestro cargo la responsabilidad de cuidar o ayudar a una persona con necesidades especiales no tenemos poderes extraordinarios que nos hacen diferentes al resto, no somos supermamás o superpapás, solo somos padres y madres que luchamos por ayudar, de la mejor manera que podemos y sabemos, a nuestros hijos.

© Antonio Terrón
© Javier Alonso
Bertín y Fabiola con Eugenia, que tuvo la idea de organizar el evento como homenaje a la Feria de Jerez —abajo, imagen de cómo estaban decoradas las mesas— y ayudó buscando a los colaboradores.

—Sin vuestra lucha no hubiera logrado lo que ha conseguido.

—La lucha es, sobre todo, de él mismo y eso es solo mérito suyo. Nosotros lo acompañamos en ese camino.

—¿Carlos está muy pendiente de su hermano?

—Carlos es un niño maravillosamente excepcional, como casi todos los hermanos que se enfrentan a las adversidades que suponen vivir en contacto con la discapacidad. Se nota que soy su orgullosa madre, es mi niño, qué te puedo decir… Adoro su sensibilidad, su madurez, su capacidad de sacar lo mejor, su empatía.

“Ambos nos esforzamos”

—¿Cuáles son los retos a los que te enfrentas cada día como mamá en solitario?

—Como madre tengo la suerte de no tener esta responsabilidad en solitario, porque Bertín es un padrazo que se vuelca con sus hijos, así que no ha cambiado mucho el día a día.

—No habrá un día igual que otro.

—No, y la verdad es que, a veces, se echa de menos. En algunas circunstancias, la monotonía se agradece.

—¿Te consideras una mamá ‘GEO’, como te llamó Bertín en una ocasión?

—No, solo me considero una madre como cualquier otra que lucha por sus hijos. Cuando son lo más importante para ti, con discapacidad o sin ella, tu vida gira en torno a su bienestar.

“Algún día tenía que ser que Claudia se casara. Me ha encantado que haya elegido a José, es como ‘seguir en casa’ ” asegura Bertín

—¿Qué es lo que más angustia te produce y por lo que luchas cada día?

—Son dos cosas: una, la inmediata, que es convivir con la epilepsia, cada crisis epiléptica te descompone emocionalmente. Es un momento de estrés máximo de corto tiempo que, en algunas cosas, puede ser continuo. Creo que esto es algo a lo que nunca te acostumbras. Y la siguiente, a largo plazo, es el futuro cuando no podamos estar o cuidarlo.

—¿Kike y Carlos notan las ausencias o Bertín y tú lo habéis organizado para que eso no ocurra?

—Claro que lo notan. Aunque ambos nos esforzamos por minimizar el efecto de la separación, es inevitable.

—Uno de tus sueños siempre fue vivir más cerca de Madrid, ¿has encontrado ya la nueva casa que se amolde a tus necesidades ahora mismo? 

—Lo único que siempre he querido es simplificar el día a día, vivir cerca de lo que necesitamos para poder atender mejor a Kike. Gracias a Dios, ya encontré un piso, es en Madrid, reformado y adaptado a personas con movilidad reducida, estoy muy contenta.

© Javier Alonso
Izquierda, Ana Cristina Portillo. Derecha, Bertín, que se animó a cantar uno de los temas de su nuevo disco, un trabajo “importante, después de cuarenta años de profesión”.

—¿Por qué has tomado la decisión de cambiarte de casa?

—Por los inconvenientes de mover a Kike, y las escaleras no ayudan. La casa es maravillosa y, seguramente, muchos puedan pensar que no es buena idea, pero creo que es lo mejor para todos.

—¿Por qué esa y no otra?

—No he buscado por zona, he visto muchos pisos y este está reformado, adaptado y cerca de lo más importante: hospital y colegio.

—¿Y cuándo tienes previsto mudar­te?

—Estoy en ello, antes tengo que organizar otras cosas. Pero creo que cuando acabe el curso escolar será el momento ideal que me permi­tirá hacer tranquilamente el traslado.

—¿Tus padres seguirán viviendo contigo? 

—No, al mudarnos a un sitio más pequeño que esta casa, tendremos que separarnos, pero creo que les va a venir bien recuperar un poco su vida, descansar y ser solo abuelos y no tanto abuelos-cuidadores.

“Eugenia me dijo: “Mamá siempre decía que papá era mejor como amigo”, y es cierto que Bertín es un excelente amigo”, nos dice Fabiola

—Has vuelto a estudiar, ¿cómo te está yendo en esta vuelta a las aulas, Fabiola? 

Me apetecía mucho seguir formándome. Aunque actualmente he tenido que parar porque no me da la cabeza para todo. Cuando estemos instalados en la nueva casa retomaré los estudios.

—¿Cómo te planteas la vida en esta nueva etapa? 

—Me planteo mi vida como antes, solo que aprendiendo a hacer las cosas de otra forma, recuperar el poder de decisión sin debatir con la pareja.

—Habrá cambiado mucho. 

—No mucho, pero sí es verdad que ahora necesito más tiempo para trabajar y desarrollar más mi independencia. Kike siempre será mi punto de referencia.

“Con fuerza y optimismo”

—¿Te encuentras sola a veces, se te cae el mundo encima?

—No.

—Miras hacia delante con optimismo y fuerza, como siempre has hecho.

—Siempre, creo que es uno de los rasgos que más me caracterizan.

—¿Y hacia atrás con nostalgia?

—A veces, pero con esa nostalgia bonita de aquello que forma parte de ti.

—¿Volverías a dar los mismos pasos?

—Absolutamente sí.

—¿Qué piensas si echas la vista hacia el pasado y ves lo que has conseguido?

—Que he tenido un buen camino de aprendizaje y crecimiento.

© Javier Alonso
Eugenia con su marido, Juan Melgarejo, y a la izquierda, Sofía Mazagatos.

—¿Cuáles serían tus mayores ilusiones ahora mismo?

—Ya estoy ilusionada con mi nueva etapa, pero ver a mis hijos felices y a mis padres bien es lo más importante.

—El gran aprendizaje de estos últimos meses, que no han sido fáciles.

—Que no hay que tener miedo a lo nuevo. La vida siempre te da cosas y depende de ti la utilidad que le des a eso.

—¿Y qué has descubierto de ti misma que no sabías?

—No ha cambiado nada, sigo siendo la misma persona inquieta que se lanza a los retos y los disfruta.

—Cuando tomas una decisión, ¿no te echas para atrás nunca?

—A veces sí, recapacitar es de sabios, dice el refrán, y yo no tengo ningún problema en admitir mis errores.

© Javier Alonso
Derecha, Eugenia Osborne abraza a su hermana pequeña, Ana Cristina Portillo. Izquierda, la hija de Bertín se arrancó a bailar con su marido, Juan. “Claro que pasaré vacaciones con mis hijos. Se vienen una temporada a Sevilla cuando terminen el colegio”, revela el cantante.

—¿Cómo se plantea este verano tan diferente?

—No he tenido tiempo de pensar en ello aún.

—¿Se reunirá Bertín con vosotros unos días estas vacaciones?

—Los niños irán con él al campo, allí disfrutan muchísimo.

—Hablas sin reproches y sin rencor.

—Sí, en nuestro caso ha sido cosa de dos y cada uno ha asumido su respon­sabilidad.

—¿Y cómo lo habéis conseguido?

—Siendo honestos con nosotros mismos y entre nosotros.

—¿Qué ha logrado la fundación desde que se creó, Fabiola?

—Hemos hecho un recorrido de aprendizaje al lado de las familias, ellas nos van marcando qué necesitan y cuándo. Y así hemos conseguido llegar a siete ciudades: Madrid, Valencia, Sevilla, Málaga, Barcelona, Bilbao y A Coruña. Y con aspiraciones de llegar a más.

—De las personas que están más cercanas a ti, ¿a quién admiras más?

—A Kike, por su fuerza y perseverancia.

—¿Qué proyectos laborales tienes?

—Estoy estudiando propuestas de televisión.

© Javier Alonso
“Somos familia, partiendo de ese hecho, y como todos, hacemos lo que podemos para compartir y disfrutar juntos”, nos dice Fabiola sobre su relación con Alejandra, Eugenia y Claudia, las hijas de Bertín. Junto a estas líneas, Eugenia, muy cariñosa con Fabiola.

Habla Bertín

—Bertín, ¿en qué momento de tu vida te encuen­tras?

—En un paréntesis al que me tengo que acostumbrar. Parece como si todo alrededor de mí se hubiera parado y aún estoy esperando que arranque.

—¿Y cómo es, hoy por hoy, esa vida?

—Absolutamente rutinaria: trabajo, trabajo y trabajo; televisión, disco nuevo, preparación de gira, etcétera…

—Siempre que Fabiola te lo pida estarás a su lado.

—Y aunque no me lo pida siempre estaré. Ella lo sabe y yo lo sé.

—¿Qué supone para ti un día como hoy, en el que os habéis vuelto a unir en vuestra lucha?

—Significa que seguimos en la pelea. Once años después de empezar con la fundación, seguimos intentando ayudar con mucho esfuerzo, con muchas carencias, pero con mucha ilusión.

—¿Sigues teniendo la misma implicación en la fundación?

—Evidentemente, no. El equipo que tiene Fabiola es espectacular y ella lo dirige todo de una forma magnifica.

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De izquierda a derecha, Alonso Caparrós, Luján Argüelles, Cristina Cifuentes y Luis Miguel Rodríguez y Teresa Bueyes.

—El amor por vuestros hijos siempre os unirá, ¿verdad?

—No lo reduzcas a los niños. Es la mujer más increíble que he conocido. Siempre estaremos unidos.

—Kike ha cumplido catorce años y está grandísimo, ¿te impresiona verlo tan mayor?

—Teniendo en cuenta que nos dijeron que solo viviría dos años, verlo así es algo único. La ilusión que tiene cuando me ve y lo que se ríe con las tonterías que le digo me hacen sentirme en paz con la vida.

—Vosotros sois, ante todo, unos padres luchadores, ¿cómo han sido estos catorce años al pie del cañón?

—Con un niño así no te puedes parar. La enfermedad no para ni coge vacaciones. Si te paras, la enfermedad y sus secuelas avanzan y te comen.

—Los objetivos que un día os propusisteis al crear la fundación se siguen cumpliendo once años después e incluso han superado la expectativas.

—Las expectativas están más que superadas. Al principio, era más ilusión que una idea organizada. Ahora no, ahora todo está estudiado, medido y desa­rrollado.

—Por cierto, ¿y lo bien que canta Carlitos? Nos deja impresionados… ¡es un artista!

—Y lo que no sabes es que en mi nuevo disco, 40 años son pocos, ha colaborado conmigo en una canción haciéndome los coros.

“Ya encontré un piso, es en Madrid, reformado y adaptado a personas con movilidad reducida. Estoy muy contenta”, nos cuenta Fabiola

—¿Cómo está llevando él la nueva situación fami­liar?

—Muy bien. Nos vemos mucho y sigue viendo el cariño y la proximidad de sus padres. Está bien y creo que no ha sufrido. Lo único que echa de menos son las tapas a las 13:30 en casa, jajajaja...

—Fabiola aseguraba hace poco que el confinamiento “nos permitió regalarnos una despedida dulce”. ¿Que las cosas hayan sido desde la serenidad es lo que os ha permitido estar hoy aquí juntos de nuevo?

—No lo sé. Yo jamás hubiera permitido que fuera de otra manera. Es una mujer demasiado importante como para hacerlo mal.

—¿Qué le deseas a Fabiola?

—Que disfrute de la vida, que se divierta y que piense que, pase lo que pase, siempre estaremos unidos.

—¿Pasarás algunas vacaciones con tus hijos?

—Claro. Ellos se vienen ahora una temporada a Sevilla cuando terminen el colegio.

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Eugenia y Juan.

—¿Se ven las cosas de otra manera desde la distancia?

—No. Las cosas siempre las he visto igual. La distancia no cambia los sentimientos.

—¿De qué te sientes más orgulloso de la gran familia que has formado: cinco hijos, seis nietos…?

—De que son todos buenos.

—¿Quién se parece más a ti en forma de ser?

—No sé, quizá, Alejandra.

—Ahora habrá una celebración familiar, la boda de Claudia, ¿estás contento con la noticia?

—Bueno, algún día tenía que ser. Me ha encantado que haya elegido a José. Es como “seguir en casa”.

—A José y a su familia los conoces.

—Claro que los conozco, a él y a toda su familia, desde hace décadas.

Su programa

—Aparte de tus hijos, ¿qué es lo más importante para ti a estas alturas de tu vida?

—No sabría decirte. Yo procuro vivir de acuerdo a unos principios, a un orden, a una manera de ver las cosas sin vibra negativa, a sobrevivir a las adversidades. Eso es para mí lo importante. Me mato para mantener el trabajo de mi gente a pesar de muchos momentos duros. Eso me quita el sueño a veces y para mí es muy importante.

—Ahora parece que todo se está retomando, después de un año muy complicado, ¿en qué nuevos proyectos andas metido?

—Bueno, hay un poco de todo. Sigo con El Capote, con el caviar Riofrío, con un mezcal mexicano, con un tema que empiezo ahora de petróleo que me hace mucha ilusión y con mi trabajo, como siempre. Saco un disco nuevo, importante, después de cuarenta años de profesión, en el que he trabajado en las letras, con dos duetos con El Puma y con Carlos Baute. Canciones impresionantes y todas nuevas, escritas con una ilusión bárbara durante el confinamiento. Este año y el que viene haré una gira muy bonita de conciertos.

© Javier Alonso
El cantante dedica unas palabras a los asistentes.

—¿Seguirás con El ‘show’ de Bertín y con Mi casa es la tuya?

El ‘Show’ es un espectáculo y tengo que agradecer a los andaluces cómo han respondido y con qué cariño lo ven todas las semanas. Las audiencias son estupendas y supongo que seguiremos, aunque ya sabes lo que es esta profesión...  Mi casa es la tuya  vuelvo a hacerla en dos días. Os vais a sorprender. Ahora haremos solo especiales puntuales. En contra de lo que han dicho, como siempre, ‘los informados’, no hemos podido hacer más este año y el pasado por la COVID. ¡A ver quién se atrevía a recibir en su casa a un equipo de cincuenta personas! Por lógica, tuvimos que parar. Para ‘los informados’ que dicen que me han echado de Telecinco, decirles que mi contrato ha terminado, tan sencillo como eso, y hemos decidido que cuando quieran algún personaje especial lo hacemos y yo seguiré por libre. Mi relación con la cadena es espectacular. Con todos mis compañeros y con los directivos, incluso es una relación de amistad y mucho cariño. Así pues, solo tengo que agradecerles el cariño que me han trasmitido constantemente.

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