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La vida de Pedro Trapote se truncó el pasado 27 de abril, que fue cuando falleció repentinamente el mayor de sus cinco hijos, el ganadero Pedro Trapote Mateo , a los 52 años, en su finca sevillana. Una dolorosa pérdida de la que el empresario todavía no logra encontrar consuelo, como nos ha contado su mujer, Begoña García-Vaquero –también cuñada del expresidente Felipe González–, durante la presentación de La estilista, la nueva novela de Fiona Ferrer. Ausente en dicha cita literaria, Pedro Trapote padre todavía prefiere mantenerse alejado de la vida social, mientras recibe el apoyo de su mujer y su familia. Por otra parte, el hostelero lucha por sacar adelante sus negocios de hostelería, entre los que figuran la Chocolatería de San Ginés o el teatro Joy Eslava –actualmente, en fase de remodelación–, azotados por la crisis sanitaria.
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- Begoña, ¿cómo se encuentra tu marido después de perder a su hijo Pedro?
- Está como está… Es muy duro. Está intentando sobrevivir a tanto dolor.
- Claro, su fallecimiento ha sido muy inesperado.
Tan inesperado como que es imposible hacerse a la idea. Él no se lo creía cuando se lo dijimos. Es algo largo y doloroso. Es ir contra natura, así que es muy difícil. No encuentro consuelo para aliviar tanto dolor.
- La pandemia nos ha remarcado la importancia de la familia. Ahora estaréis todos juntos, ¿verdad?
- Claro. Nosotros somos muy piña a nivel familiar y estos momentos te unen más. Los amigos y, sobre todo, la familia es lo que más importa.
“Es algo largo y doloroso. Es ir contra natura, así que es muy difícil”
- ¿En quién se está apoyando más tu marido en estos momentos tan difíciles?
- En mí, en mí.
- Es lo normal.
También en sus hijos, nietos… En todos. Pero, principalmente, en mí. Él dice que soy su báculo y ahí estoy.
- ¿Qué puedes destacar de la figura de Pedro hijo?
- Era cariñoso, generoso y muy buena persona, la verdad. Era un ser maravilloso y estaba en plenitud de su vida… Pero bueno…
- ¿Cómo encuentras a su familia, a sus hijos? ¿Hablas con ellos?
- Sí, claro. Hablo con ellos cada día. Tenemos contacto casi diario.
- Ahora Pedro padre estará…
- [Interrumpe] Muy pendiente de sus nietos.
- El trabajo también estará siendo la mejor de las terapias, que estaba inmerso en la reapertura de los locales.
- Claro, claro.
- ¿Cómo habéis pasado la pandemia?
Muy tranquilos. Muy preocupados y encerrados.
- ¿Habéis pasado el coronavirus en casa?
- No. Gracias a Dios. Nos hemos cuidado y nos ha servido.