Era uno de los matrimonios más mediáticos y poderosos del star system. Kim Kardashian y Kanye West formaron un tándem perfecto y una numerosa familia con cuatro hijos: North, Saint, Chicago y Psalm. Todo parecía ir viento en popa en su mundo perfecto y nada hacía presagiar que su fin como pareja estuviera tan cerca. A finales del año pasado atravesaban una fuerte crisis y en febrero anunciaron su ruptura, comenzando así el que será uno de los divorcios más polémicos, con un multimillonario patrimonio en juego. Hoy 24 de mayo, la reina de los realities y el rapero celebrarían su séptimo aniversario de boda y recordamos como fue su enlace de película, que como su divorcio, es de los más caros de Hollywood… Se estima que se gastaron diez millones de euros en su “sí, quiero”, para el que no escatimaron en lujos y extravagancias.
Todo comenzó en la ciudad del amor. Hasta París se desplazaron sus doscientos invitados para disfrutar de dos días de fiesta en los que los novios despidieron su soltería. Desde el Louvre a la Torre Eiffel, pasando por una cena de ensueño en el Palacio de Versalles, los novios recorrieron los más icónicos rincones de la ciudad para gritar a los cuatro vientos lo enamorados que estaban. Luego pusieron rumbo a Florencia, que fue el escenario de su boda y para ello pusieron a disposición de cada uno de sus invitados varios jets privados, además de un servicio de maquillaje y peluquería para el gran día.
El enlace tuvo lugar en Forte di Belvedere, un castillo del siglo XVI, el mismo sitio en el que se casaron Tom Cruise y Katie Holmes, cuyo alquiler para la ceremonia ronda el medio millón de euros. La misma cifra en la que estaba valorado su vestido de novia, un diseño exclusivo de alta costura de la firma Givenchy, de encaje blanco con la espalda descubierta y con delicadas aplicaciones de encaje y transparencias en las mangas.
Una tarta con oro, más de cien mil euros en flores y un piano de mármol para Andrea Bocelli
Algo que llamó mucho la atención por entonces fue la decoración del lugar donde se convirtieron en marido y mujer. Los novios eligieron como telón de fondo una pared de seis metros de altura recubierta de flores que, según apuntaron en su día, les costó 130.000 euros. Para completar su escenario de película, mandaron traer un piano de cola Steinway de mármol (uno de los pocos que hay en el mundo) para que acompañara a la prodigiosa voz de Andrea Bocelli, que actuó durante la ceremonia entonando el Ave María. No fue la única actuación del día, Lana del Rey y John Legend, amigos de la pareja, animaron a los invitados con sus canciones durante la fiesta posterior en la que no faltaron decenas de botellas de champán Armand de Brignac.
Otro de los momentos estelares de los que más se habló llegó antes del baile, cuando Kim y Kanye cortaron la tarta que, como casi todo en su enlace, no era convencional. Se trataba de una tarta de siete pisos hecho a base de vainilla y moras decorada con pan de oro, cuyo precio rondaba los 7.000 euros.
Kanye “se arrepiente de haber estado tanto tiempo a su lado”
Así sellaron su amor, con los ojos de todo el mundo puestas en ellos, en la que fue considerada una de las grandes bodas del 2014 y así pondrán también fin a su matrimonio, siendo en centro de todas las miradas. En juego un patrimonio conjunto de más de dos mil millones de euros y una lucha por la custodia de los hijos que dará mucho que hablar. Por el momento, ninguno de los dos se ha pronunciado, sin embargo, hace unos días, fuentes cercanas al rapero aseguraban a la revista Star, que “se arrepentía de haber estado tanto tiempo al lado de Kim”, que “la obsesión por la fama de ella terminó destruyéndolo todo” y que “lo trató como basura”. Por el momento, él se encuentra viviendo en su rancho de Wyoming y Kim está con sus hijos en la mansión que tienen en California, valorada en 40 millones de dólares.