A finales de abril, Ainhoa Arteta preocupó a sus seguidores tras compartir un vídeo en silla de ruedas mientras se disponía a tomar un avión en el aeropuerto de Madrid. Un mes después, la soprano ha reaparecido en la presentación de La estilista, la nueva novela de Fiona Ferrer. A este acto celebrado en el Hotel Wellington, de la capital, ha llegado por su propio pie y acompañada de su marido, el militar de la marina Matías Urrea –capitán de corbeta–, que ahora trabaja como director del Instituto Nacional de Técnica Aerospacial. Ainhoa ha explicado a ¡HOLA! esos problemas de movilidad, ocasionados por el coronavirus, y cuál ha sido su evolución, además de hacer un balance de sus dos años de casada, algo que celebrará este mes de junio.
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—Qué bien verte de pie, Ainhoa.
—¡De pie he estado todo el tiempo! Lo que pasa es que he estado con muletas. Lo de la silla de ruedas fue porque la T4 –terminal del aeropuerto de Madrid– es tan larga… Iberia me puso el servicio de silla de ruedas, pero no estoy en silla de ruedas. Estoy bien y cada vez mejor.
—¿Qué sucedió para que tuvieras que necesitar una silla de ruedas?
—Este virus ataca a varias partes del cuerpo y a mí me ha tocado las articulaciones de las piernas… Hay que tener paciencia.
—¿Tu piernas siempre han estado delicadas?
—No, ha sido a raíz de esta historia. Y de un día para otro. Pero es que este virus es así.
—Hay gente que lo sufre en las vías respiratorias y tú en las articulaciones de las piernas.
—Sí. Después de que lo pasara, cotejé con otras personas y lo habían pasado de la misma forma.
—Entonces, tu caso no es tan extraño.
—Es más común de lo que parece.
—¿Cuándo pasaste el coronavirus?
—En enero y febrero de este año. Estuve dos meses.
—¿Llegaste a estar ingresada?
—No, estuve en casa, pero fue complicado. No me tuvieron que entubar ni cosas de esas, pero fue un covid que me pilló bien los bronquios.
—Pues siendo cantante como tú…
—Estuve muy preocupada por los pulmones, pero estuve muy bien tratada, aunque fue a distancia. Tengo que decir que los médicos a distancia funcionaron muy bien. Tuve la suerte de tener un gran médico y, gracias a él, no me entubaron.
—¿El conoravirus te dejado alguna secuela a nivel pulmonar?
—No, aunque sí noto que me ha disminuido la capacidad torácica y todavía me cuesta un poco recuperarla en toda su totalidad. Poco a poco, pero voy bien.
—Estás a punto de celebrar tu segundo aniversario de casada.
—Es verdad. Dos años… ¡Y con una pandemia encima! Si ha aguantado, esto tiene pinta de aguantar bastante (ríe).
“Noto que me ha disminuido la capacidad torácica y todavía me cuesta un poco recuperarla en toda su totalidad. Poco a poco”
—Os casasteis en la salud y en la enfermedad.
—Sí, eso lo ha demostrado, porque ha sido el mejor enfermero posible. De verdad que sí, ha sido maravilloso.
—¿Tus hijos han pasado contigo la pandemia?
—Sí, mis tres hijos. Bueno, los dos míos y el de Matías, que es como si fuera mío. Pero ellos no han pasado el covid. En casa, sólo yo. En el momento que lo supimos, me aislé completamente.
—Supongo que ahora tendrás ganas de subirte a un escenario.
—Ya me he subido y ha sido una emoción inexplicable. Ya no solo como intérprete, que también, sino por el público que viene a los teatros y aplaude como si no hubiera un mañana. Creo que esto nos ha servido para saber lo frágiles que somos.
—¿Cuándo te vas a poder ir de gira? ¿Pronto?
—Sí. Ya están programando hasta el 2023 y 2024. Ya hemos visto la luz después del túnel y esperemos que no vuelva más.
—¿Has planeado ya las vacaciones?
—Precisamente, con lo que ha pasado, en verano es cuando más trabajo va a haber.
Su marido, Matías Urrea, que acompaña a la soprano mientras atiende a ¡HOLA!, no duda en intervenir para desvelar sus planes de verano. “Algo sí tenemos, porque hemos montado un equipo de vela clásica”, nos desvela el militar. “Vamos a tener dos regatas: una en El Puerto de Santa María, la tercera semana de julio, y luego, en Mahón”, nos explica Ainoa
—Pero, ¿vais a navegar?
—A: Él, sí que novela. Yo soy la madrina y, en la vela, va el nombre de la madrina –ríe–, pero también me gusta practicar la vela.
—M: Nosotros vamos como un equipo profesional, con la idea de ganar, si se puede y de hacer el tour internacional el año que viene, en Saint Tropez.
—Matías, siendo marine, esto será un barquito para ti.
—M: No es llevarlo, sino ser los mejores de la regata, que es distinto, y hay gente muy buena. Pero estamos muy ilusionados. Nuestro barco es antiguo, del año 56, y tenemos muchas ganas.
—A: Esas van a ser mis vacaciones (ríe).
—M: Ella va a disfrutar esa semana.
—¿Allí celebráis vuestro segundo aniversario de casados?
—A: Bueno, el aniversario es en junio.
—M: Algo haremos.
—A: Celebramos todas las semanas. Siempre que podemos, nos vamos de cenital por ahí. Somos muy celebrones.