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Eugenia Osborne, la segunda de las tres hijas de Bertín Osborne y Sandra Domecq, se considera una mujer “muy curiosa” que, a sus treinta y cuatro años, todavía sigue buscando “su pasión real”. Tras estudiar Psicología, en 2013 montó un gabinete especializado en pacientes con cáncer, pero lo terminó dejando. “Era duro. Me costaba mucho”, confiesa la joven, que perdió a su madre a causa de esta enfermedad en 2004. En 2016, dirigió Heartbaking, un negocio de cupcakes, y su primera marca de joyas. Sin embargo, ninguno de estos proyectos perduró. Ahora, en su enésima reinvención, ha lanzado Home O’Clock, su propia línea de ropa y menaje para el hogar. Esta idea ha resultado brillante y ha causado un auténtico furor entre sus más de 170.000 seguidores en las redes sociales. Especialmente, sus originales mandiles, que podrían pasar por vestidos.
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La joven empresaria vive un buen momento profesional, ya que, también durante los últimos meses, se ha convertido en una especie de gurú de estilo de vida gracias a sus recetas saludables. Un éxito que coincide también en el terreno personal: acaba de celebrar diez años de matrimonio con el empresario Juan Manuel Melgarejo y prepara con ilusión dos grandes acontecimientos familiares: la comunión de Juan, el mayor de sus tres hijos, prevista para este verano, y la boda de su hermana pequeña, Claudia, con José Entrecanales, hijo del presidente de Acciona, el próximo mes de octubre.
—¿Cómo surgió la idea de lanzar esta línea de ropa para el hogar?
—Fue un poco antes del confinamiento. Empecé a hacer recetas en mi cuenta de Instagram y, hablando con un amigo, se me ocurrió que podía ser interesante ponerme delantales bonitos: de terciopelo, con botones diferentes… Como no los encontraba, los diseñé y, ya durante el confinamiento, los cosí. Aun así, yo no era profesional y el resultado no era el óptimo, pero en la foto o vídeo que publicaba eso no se notaba. A la gente le gustaba y querían hacerme pedidos… Ahora, con un equipo detrás, los producimos en condiciones. Ha sido un éxito y ha tenido muy buena acogida.
—¿En qué te inspiras para crear?
—En la moda, en un vestido que me pondría y, así, lo adapto a los mandiles.
“Estamos todos muy contentos con la boda de mi hermana Claudia. José Entrecanales, su novio, es una persona maravillosa. La cuida y ella está muy feliz”
—¿Desde cuándo te gusta cocinar?
—¡Desde siempre! Hubo una época en la que elaboraba tartas y cupcakes. Me hacían encargos.
—¿Te ves participando en un programa como MasterChef?
—¡Nunca digas nunca!
—A tus delantales no les falta de nada. ¿Se puede ser glamuroso en la cocina?
—El mensaje que quiero transmitir es que hay que sentirse bien en cualquier situación y parte del hogar. Ahora pasamos más tiempo en nuestra casa. A mí me gusta verme mona.
—¿Qué esperas de este proyecto?
—Abarcar toda la parte de cocina y aconsejar sobre cómo decorar mesas, qué platos elegir, qué mantelería, qué cubertería…
—¿Cuál es tu referente?
—Martha Stewart (empresaria del lifestyle, considerada la gran anfitriona estadounidense). Su caso se estudia en Harvard. Es una crack.
—¿No te ha dado vértigo emprender en este momento?
—Sí, pero, si no sale bien, tampoco pasa nada. Hay mucha gente que me dice que es feliz al seguirme en redes y cocinar mis recetas, escuchar mis consejos de ejercicio… ¡Eso es lo más importante! Si fracaso, aprenderé de ello.
—Se acaban de cumplir diez años de tu boda con tu marido, ¿cuál es el balance?
—No es fácil llegar a este punto y llegar bien, pero merece la pena.
—¿Cómo definiríais vuestra relación?
—Cada uno vamos cambiando por diferentes cosas que nos pasan en la vida, pero nos cuidamos mucho y nos damos libertad. Ayuda mucho la libertad y el poder desarrollarnos profesional y personalmente sin que haya nadie al lado que te agarre para que no te vayas.
—Supongo que tu marido te apoya, pero ¿se ha implicado en este proyecto?
—Me apoya y me ayuda. Él tiene mucho trabajo, pero siempre me aconseja y me echa un cable con el business plan.
—¿Ha habido alguna crisis en este tiempo?
—Hoy en día es complicado aguantar tanto tiempo. Este año también celebramos catorce años juntos. Es difícil, pero, como te decía, merece la pena. El confinamiento nos ha unido mucho. Me ha hecho reenamorarme. A mí me encanta estar en su compañía, hablar con él. Es tan inteligente y brillante…
—Tu hermana Claudia se casa en octubre…
—Estamos todos muy contentos. José, su novio, es una persona maravillosa. La cuida y ella está muy feliz.
—¿Le has dado algún consejo?
—No, porque aún no se ha casado. Cuando me necesite, ahí estaré.
—¿La estás ayudando con los preparativos?
—De momento, no está haciendo mucho porque, con la pandemia, nadie sabe qué va a pasar de aquí a octubre. Están viendo qué tipo de boda quieren. No hay nada decidido.
—¿Cómo te enteraste de la noticia?
—Fue un momento emotivo. Nos reunió a la familia en una cena y nos lo contó.
—¿Qué te parece José Entrecanales, tu futuro cuñado?
—Es divertido, pero a la vez tiene los pies en la tierra. Es muy cuadriculado, responsable… Hacen una buena pareja y se compenetran bien.
—¿Ya has pensado en el look que lucirás?
—He confiado en mi prima Inés Domecq para que me haga el vestido. ¡Que ella decida cómo iré! Su última colección es la bomba. Cuando la vi, se lo pedí. “Me encantaría”, me dijo. Será un diseño exclusivo.
—¿Cómo se lleva tu padre con José Manuel Entrecanales, el padre del novio?
—Lo conoce de toda la vida y siempre se han llevado fenomenal.
—Tanto Claudia como José se apellidan Domecq. ¿Sois familia?
—Mi abuelo era hermano del bisabuelo de José.
—Los Domecq son una saga vastísima. ¿Controlas todas las ramas?
—Hay siete y yo me sé cuatro. ¡Yo también me pierdo! Cada año conozco a un primo nuevo (ríe).
—¿Cuál es la fórmula para compaginar tus proyectos profesionales con tu vida familiar?
—Corriendo todo el tiempo. Tengo ayuda en casa. ¡Es mi hada madrina! Mis hijos están fenomenal. Juan, el mayor, va a hacer la Primera Comunión este año. ¡Me parece increíble! La niña, Sandra, está sacando buenas notas. El pequeño, Tristán, es un personaje. Se parece a su abuelo tanto físicamente como en su personalidad. Es un poco chulete y muy gracioso.
—¿Cómo será la Comunión?
—Asistirán solamente la familia y los padrinos. Espero que estén mis hermanas y mi padre, pero todavía no sé cuándo será. No se puede planear con tanto tiempo de antelación. Yo calculo que en verano.
—Has vivido momentos complicados con la separación de tu padre y su mujer, Fabiola, ¿los ves mejor?
—Los veo bien. Cada uno por su lado. Se llevan fenomenal. En el ámbito profesional, los veo contentos. En lo personal, poco a poco. Mi padre no es de los que habla mucho. Cuando charlo con Fabiola, ella está tranquila, pero tendrá sus momentos.
—¿Cómo has vivido la presión mediática tras la separación?
— A mí no me ha afectado mucho. Ellos no sé cómo lo habrán llevado.
—¿Confías en que exista un acercamiento entre ambos?
—La esperanza es lo último que se pierde, pero quiero que sean felices. Independientemente de que estén juntos.
—¿Te gustaría que volvieran a ser pareja?
—A mí me da pena cuando una pareja se rompe. Por ejemplo, se separó mi hermana Alejandra y yo no he perdido relación con mi cuñado. Tampoco la voy a perder con Fabiola.
—¿Será Home O’Clock tu proyecto definitivo?
—Soy una persona muy curiosa. Quiero probar. Todavía no he encontrado mi pasión real. ¡Estoy en proceso de búsqueda!