Faltan pocos días para que Sofía Palazuelo y Fernando Fitz-James Stuart revivan con ilusión el gran día de su boda. Lo harán en el enlace del conde de Osorno y Belén Corsini, que tendrá lugar, el próximo 22 de mayo, en los jardines del palacio de Liria, el mismo lugar en el que ellos se dieron el ‘sí, quiero’, el 6 de octubre de 2018. Mientras todos en la familia se preparan para vivir de nuevo una cita inolvidable, los duques de Huéscar han aprovechado el fin del estado de alarma en nuestro país para viajar a la playa y retomar allí una de sus grandes aficiones: navegar.
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Pusieron rumbo, el pasado fin de semana, a Sotogrande (Cádiz), donde se encuentra en el puerto el Ajax III, el barco de su padre, el duque de Alba. Una embarcación con mucha historia en la Casa de Alba, ya que era muy importante para la duquesa doña Cayetana, a quien le encantaba salir a navegar en él en familia.
El duque de Huéscar es un apasionado de la navegación, afición que ha heredado de su padre y que ha transmitido a su mujer, a quien le gusta disfrutar del mar a su lado. De hecho, una de las primeras imágenes de Fernando y Sofía juntos, poco después de conocerse su relación, fue tomada, en 2015, en este barco, durante una jornada marinera.
Ahora, después de tantos meses sin poder viajar, a causa de las restricciones de movilidad impuestas por el coronavirus, por fin han podido regresar a la costa gaditana, donde acuden cada verano para pasar sus vacaciones, y lo han hecho muy cambiados con respecto al pasado verano, cuando fueron fotografiados allí por última vez. Por entonces, Sofía estaba en la recta final de su embarazo y lucía su figura premamá en traje de baño en la cubierta del Ajax III. Ahora, han vuelto convertidos en padres de su pequeña Rosario y la duquesa luce de nuevo su delgada figura. Lo que no ha cambiado es su admirado estilo , sencillo a la par que elegante, que se ha convertido en uno de los más alabados del panorama nacional. Esta vez apostó por un cómodo mono de color marrón, que combinó con un bolso de estilo étnico y sandalias planas de tiras, y después, ya en el barco, llevó un pareo blanco y negro anudado al cuello a modo de vestido.
En las semanas siguientes a la boda, los duques de Huéscar tienen previsto celebrar el bautizo de su hija, Rosario, que tuvieron que posponer a causa de la pandemia
La paternidad ha sido el gran cambio de sus vidas, pero no el único: el matrimonio también ha cambiado su casa y, hace unas semanas, comenzaron la mudanza al nuevo ático que han reformado, situado a escasos minutos del palacio de Liria. Allí se fueron a vivir al poco tiempo de casarse y, tras ser padres, lo han remodelado. Como vecinos tendrán al conde de Osorno y Belén Corsini, una prueba más de que los dos hijos del duque de Alba y sus respectivas parejas están muy unidos.
La siguiente gran cita familiar de los Alba será el bautizo de su hija, Rosario , que nació el pasado mes de septiembre. En principio, iba a haber tenido lugar el 11 de octubre de 2020, en la iglesia de San Román, en Sevilla, pero las restricciones de movilidad lo impidieron. Al parecer, ahora han retomado los preparativos y tendrá lugar en las semanas posteriores a la boda del conde de Osorno.