La vida de Iker Casillas cambió por completo el 1 de mayo de 2019. Ese día, sufrió un infarto de miocardio mientras entrenaba con su entonces equipo, el Oporto. Por ello, el sábado 11, cuando se cumplieron dos años de su inesperado suceso, quiso compartir un buen consejo con sus seguidores. “Vive hoy, mañana ya veremos”, escribió Iker, señalando también el “tiempo extra” que disfruta desde entonces. Esta declaración de intenciones fue aplaudida por Sara Carbonero , quien reaccionó cariñosamente, escribiéndole un corazón y el símbolo de infinito, a pesar de que ambos pusieron fin a sus once años de amor el pasado 12 de marzo.
“Vive hoy, mañana ya veremos”, manifestó Iker al cumplirse dos años de su infarto
Con esta publicación, Iker dejaba constancia de lo afortunado que se siente, pero no hacía ninguna referencia al último susto que su corazón le volvió a dar tres días antes, tal y como ha podido saber ¡HOLA! El miércoles 28, mientras jugaba al pádel con unos amigos, el exportero del Real Madrid volvió a sentir que se le aceleraba el corazón y un fuerte dolor. Casillas reaccionó rápidamente y se desplazó al Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, situado en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón. Vistiendo aún ropa deportiva y acompañado por uno de los amigos con los que compartía cancha, el exmarido de Sara Carbonero entró por su propio pie al citado centro médico. Allí, permaneció en el box número ocho de urgencias y se sometió a numerosas pruebas para comprobar cuál era realmente su estado de salud.
A medida que fueron pasando las horas y le fueron realizados numerosos análisis clínicos, Iker empezó a respirar tranquilo. No recuperó la sonrisa definitivamente hasta que los doctores le dieron la mejor de las noticias: no había tenido ningún infarto y, por tanto, su vida no corría peligro alguno. Ya en la madrugada del jueves 29, en torno a la una y media de la noche, Casillas fue dado de alta y se dirigió su nuevo domicilio, un ático de trescientos metros cuadrados, que se encuentra a escasos metros del hospital.
Unas semanas con muchos sobresaltos
El exfutbolista ha tratado de llevar una vida calmada a lo largo de estos dos últimos años, desde que padeciera el ataque al corazón que le obligó a poner punto final a su carrera deportiva. Tampoco hay que olvidar que, el pasado febrero, la madre de sus dos hijos se sometió a una nueva intervención en la Clínica Universidad de Navarra, en Madrid. Ni que, al mes siguiente de que Sara recibiera el alta médica, el matrimonio anunció su separación, tras meses y meses de especulaciones. Por tanto, han sido unas semanas con muchas preocupaciones y tensiones para Iker.
Sin embargo, tanto los problemas de salud que ha sufrido él como la periodista le han hecho ser más consciente al exportero de lo importante que es disfrutar del presente y de cada instante de la vida, como quiso recalcar a sus seguidores este pasado fin de semana.