No han sido unos meses fáciles para Ainhoa Arteta. Vivió un infierno cuando se contagió de COVID hace cuatro meses, pero consiguió superarlo, hace dos, gracias al equipo médico, a su entereza y a su positividad, algo que nunca le falta. Y, aunque han pasado bastantes semanas desde aquella difícil situación y pensaba que ya había dejado atrás al “bicho” —como así lo llama—, la soprano guipuzcoana sigue padeciendo una secuela del virus, como cuenta a ¡HOLA!: “Es tediosa y dolorosa, pero no peligrosa, porque la hemos cogido a tiempo. Como tenía muchos dolores, mi traumatóloga me hizo una resonancia magnética y ahí salió que tenía un edema en las rótulas. Me ha ordenado reposo y antiinflamatorios, pero tenía comprometidos dos conciertos en San Sebastián y Las Palmas y los he hecho”. “Estoy andando con ayuda de una muleta y me apoyó cada vez mejor, lo que pasa es que la terminal 4 del aeropuerto de Barajas es muy larga y opté por desplazarme en silla de ruedas”, nos explica la exconcursante de MasterChef Celebrity , para acto seguido asegurarnos que va a continuar con su rutina y su trabajo: “Tengo muchas cosas por delante que no voy a dejar. Me haré cargo de ellas con ayuda de mis muletas, pero al escenario saldré a cantar tiesa y sin ellas”.
Cabe recordar que la artista hizo público un vídeo en sus redes sociales el pasado sábado, 24 de abril, donde se la ve desplazándose en una silla de ruedas, lo cual desató la alarma entre sus numerosos seguidores: “Como todos estáis muy intranquilos, os diré que tranquilos, lo que me pasa es una consecuencia de la COVID que me ha salido ahora”. Y continuaba explicando: “Es un edema, se me han inflamado las venas dentro de las rótulas. No debo andar mucho, tengo que reposar”.
‘No es nada grave, pero tampoco agradable’
En su mensaje aseguraba también que “no es nada grave, pero tampoco agradable”, y también que esperaba que estas consecuencias del virus no hayan venido para quedarse: “Confío en que podamos quitar la inflamación y que sean unos efectos secundarios de este “bicho”, que, cuando parece que has pasado todo, de repente te quedas como me quedé yo el otro día, sin poder andar”.. Además, la cantante ha querido tranquilizar a todos los que se habían preocupado por ella. “Que no cunda el pánico, que estoy muy bien”, aseguraba.
A Ainhoa Arteta, que celebrará su segundo aniversario de boda con el militar Matías Urrea el próximo 23 de junio, le costó mucho superar el coronavirus que contrajo en el Palau de les Arts de Valencia. “Al principio parecía que era asintomática, pero, poco a poco, se fueron agravando los síntomas. El cuarto o quinto día se empezó a complicar la cosa porque bajó hacia los bronquios y derivó en una tos y unas flemas muy feas”, contaba Ainhoa, que no llegó a estar ingresada. Quizá lo que peor llevó fue la incertidumbre y la angustia que le ocasionaba no saber si empeoraría y, de ser así, si terminaría por afectar a su prodigiosa voz. Ahora tendrá que ser fuerte para superar esta secuela, que espera que solo se quede en un contratiempo, ya que, como suele decir, “de todo lo malo siempre se saca algo bueno”.
Ainhoa Arteta era condecorada el pasado fin de semana en la Comunidad de Madrid con la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo, un galardón que también recibieron, entre otros, el tenista Rafa Nadal, que en la actualidad se encuentra jugando el Mutua Madrid Open; el compositor y excomponente de Mecano, Nacho Cano, y los niños de Madrid, por “su conducta ejemplar al servicio de la sociedad durante la pandemia”.