hola 4007 fiona ferrer© PEPE BOTELLA

La empresaria y experta en moda lanza su tercer libro, ‘La estilista’, basado en su experiencia en el mundo del ‘lifestyle’

Fiona Ferrer nos recibe en su nueva casa y nos descubre los secretos de su última novela

‘Mucha gente tiene una idea distorsionada del mundo de la moda. Lo ve como una profesión fácil y no es así. Mantenerse es muy complicado y hay que ser fuerte mentalmente’


Actualizado 15 de mayo de 2021 - 13:40 CEST

Fiona Ferrer Leoni (Barcelona, 1974) tenía diecinueve años cuando consiguió su primer trabajo en el mundo de la moda. Corrían los años 90 y la maison de Claude Montana, uno de los diseñadores más influyentes de la escena parisina, atravesaba su mejor momento. La entonces joven estudiante recaló allí gracias a su padre, Juan Ferrer, un importante empresario del sector textil de Barcelona que, tiempo atrás, había confiado en el modista francés para que ideara una de las colecciones de su negocio, la fábrica Ferrer y Sentís. “Me impactó mucho colaborar con él. Tanto que allí juré que no quería saber nada de esa industria”, confiesa Fiona, de cuarenta y seis años, mientras recorre las estancias de su nueva casa, un apartamento en la zona noble de Madrid. Tras esa aciaga primera experiencia en el sector, se matriculó en Periodismo, aunque lo dejó y terminó estudiando Relaciones Internacionales y Comunicación, en la Universidad de Miami. Allí, en Estados Unidos, probó suerte en el mundo del arte, de la mano de Sotheby’s: “Me fue muy bien, pero la sangre tira mucho. Aparte de mi padre, mi madre, Mietta Leoni, también se dedicaba a esto. Fue una de las mejores modelos de los 70 y precursora de la estética Adlib… ¡así que me volví a ilusionar con la moda!”.

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© PEPE BOTELLA

Fiona Ferrer posa en la casa en la que vive desde hace un año para hablarnos de su última novela, ‘La estilista’, ambientada en el mundo de la moda, que esta empresaria conoce muy bien.

Hoy en día, Fiona es una destacada empresaria del lifestyle. Ha sido directora de Elite Model Look Spain, el concurso de modelos más prestigioso del mundo, del que han salido desde Cindy Crawford a Inés Sastre; jueza televisiva en varios programas; creadora del formato Supermodelo y Fiona, te necesito; relaciones públicas; influencer, con más de 90.000 seguidores, y también una escritora reconocida por su frescura y diversión. Este miércoles 12 de mayo, ha salido a la venta su última novela,   La estilista  (Ed. Esfera de los libros), donde Frida, el alter ego de esta polifacética mujer, disecciona el universo de glamour que rodea la moda y profundiza en los secretos que existen tras los flashes. Para no gustarle este mundo, Fiona se ha convertido, además, en diseñadora y posa con los pijamas de FFL, su nueva colección. La acompaña Olivia, su sobrina de cuatro años. “Me ha emocionado que estuviera en la sesión. Me ha recordado a cuando yo salía en los editoriales que le hacían a mi madre”, comenta. Durante los últimos años, la autora se ha divorciado de su primer marido, se ha separado de su última pareja y ha perdido a su madre y a su padrastro. La estilista es su catarsis.

“Cada día le doy los buenos días a mi madre. Supongo que estoy mejor que hace algún tiempo, pero, obviamente, la echo mucho de menos. Ahora volvemos a vivir el cáncer en la familia. He aprendido a convivir con el dolor”

—¿Cómo surgió la idea de esta novela?

—Hace cuatro años, pero, a lo largo de este tiempo, me han pasado muchas cosas y la he ido postergando. Hasta que mi editora me dio un ultimátum. El mensaje de la novela, que se desarrolla en el mundo de la moda, es que detrás de una foto siempre hay una historia. Por ejemplo, una persona que esté posando en un photocall, aparentemente feliz, puede que solo quiera llorar.

—¿Te ha ocurrido en alguna ocasión?

—¡Muchas veces! Este libro es una crítica constructiva de las redes sociales. No todo es tan bonito. Cuando mi madre estaba muy enferma, tuve que irme por cuarenta y ocho horas a Colombia para trabajar. No podía decir que no. Cinco minutos antes de salir al estrado frente a mil personas, me mandaron un mensaje: “Mamá acaba de entrar en la UCI. Se está muriendo”. Respiré y hablé para todo ese público.

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Ferrer también es una enamorada del arte. Prueba de ello son las esculturas de Demo y Felipao o los cuadros de Aldo Comas, al que ahora representa, que decoran su hogar.

—¿Es un libro autobiográfico?

—Si alguien quiere pensar que la protagonista, Frida, soy yo, pues que lo haga. Hay muchas mujeres dentro de ese libro. Hay partes en las que me he basado en experiencias mías y otras en las que he vivido alrededor de mí. Todo lo que ocurre ahí es cierto.

—¿En qué se parece la protagonista a ti?

—En que es una mujer honesta, valiente, tenaz y luchadora. Mi lema es: ante un “no” siempre hay un “sí”. Hay que luchar y trabajar para conseguir los éxitos. A Frida, como a mí, la vida le ha puesto trabas.

—La novela desvela el reverso oscuro de la moda, ¿es tan tremendo como parece?

—Para mí, es un mundo fascinante. Es una industria que mueve millones y tiene una fuerza creativa inmensa. He nacido rodeada de moda. Es algo con lo que he convivido toda mi vida y, por eso, tengo un gran respeto a este sector y a todos los profesionales. Sin embargo, mucha gente tiene una idea distorsionada de este mundo. Lo ve como una profesión fácil y no es así. Mantenerse es muy complicado y hay que ser fuerte mentalmente.

—Tu situación personal durante los últimos años no ha sido fácil. Primero ocurrió la trágica muerte de Dieter Frerichs, la pareja de tu madre. Luego tu divorcio de tu marido, Jaime Polanco, tras once años juntos.

—En el libro, a través de su protagonista, Frida, abordo el tema de la depresión. Es una enfermedad silenciosa. No llegué a caer del todo, pero, cuando me separé, estuve en el abismo.

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Fiona Ferrer posa, en la cocina de su domicilio, junto a su sobrina Olivia, hija de su hermano, Umberto, de cuatro años. “Me ha emocionado que estuviera en la sesión. Me ha recordado a cuando yo salía en los editoriales que le hacían a mi madre”, nos ha confesado.

—¿Has superado tu divorcio? ¿Cómo te llevas con Jaime?

—¡Sí! Es parte de mi familia y tengo una relación muy buena con él.

—Hace dos años, le diste una nueva oportunidad al amor con Javier Fal-Conde, pero tampoco pudo ser.

—Javier ha sido una parte importante de mi vida. Ahora mismo, no somos pareja, pero sí amigos.

—Ibas a colaborar con él en su negocio hotelero en Sierra Nevada, ¿seguís trabajando juntos?

—No, por el momento, hemos decidido separar las cosas.

“Sí que me he planteado ser madre, pero no ha ocurrido. Alrededor de mí han pasado muchas cosas que me han impedido centrarme en la maternidad y tampoco he encontrado al hombre perfecto. ¡He pensado demasiado!”

—¿Hay puerta abierta a la reconciliación?

—¡Puede ser! Nunca se sabe. Me llevo fenomenal con él, pero tampoco estoy cerrada a conocer a otra gente. Me dejo llevar.

—¿Nunca te has planteado ser madre?

—Sí, pero no ha ocurrido. Soy una tía estupenda. Tengo cinco sobrinos a los que quiero mucho. Alrededor de mí han pasado cosas que me han impedido centrarme en la maternidad y tampoco he encontrado al hombre perfecto. ¡He pensado demasiado!

—Para más inri, cuando todo parecía estabilizarse, en dos mil catorce, llegó el diagnóstico de la enfermedad de tu madre, Mietta Leoni, que finalmente murió por leucemia.

—Cada día le doy los buenos días. Supongo que estoy mejor que hace algún tiempo, pero, obviamente, la echo mucho de menos. Ahora volvemos a vivir el cáncer en la familia. He aprendido a convivir con el dolor. La vida sigue y tengo claro que hay que ser optimista. La sonrisa es mi mejor arma.

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Arriba, imagen del salón de la casa a la que Fiona Ferrer se mudó unos días antes del primer confinamiento. Sobre estas líneas, con su sobrina Olivia, de cuatro años.

—¿Y de dónde sacas las fuerzas?

—Es muy importante cuidar la cabeza. Desde hace cuatro meses estoy muy metida en el Bikram Yoga, así como en diferentes vertientes de yoga, que practico cinco veces a la semana. Soy disciplinada y, si digo algo, lo cumplo.

—Tu libro critica las redes sociales. Fuiste una de las primeras bloggers y este negocio ha cambiado mucho. ¿Qué no serías capaz de hacer por conseguir seguidores?

—No me voy a desnudar para conseguir más likes o desprestigiar a nadie o contar algo que no quiero que se sepa.

—¿Te has sentido prisionera de tu propia imagen en alguna ocasión?

—Obviamente, hay una presión donde se nos exige estar perfectos. En el libro se habla sobre esto y sobre el cinismo que existe. Lo importante es aprender a querernos como somos y a admitir nuestros errores.

—El mundo de la moda ha vivido de cerca el movimiento #MeToo. ¿Tú has experimentado alguna situación de acoso?

—He vivido situaciones incómodas. Desde muy joven he viajado a Latinoamérica y sí que he podido ver el machismo y la prepotencia. No ha sido alarmante, pero sí he visto insinuaciones. He respondido con una sonrisa y me he despedido elegantemente.

“Me encantaría que ‘La estilista’ se convirtiera en una serie de televisión, que se viera el trabajo detrás de una editorial, de una foto, de una producción, y que se pusiera en valor el mundo de la moda”

—Por el contrario, ¿cuáles han sido las experiencias inspiradoras que has vivido?

—Tengo un lema que fue la frase de mi segundo libro, Cuando el tiempo hace tic tac: la vida está para vivirla y no para que te la cuenten. Me rodeo de gente positiva. Todo lo malo que me ha ocurrido lo he intentado convertir en positivo.

—Habrás conocido a gente muy interesante...

—Sí, he tenido el placer de conocer a Karl Lagerfeld, Vivienne Westwood, Issey Miyake... Mi padre fue uno de los descubridores de Claude Montana. Trabajé para él cuando tenía diecinueve años y coincidí con todas las top models del momento, desde Carla Bruni a Eva Herzigova. Aunque para mí la personalidad del mundo de la moda que más me ha impactado es mi madre, que fue una gran modelo en los años setenta y precursora de la estética Adlib junto a la princesa Smilja Mihailovitch.

—Nuevo libro… y nueva casa. ¿Cuál es el rincón favorito de tu hogar?

—Me mudé aquí unos días antes del primer confinamiento y aproveché el encierro para organizar todas las cajas. Me encanta sentarme delante del ordenador. Es una casa, como yo, muy colorida, con mensajes, optimista y ordenada. Tengo esculturas de Demo, Felipao, cuadros de Jorge Cardarelli, obras de Isabel Alonso, Irán Issa Khan, Murakami…

© PEPE BOTELLA

La empresaria, en una de las estancias de su residencia, posa divertida con unos guantes de boxeo para dejar claro su carácter de mujer luchadora.

—Eres una mujer polifacética, ¿con qué proyectos nos sorprenderás?

—Estoy muy entusiasmada con el hecho de ser la marchante de Aldo Comas, a quien, el pasado septiembre, organicé su primera exposición, en Palma. Tengo proyectos en Miami, Colombia y Europa… ¡y acabo de lanzar una colección de pijamas! En septiembre saldrá también una línea de botas y la parte de interiorismo de mi marca, FFL.

—¿Qué recorrido te gustaría que tuviera este nuevo libro?

—Esta novela sale en el momento correcto porque empieza una nueva etapa. Dejo atrás todo lo malo que me ha pasado. Me encantaría que La estilista se convirtiera en una serie de televisión para que se viera el trabajo detrás de una editorial, de una foto, de una producción, y que se pusiera en valor el mundo de la moda.

TextoEDUARDO VERBO
Fotos@pepebotellaphoto
EstilismoFIONA FERRER LEONI/ LAURA GURADIONE
MaquillajeROBERTO SIGUERO para LANCÔME
LOOK 1esmoquin: Fernando Claro/stilettos: Louboutin/ joyas: Rabat.
LOOK 2vestido: Fernando Claro/stilettos: Isabel Abdó/ joyas: Rabat
LOOK 3Fiona: pantalones: Naulover/blusa: Silvia Tcherassi/ delantal y manopla: Eugenia Osborne. Olivia: peto y jersey: Alas de Rayas.
LOOK 4pijamas de la colección FFL & FLOR AMAZONA/zapatos: Flabelus/ El oso de Olivia es de la Fundación Aladina
LOOK 5pantalón: Fernando Claro/stilettos: Louboutin.