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La sorprendente noticia del divorcio de Bill y Melinda Gates, tras veintisiete años de matrimonio, ha causado toda una tormenta mediática. Y ahora, además de la gran incógnita sobre cómo se van a repartir su ingente patrimonio, todos se preguntan dónde se encuentran los protagonistas de la noticia.
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Las últimas informaciones apuntan que el fundador de Microsoft y su mujer tenían planeado hacer el anuncio el pasado mes de marzo, momento en el que la filántropa ya habría alquilado Calivigny Island, en Granada, una de las Antillas Menores del Caribe. Finalmente, la pareja más poderosa del mundo decidió comunicar el pasado 3 de mayo su decisión de separarse y, desde entonces, según TMZ, Melinda se habría refugiado en esta isla privada junto a su familia, huyendo de la presión mediática tras el anuncio.
Este exótico y paradisíaco enclave al que Melinda habría ‘escapado’ acompañada por sus tres hijos y otros seres queridos, ofrece todas las comodidades de un resort de súper lujo, con el plus de la intimidad y la discreción que requiere la situación.
Pero el edén tiene un precio. Y el de este magnífico refugio tropical de playas de arena blanca, aguas color turquesa y frondosa vegetación asciende a 132.000 dólares el día. Es decir, un sueño solo al alcance de unos pocos millonarios.
La isla de Calivigny es famosa entre los ricos y famosos del mundo y es propiedad del Georges Cohen, un acaudalado francés que la compró para su esposa, Martine, en el año 2000. Justin Bieber la alquiló para celebrar su 21 cumpleaños en 2015 y las Kardashian también se encuentran entre sus clientes habituales.
La isla está a sólo 5 minutos de Granada, a la que se puede llegar con vuelos directos durante todo el año desde Londres, Miami y Nueva York. Una vez en el aeropuerto internacional Maurice Bishop, un barco transporta a los viajeros a su destino. Claro que también pueden llegar en su propio yate.
La isla, con una extensión de treinta y dos hectáreas, cuenta con la Casa de Playa, con capacidad para 20 personas; la Casa Voladizo, que puede albergar hasta 18 huéspedes y varias cabañas a pie de playa, decoradas con todo lujo de detalles, algunas incluso con piezas de mobiliario que fueron diseñadas por Oscar de la Renta.
La isla de Calivigny es famosa entre los ricos y famosos del mundo y es propiedad del Georges Cohen, un acaudalado francés que la compró para su esposa, Martine, en el año 2000.
En su página web de ofrecer total privacidad y la libertad de hacer todo lo que se quiera. Para ello, los huéspedes cuentan con un sinfín de experiencias a su alcance, como deportes de agua (esquí acuático, flyboard, pesca deportiva…), explorar los arrecifes de coral, clases de yoga, masajes al aire libre, clases de cocina (tal vez Melinda haya optado por una de estas opciones, teniendo en cuenta que cocinar puede ser terapéutico) o dedicarse al dolce far niente y solazarse con las impresionantes vistas, pasear por los jardines tropicales, tomar el sol o leer plácidamente una novela tumbado en una hamaca.
Melinda Gates, sus tres hijos, Jennifer, de 25 años, Rory, de 21 y Phoebe, de 18, y el resto de sus acompañantes, entre los que obviamente no se encuentra Bill, cuentan con un equipo de entrenadores personales, profesionales del bienestar y chefs estrella Michelin, que elaboran menús gourmet, a medida y adaptados al gusto y la dieta de los visitantes.
Parece que ahora cobran más sentido aún las palabras del mensaje que compartió Jennifer, la mayor de los tres hijos del matrimonio, tras el divorcio de sus padres, en el que pidió privacidad mientras “navegamos por la siguiente fase de nuestras vidas”.