Michelle Salas es la hija de Luis Miguel, El Sol de México, pero ella brilla con luz propia. A sus treinta y un años, es una de las influencers latinas más solicitadas por grandes firmas de moda, como Dolce & Gabbana, Dior, Cartier o Tous, y cuenta con una legión de fans en todo el mundo —tiene más de un millón y medio de seguidores en Instagram—. Acostumbrada a vivir entre Nueva York, Madrid, Los Ángeles y México D. F., Michelle ha tenido que hacer un parón en su agenda de vértigo debido a la pandemia y a un accidente de esquí en el que se rompió el ligamento cruzado. “El show debe continuar”, nos dice entre risas. Tras pasar por quirófano, está realizando la rehabilitación de su pierna en Madrid y ya está preparando su próximo gran proyecto: el lanzamiento de su propia firma de belleza y accesorios. “Estoy desarrollando mi marca de belleza y accesorios. Mi mayor sueño sería poder construir una empresa que, el día de mañana, pueda compartir con mis hijos”, nos adelanta.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
En su caso, la fama es un asunto de familia. Su tatarabuelo Moisés Pasquel fue un famoso director de orquesta mexicano, su bisabuela Silvia Pinal es una legendaria actriz y musa de Luis Buñuel, su bisabuelo Rafael Banquells fue actor y director en la época de oro del cine azteca, su abuela Sylvia Pasquel también es una popular actriz y su madre, Stephanie Salas, es una exitosa cantante. Y luego, por supuesto, está su padre, Luis Miguel, y su abuelo paterno, el cantante y compositor gaditano Luisito Rey.
“Si algún día decido contar mi realidad, ese día cambiarían muchas cosas. Pero creo que todavía no es el momento”
El nombre de Michelle está en boca de todos desde el día en que nació. Ahora, lo está por Luis Miguel, la serie. La segunda temporada de esta producción de Netflix, que acaba de estrenarse, está centrada en los vaivenes de la relación del famoso cantante con su hija. Por primera vez, la hija de El Sol habla sobre la serie que está causando furor en España e Iberoamérica.
—Comenzaste el año con un accidente, ¿cómo te encuentras?
—Empecé el año con la rodilla derecha, pero no de la mejor manera (risas). En febrero tuve un accidente esquiando, en Colorado. Me rompí el ligamento cruzado y me tuve que operar. Ahora ya me encuentro mejor, gracias a la fisioterapia y a la rehabilitación, pero la recuperación es larga.
—¿Cómo ha cambiado la pandemia tu vida de trotamundos?
—Una de la cosas que más disfruto de este trabajo es el poder viajar y conocer nuevas culturas, gente, gastronomía... La pandemia ha afectado al mundo entero. Ha sido un momento muy delicado y de mucha incertidumbre. Gracias a Dios, he tomado lo mejor de esto y he dedicado mi tiempo a estar en casa y a hacer cosas y proyectos que antes no podía por falta de tiempo o por estar viajando.
—¿Cómo es tu vida en Madrid?
—¡Estoy feliz en Madrid! La he adoptado como mi segunda casa. La comida, el clima, la gente... España es un país con una cultura maravillosa. A dos horas puedes estar en una playa maravillosa y a seis, en la nieve. ¡Lo tiene todo! Esta vez vine a operarme de la rodilla y a pasar la recuperación aquí. Además, tengo muchos proyectos profesionales que me tienen muy emocionada.
—¿Te sientes un poco española?
—Tengo sangre española por los dos lados de mi familia y siempre me he sentido muy arraigada a la cultura y la música. Además, mi bisabuela (Silvia Pinal) siempre ha tenido un amor y un cariño muy especial por España, el cual me ha inculcado desde pequeña.
—Estás muy unida a tu madre, a tu abuela y a tu bisabuela. ¿Has podido verlas en estos meses de pandemia?
—Sí, tengo una relación muy cercana con mi madre, mi hermana y mis abuelas. Son mis pilares, mi apoyo incondicional. Nos hemos visto menos de lo que nos gustaría, por razones obvias, pero siempre encontramos un momento para coincidir. Intentamos hacer un FaceTime cada semana. Estas Navidades estuvimos todas juntas y fue muy especial.
“Al contrario de lo que se piensa, nunca fui una niña que lo tuvo todo, y doy gracias a Dios por ello. Por eso mismo soy la mujer que soy hoy”
—¿Te ha costado hacerte un nombre entre tantas mujeres famosas?
—¡Fuimos cinco generaciones en un momento! A veces me cuesta creer que conviví tanto con mi tatarabuela. Era un amor de mujer. Creo que lo que representa mi familia siempre ha sido el motor más grande, el cual me ha inspirado a trabajar y a forjarme un camino. Son mujeres fuertes, trabajadoras y exitosas en lo que hacen, pero, sobre todo, son cariñosas y personas que me han brindado su amor y su apoyo en lo que hago.
—¿Tu bisabuela Silvia Pinal entiende tu trabajo de influencer?
—A veces, es complicado explicarle a una persona que ha vivido tantas épocas maravillosas, cuando no existían ni los teléfonos móviles, lo que es trabajar con las redes sociales. Siempre se pone contenta cuando le cuento mis experiencias trabajando con marcas que conoce de toda la vida, pero el tema de blogs e Instagram ya es otra cosa (risas). Siempre me dice: “Ay, muy bien mi amor. ¿Y mis nietos para cuándo?”.
—¿Cómo está tu corazón?
—Mi corazón está feliz y tranquilo. Enamorarse es de las sensaciones más bellas de la vida. Me encanta compartir gustos como viajar, comer... pero, sobre todo, lo que más me gusta es que me hagan reír.
“Estoy feliz en Madrid. La he adoptado como mi segunda casa. Tengo sangre española por los dos lados de mi familia”
—¿Te ves casada y con hijos?
—¡Claro que me gustaría! La familia es el pilar más importante de nuestras vidas. Siento que nunca sabes cuándo es el momento perfecto, pero me encantaría poder llegar a tener hijos en un futuro no muy lejano, sobre todo, porque sería muy especial que mi bisabuela los conociera. Además, seríamos cinco generaciones vivas otra vez.
—Ahora todo el mundo habla de la serie de Luis Miguel. ¿La has visto? ¿Qué te ha parecido?
—He visto algunos capítulos y, claro, cuando una ve su vida interpretada por alguien que no eres tú, hay sentimientos encontrados. Si algún día decido contar mi realidad, ese día cambiarían muchas cosas. Pero creo que todavía no es el momento.
—¿Qué se siente cuando otros cuentan tu vida?
—Entiendo que ella es una actriz a la cual le dieron un guion, hizo su trabajo de investigación y, desde su punto de vista, hace su mejor versión. Eso no significa que las cosas sean necesariamente así, también hay mucha ficción. Muy poca gente conoce mi vida como realmente es y cómo sucedieron o no las cosas, ya que, repito, siempre he sido muy cuidadosa y protectora de mi privacidad y la de mi familia.
“Algo que aprendí de mi padre y de mi madre es la discreción. Muchas veces el silencio dice más que mil palabras”
—¿Alguna vez le pides consejos a tu padre?
—Mi padre es un gran profesional y me ha dado consejos que me han servido mucho en la vida y, sobre todo, en mi trabajo: ser siempre disciplinada, dedicada y responsable en lo que haga. Algo que también aprendí de él y de mi madre es la discreción. Muchas veces, el silencio dice más que mil palabras.
“Muy poca gente conoce mi vida como realmente es y cómo sucedieron o no las cosas. Siempre he sido muy protectora de mi privacidad”
—Mucha gente puede pensar que lo tienes todo...
—Mucha gente puede pensar muchas cosas y es entendible. Uno no nace sabiendo cómo vivir en el ojo público y tienes que aprender que la gente siempre hablará. Gracias a Dios, me siento muy afortunada de poder contar con mi familia, sobre todo, en el aspecto moral, sentimental y personal. Al contrario de lo que se piensa, nunca fui una niña que lo tuvo todo y doy gracias a Dios por ello. Por eso mismo soy la mujer que soy hoy. Y estoy orgullosa de mí misma. He tenido que trabajar desde muy pequeña para lograr hacerme un nombre por mis propios méritos.