Más de un año después de anunciar su compromiso, el gran día deBoris Johson y Carrie Symonds ha llegado. Tras tener que posponer sus planes debido a la crisis sanitaria, finalmente el primer ministro británico y su prometida se han convertido en marido y mujer. Lo han hecho este último sábado de mayo, un mes muy importante para su relación puesto que es el mismo en el que dieron la bienvenida a su primer hijo en común el pasado 2020. La pareja se ha casado durante una ceremonia religiosa, secreta y reducida para la que han elegido la catedral de Westminster, que no es el mismo lugar que la abadía, escenario de tantas tradiciones de la familia real, ya que este templo es católico, religión que profesa la novia. Se trata de una boda histórica puesto que un primer ministro no se casaba estando en el cargo desde hace más de dos siglos, siendo los últimos Lord Liverpool y Mary Chester en 1822.
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Carrie Symonds, especializada en publicidad y relaciones públicas e hija de uno de los fundadores del periódico The Independent, eligió para su enlace un vestido blanco de estilo bohemio con una corona de flores en lugar de velo que los asistentes vieron por primera vez mientras andaba hacia el altar a la vez que sonaba música clásica. Una invitada ha explicado en el Daily Mail que la novia estaba "extremadamente feliz" y que el novio "no quitó sus ojos de ella" en toda la misa, que finalizó con un beso tras el tradicional intercambio de votos. Tras la ceremonia, los recién casados han protagonizado un insólito y romántico posado ante Downing Street, la residencia del primer ministro, que, al contrario de lo que sucede habitualmente, no es escenario de apretones de manos entre líderes políticos, sino del amor entre el inquilino y su esposa.
Siguiendo las restricciones de Reino Unido, en el enlace de Boris y Carrie, que tuvo lugar a las dos del mediodía, estuvieron presentes tan solo 30 invitados que se enteraron de la celebración en el último momento. En ese reducido número de personas que se encontraban presentes se encuentran, según la prensa británica, el padre del novio, Stanley Jonhson, y sus tres hermanos, Rachel, Jo y Leo Johnson. Por supuesto, tampoco faltó su hijo en común, Wilfred. La misa fue oficiada por el padre Daniel Humphreys, quien ya ha formado parte de otro día importante para la pareja puesto que bautizó a su niño el pasado otoño en este mismo lugar.
El enlace de Boris y Carrie ha sorprendido porque, tal y como indica la prensa británica, hace solo una semana enviaron a sus familiares y amigos una tarjetas en las que les pedían reservar el sábado 30 de julio de 2022 para una celebración matrimonial. Además, han mantenido en todo momento los preparativos en secreto, incluso para los que trabajan en Westminster. De hecho, el capellán de la catedral, Michael Donaghy, dijo que él no se enteró de la identidad de los contrayentes hasta que la ceremonia concluyó. La segunda parte de la celebración tuvo lugar en los jardines de Downing Street, donde se instaló una carpa y sonó música del cantautor americano Don McLean, que tiene American Pie entre sus canciones más destacadas.
Un año de contrastes
El último año ha sido agridulce para el líder de los tories. Por un lado ha vivido momentos inolvidables como la llegada al mundo de su pequeño, el primer hijo con Carrie pero el sexto para él. Cabe recordar que con su segunda esposa, Marina Wheeler, estuvo casado 25 años durante los cuales nacieron cuatro de sus hijos mientras que la quinta la tuvo durante una relación extramatrimonial con una consultora de arte llamada Helen Macyntire. Con el nacimiento de su bebé quiso rendir homenaje a los médicos que le ayudaron durante su ingreso hospitalario a causa del coronavirus, dolencia que le llegó a estar en la UCI unos días y que, sin duda alguna, le ha marcado para siempre. Así, llamó a su pequeño Wilfred Lawrie Nicholas. Este último nombre es el mismo que el de los dos doctores que velaron por su salud durante la pandemia, cuya gestión se ha convertido en un auténtico reto como primer ministro.