El último bache de salud ha impedido a Cayetano Martínez de Irujo asistir a dos importantes celebraciones familiares de dos de sus sobrinos: la boda de los condes de Osorno la semana pasada y este sábado el bautizo de la primera hija de los duques de Huéscar. Afortunadamente, el hijo de Cayetana de Alba ya ha salido del hospital y evoluciona favorablemente, pero aún es pronto para participar en un evento de este tipo. Aprovechando su buena recuperación, su pareja, Bárbara Mirján, no solo ha disfrutando del gran enlace en el palacio de Liria, sino que también ha sido testigo del primer sacramento de Rosario Fitz-James Stuart, sobrina-nieta de Cayetano.
La joven llegaba poco antes de las ocho de la tarde a las inmediaciones de la iglesia con un espectacular vestido rojo de escote de pico y con estampado floral, firmado por Rocío Peralta, inspirado en un mantón de manila. Ponía la guinda a un look especialmente favorecedor con unos grandes pendientes redondos en tono dorado y un semirecogido que le caía por un hombro.
El pasado domingo 23 de mayo fue cuando el jinete recibió el alta. Sin embargo, tal y como contaron a ¡HOLA! fuentes de su entorno, la recuperación está siendo "lenta y tediosa", por lo que todavía se encuentra muy débil. A pesar de no poder estar junto a su familia en este día tan importante como es el bautizo de la que futura duquesa de Alba, Bárbara estará en su lugar como ha hiciera la semana pasada, después de unos momentos muy complicados en los que no se separó de su lado. También su hermana Eugenia ha estado especialmente pendiente de su evolución y fue la encargada de dar la última hora sobre su estado durante una de las visitas que realizó al centro hospitalaria, cuando aseguró que esta dolencia les estaba "dando mucho la lata". Era la undécima vez que Cayetano Martínez de Irujo tenía que ser intervenido por una onbstrucción intestinal. Aunque ingresó en la clínica pensando que podía tratarse de una gastroenteritis, horas después el diagnóstico apuntaba a este problema que ya le había obligado a pasar por el quirófano en otras ocasiones.
Aunque la imagen del reencuentro entre los seis hijos de la fallecida duquesa de Alba era muy esperada, no podrá producirse tampoco en la parroquia de San Román de Sevilla, donde la pequeña Rosario, llamada así en honor a su recordada bisabuela, recibirá las aguas bautismales. Tras la ceremonia, celebrada en el mismo templo y con el mismo faldón de cristianar que llevó su padre, el duque de Huéscar, hace más de 30 años, la niña ha sido presentada a Nuestro Señor de la Salud y la Virgen de las Angustias en la sede de la Hermandad de los Gitanos, una cofradía con una gran vinculación con la casa de Alba y, es especial, con doña Cayetana. Como guinda, los invitados disfrutarán de un banquete en los jardines del palacio de Dueñas.